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2 Corintios 3:9 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Si es glorioso el ministerio que trae condenación, ¡cuánto más glorioso será el ministerio que trae la justicia!

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Biblia Reina Valera 1960

Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Si el antiguo camino, que trae condenación, era glorioso, ¡cuánto más glorioso es el nuevo camino, que nos hace justos ante Dios!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Si tan grande fue el ministerio que sentenciaba la condenación, ¿no lo será mucho más todavía el que procura la santidad?

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La Biblia Textual 3a Edicion

Porque si en el ministerio de condenación hay gloria, mucho más abunda en gloria el ministerio de la justicia.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pues si el ministerio de la condenación fue gloria, ¡con cuánta más razón abundará en gloria el ministerio de la justificación!

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Porque si el ministerio de condenación fue glorioso, mucho más abundará en gloria el ministerio de la justificación.

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2 Corintios 3:9
23 Referencias Cruzadas  

Mi justicia no está lejana; mi salvación ya no tarda. ¡Estoy por traerlas! Concederé salvación a Sión y mi esplendor a Israel.


En esos días Judá será salvo, Israel morará seguro. Y este es el nombre que se le dará: “El Señor es nuestra justicia”.


Es más, cuando todavía no estaba circuncidado, recibió la señal de la circuncisión como sello de la justicia que se le había tomado en cuenta por la fe. Por tanto, Abraham es padre de todos los que creen, aunque no hayan sido circuncidados, y a estos se les toma en cuenta su fe como justicia.


Pero gracias a él ustedes están unidos en Cristo Jesús, a quien Dios ha hecho nuestra sabiduría, justificación, santificación y redención;


Uno es el esplendor del sol, otro el de la luna y otro el de las estrellas. Cada estrella tiene su propio brillo.


Pues bien, si aquel ministerio fue así, ¿no será todavía más glorioso el ministerio del Espíritu?


Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios.


Todos los que dependen de las obras que demanda la Ley están bajo maldición, porque está escrito: «Maldito sea quien no practique fielmente todo lo que está escrito en el libro de la Ley».


«Maldito sea quien no practique fielmente las palabras de esta ley». Y todo el pueblo dirá: «¡Amén!».


y encontrarme unido a él. No quiero mi propia justicia que procede de la Ley, sino la que se obtiene mediante la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios, basada en la fe.


Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo han recibido una fe tan preciosa como la nuestra.