y que brillen en la expansión del cielo para iluminar la tierra!». Y sucedió así.
Génesis 1:16 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022 Dios hizo los dos grandes astros: el astro mayor para gobernar el día y el menor para gobernar la noche. También hizo las estrellas. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas. Biblia Nueva Traducción Viviente Dios hizo dos grandes luces: la más grande para que gobernara el día, y la más pequeña para que gobernara la noche. También hizo las estrellas. Biblia Católica (Latinoamericana) Hizo, pues, Dios dos grandes lámparas: la más grande para presidir el día y la más chica para presidir la noche, e hizo también las estrellas. La Biblia Textual 3a Edicion E hizo ’Elohim las dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para regir el día, y la lumbrera menor para regir la noche. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para regir el día y la lumbrera menor para regir la noche; y también las estrellas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas. |
y que brillen en la expansión del cielo para iluminar la tierra!». Y sucedió así.
¿He admirado acaso el esplendor del sol o el avance esplendoroso de la luna,
mientras cantaban a coro las estrellas matutinas y todos los ángeles gritaban de alegría?
Sea alabado el nombre del Señor, porque él dio una orden y todo fue creado.
Sale de un extremo de los cielos y, en su recorrido, llega al otro extremo, sin que nada se libre de su calor.
Cuando contemplo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que allí fijaste,
Las estrellas y las constelaciones del cielo dejarán de irradiar su luz; se oscurecerá el sol al salir y no brillará más la luna.
La luna se sonrojará y el sol se avergonzará, porque sobre el monte Sión, sobre Jerusalén, reinará el Señor de los Ejércitos, glorioso entre sus jefes.
Alcen los ojos y miren a los cielos: ¿Quién ha creado todo esto? El que ordena la multitud de estrellas una por una, y llama a cada una por su nombre. ¡Es tan grande su poder y tan poderosa su fuerza, que no falta ninguna de ellas!
Yo formo la luz y creo las tinieblas, traigo bienestar y creo calamidad; Yo, el Señor, hago todas estas cosas.
Así dice el Señor, cuyo nombre es el Señor de los Ejércitos, quien estableció el sol para alumbrar el día, la luna y las estrellas para alumbrar la noche y agita el mar para que rujan sus olas:
El sol y la luna se detienen en el cielo por el fulgor de tus veloces flechas, por el deslumbrante brillo de tu lanza.
»Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, »“se oscurecerá el sol y no brillará más la luna; las estrellas caerán del cielo y los cuerpos celestes serán sacudidos”.
Desde el mediodía y hasta las tres de la tarde toda la tierra quedó en oscuridad.
Uno es el esplendor del sol, otro el de la luna y otro el de las estrellas. Cada estrella tiene su propio brillo.
De lo contrario, cuando levanten los ojos y vean todo el ejército del cielo —es decir, el sol, la luna y las estrellas—, pueden sentirse tentados a postrarse ante ellos y adorarlos. Esos astros se los ha dado el Señor, el Dios de ustedes, a todas las naciones que están debajo del cielo.
La ciudad no necesita ni sol ni luna que la alumbren, porque la gloria de Dios la ilumina y el Cordero es su lumbrera.