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Apocalipsis 18:4 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Luego oí otra voz del cielo que decía: «Salgan de ella, pueblo mío, para que no sean cómplices de sus pecados ni los alcance ninguna de sus plagas;

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Después oí otra voz que clamaba desde el cielo: «Pueblo mío, salgan de ella. No participen en sus pecados o serán castigados junto con ella.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Oí otra voz que venía del cielo y decía: 'Aléjate de ella, pueblo mío, no sea que te hagas cómplice de su maldad y tengas que compartir sus castigos;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y oí otra voz procedente del cielo, que decía: ¡Salid de ella pueblo mío,° para que no seáis partícipes de sus pecados ni recibáis parte de sus plagas!°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Oí otra voz que venía del cielo y decía: ' Salid, pueblo mío, de ella, para que no os hagáis cómplices de sus pecados ni partícipes de sus plagas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, y para que no recibáis de sus plagas;

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Otras versiones



Apocalipsis 18:4
16 Referencias Cruzadas  

Lot salió para hablar con sus futuros yernos, es decir, con los prometidos de sus hijas. —¡Apúrense! —les dijo—. ¡Abandonen la ciudad porque el Señor está por destruirla! Pero ellos creían que Lot estaba bromeando,


Ves a un ladrón y lo acompañas; con los adúlteros te identificas.


¡Salgan de Babilonia! ¡Huyan de los babilonios! Anuncien esto con gritos de alegría y háganlo saber. Publíquenlo hasta en los confines de la tierra; digan: «El Señor ha redimido a su siervo Jacob».


Ustedes, que transportan los utensilios del Señor, ¡pónganse en marcha, salgan de allí! ¡Salgan de en medio de ella, purifíquense! ¡No toquen nada impuro!


»¡Huyan de Babilonia; abandonen el país de los babilonios! Sean como los machos cabríos que guían al rebaño.


»¡Huye de ella, pueblo mío! ¡Salva tu vida! ¡Huye de mi ardiente ira!


Ustedes, los que escaparon de la espada, huyan sin demora. Invoquen al Señor en tierras lejanas y no dejen de pensar en Jerusalén».


»¡Huyan de Babilonia! ¡Sálvese quien pueda! No perezcan por causa de su iniquidad. Porque ha llegado la hora de que el Señor tome venganza; ¡él le dará su merecido!


»“Quisimos curar a Babilonia, pero no pudo ser sanada; abandonémosla y regrese cada uno a su tierra, porque llega su condena hasta los cielos; ¡se eleva hasta las nubes!”.


Y dicen: “Si hubiéramos vivido nosotros en los días de nuestros antepasados, no habríamos sido cómplices de ellos para derramar la sangre de los profetas”.


Por tanto, el Señor añade: «¡Salgan de en medio de ellos y apártense! No toquen nada impuro y yo los recibiré».


No te apresures a imponerle las manos a nadie, no sea que te hagas cómplice de pecados ajenos. Consérvate puro.


pues quien le da la bienvenida se hace cómplice de sus malas obras.