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2 Samuel 9:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

—¿No queda nadie de la familia de Saúl a quien yo pueda beneficiar en el nombre de Dios? —volvió a preguntar el rey. —Sí, todavía le queda a Jonatán un hijo que está tullido de ambos pies —le respondió Siba al rey.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

El rey le dijo: ¿No ha quedado nadie de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia de Dios? Y Siba respondió al rey: Aún ha quedado un hijo de Jonatán, lisiado de los pies.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Enseguida el rey le preguntó: —¿Hay alguien de la familia de Saúl que todavía viva? De ser así, quisiera mostrarle la bondad de Dios. Siba le contestó: —Sí, uno de los hijos de Jonatán sigue con vida. Está lisiado de ambos pies.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

El rey le preguntó: '¿Queda todavía algún sobreviviente de la familia de Saúl para que lo trate con bondad digna de Dios?' Siba respondió al rey: 'Todavía queda un hijo de Jonatán que está tullido de ambas piernas'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y el rey preguntó: ¿No queda ni un hombre de la casa de Saúl para que haga con él misericordia de Dios? Y Siba respondió al rey: Aún queda un hijo de Jonatán, tullido de ambos pies.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Dijo entonces el rey: '¿No existe en la familia de Saúl alguno a quien pueda yo mostrar una benevolencia divina?'. Replicó Sibá al rey: 'Aún vive un hijo de Jonatán, tullido de ambos pies'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y el rey dijo: ¿No ha quedado nadie de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia de Dios? Y Siba respondió al rey: Aún ha quedado un hijo de Jonatán, lisiado de los pies.

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Otras versiones



2 Samuel 9:3
11 Referencias Cruzadas  

—Mi señor y rey, como este servidor suyo es cojo, yo quería que me aparejaran un asno para montar y así poder acompañarlo. Pero mi criado Siba me traicionó,


y ahora me ha calumniado ante mi señor el rey. Sin embargo, mi señor el rey es como un ángel de Dios y puede hacer conmigo lo que mejor le parezca.


Por otra parte, Jonatán, hijo de Saúl, tenía un hijo de cinco años, llamado Mefiboset, que estaba tullido. Resulta que, cuando de Jezrel llegó la noticia de la muerte de Saúl y Jonatán, su nodriza lo cargó para huir; pero con el apuro, se le cayó y por eso quedó cojo.


Tullido de ambos pies, Mefiboset vivía en Jerusalén, pues siempre se sentaba a la mesa del rey.


—No temas, pues en memoria de tu padre Jonatán he decidido beneficiarte. Voy a devolverte todas las tierras que pertenecían a tu abuelo Saúl y de ahora en adelante te sentarás a mi mesa.


Sean compasivos, así como su Padre es compasivo.


Sin embargo, el Señor sintió afecto por tus antepasados y los amó; y a ti, que eres su descendencia, te eligió de entre todos los pueblos, como lo vemos hoy.


El Señor amó a sus antepasados y escogió la descendencia de ellos. Por eso él mismo, personalmente, con gran poder los sacó de Egipto