No me he apartado de los mandamientos de sus labios; valoro más las palabras de su boca que mi pan de cada día.
Juan 4:34 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 —Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra —dijo Jesús—. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Jesús explicó: —Mi alimento consiste en hacer la voluntad de Dios, quien me envió, y en terminar su obra. Biblia Católica (Latinoamericana) Jesús les dijo: 'Mi alimento es hacer la voluntad de aquel que me ha enviado y llevar a cabo su obra. La Biblia Textual 3a Edicion Les dice Jesús: Mi comida es que Yo haga la voluntad del que me envió y termine su obra. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Jesús les responde: 'Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y llevar a término su obra. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra. |
No me he apartado de los mandamientos de sus labios; valoro más las palabras de su boca que mi pan de cada día.
Yendo un poco más allá, se postró rostro en tierra y oró: «Padre mío, si es posible, no me hagas beber este trago amargo. Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú».
—Hagámoslo como te digo, pues nos conviene cumplir con lo que es justo —contestó Jesús. Entonces Juan consintió.
Les digo que así mismo se alegran los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.
Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
Él respondió: —¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que tengo que estar ocupado en los asuntos de mi Padre?
Yo te he glorificado en la tierra y he llevado a cabo la obra que me encomendaste.
Después de esto, como Jesús sabía que ya todo había terminado y para que se cumpliera la Escritura, dijo: —Tengo sed.
Al probar Jesús el vinagre, dijo: —Todo se ha cumplido. Luego inclinó la cabeza y entregó el espíritu.
Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta; juzgo solo según lo que oigo y mi juicio es justo, pues no busco hacer mi propia voluntad, sino cumplir la voluntad del que me envió.
»El testimonio con que yo cuento tiene más peso que el de Juan. Porque las obras que el Padre me ha encomendado que lleve a cabo, y que estoy haciendo, son las que testifican que el Padre me ha enviado.
Porque he bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la del que me envió.
El que me envió está conmigo; no me ha dejado solo, porque siempre hago lo que le agrada.
Con mi ejemplo les he mostrado que es preciso trabajar duro para ayudar a los necesitados, recordando las palabras del Señor Jesús: “Hay más dicha en dar que en recibir”».
Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.