Saciaste su hambre con pan del cielo; calmaste su sed con agua de la roca. Les diste posesión de la tierra que bajo juramento solemne con la mano en alto habías prometido.
Juan 6:31 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Pan del cielo les dio a comer”. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer. Biblia Nueva Traducción Viviente Después de todo, ¡nuestros antepasados comieron maná mientras andaban por el desierto! Las Escrituras dicen: “Moisés les dio de comer pan del cielo”. Biblia Católica (Latinoamericana) Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto, según dice la Escritura: Se les dio a comer pan del cielo. La Biblia Textual 3a Edicion Nuestros padres comieron el maná en el desierto,° como está escrito: Pan del cielo les dio a comer.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Nuestros padres comieron el maná en el desierto, conforme está escrito: Pan del cielo les dio a comer '. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer. |
Saciaste su hambre con pan del cielo; calmaste su sed con agua de la roca. Les diste posesión de la tierra que bajo juramento solemne con la mano en alto habías prometido.
Con tu buen Espíritu les diste entendimiento. No quitaste tu maná de su boca; les diste agua para calmar su sed.
Pidió el pueblo comida y les envió codornices; los sació con pan del cielo.
Comieron los israelitas maná cuarenta años, hasta que llegaron a los límites de la tierra de Canaán, que fue su país de residencia.
—Les aseguro que no fue Moisés el que les dio a ustedes el pan del cielo —afirmó Jesús—. El que da el verdadero pan del cielo es mi Padre.
Los antepasados de ustedes comieron el maná en el desierto; sin embargo, murieron.
Este es el pan que bajó del cielo. Los antepasados de ustedes comieron maná y murieron, pero el que come de este pan vivirá para siempre.
Te humilló y te hizo pasar hambre, pero luego te alimentó con maná, comida que ni tú ni tus antepasados habían conocido, con lo que te enseñó que no solo de pan vive el hombre, sino de todo lo que sale de la boca del Señor.
Un día después dejó de caer maná y durante ese año el pueblo se alimentó de los frutos de la tierra de Canaán.
»El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que salga vencedor le daré del maná escondido y le daré también una piedrecita blanca en la que está escrito un nombre nuevo que solo conoce quien la recibe.