Luego Nehemías añadió: «Ya pueden irse. Coman bien, tomen bebidas dulces y compartan su comida con quienes no tengan nada, porque este día ha sido consagrado a nuestro Señor. No estén tristes, pues el gozo del Señor es su fortaleza».
Juan 6:12 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Una vez que quedaron satisfechos, dijo a sus discípulos: —Recojan los pedazos que sobraron, para que no se desperdicie nada. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada. Biblia Nueva Traducción Viviente Una vez que quedaron satisfechos, Jesús les dijo a sus discípulos: «Ahora junten lo que sobró, para que no se desperdicie nada». Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando quedaron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos: 'Recojan los pedazos que han sobrado para que no se pierda nada. La Biblia Textual 3a Edicion Y cuando se hubieron saciado, dice a sus discípulos: Recoged los trozos sobrantes para que no se pierda nada. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Una vez saciados, dice a sus discípulos: 'Recoged los pedazos que han sobrado, para que no se pierda nada'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada. |
Luego Nehemías añadió: «Ya pueden irse. Coman bien, tomen bebidas dulces y compartan su comida con quienes no tengan nada, porque este día ha sido consagrado a nuestro Señor. No estén tristes, pues el gozo del Señor es su fortaleza».
Conquistaron ciudades fortificadas y una tierra fértil; se adueñaron de casas repletas de bienes, de cisternas, viñedos y olivares, y de gran cantidad de árboles frutales. Comieron y se hartaron y engordaron; ¡disfrutaron de tu gran bondad!
El que es negligente en su trabajo confraterniza con el que es destructivo.
A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió con las manos vacías.
Poco después el hijo menor juntó todo lo que tenía y se fue a un país lejano; allí vivió desenfrenadamente y derrochó su herencia.
Jesús contó otra parábola a sus discípulos: «Un hombre rico tenía un administrador a quien acusaron de derrochar sus bienes.
Todos comieron hasta quedar satisfechos y de los pedazos que sobraron se recogieron doce canastas.