La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




2 Corintios 10:2 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Les ruego que cuando vaya no tenga que ser tan atrevido como me he propuesto ser con algunos que opinan que vivimos según criterios meramente humanos;

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

ruego, pues, que cuando esté presente, no tenga que usar de aquella osadía con que estoy dispuesto a proceder resueltamente contra algunos que nos tienen como si anduviésemos según la carne.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Pues bien, les suplico ahora, para que cuando vaya, no tenga que ser atrevido con los que piensan que actuamos con intenciones humanas.

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

No me obliguen, cuando esté ante ustedes, a actuar con autoridad, como estoy decidido y como me atreveré a hacerlo con algunos que piensan que yo no quiero crearme problemas.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

os ruego, pues, que estando presente, no tenga que actuar osadamente, con la confianza con que pienso atreverme contra algunos que nos consideran como si viviéramos° según la carne.

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Os suplico, pues, que una vez que no esté entre vosotros, no tenga que emplear aquella osadía con que opino que debo proceder contra algunos que piensan que nosotros caminamos según la carne.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

ruego, pues, que cuando estuviere presente, no tenga que ser atrevido con la confianza con que pienso ser osado contra algunos, que nos tienen como si anduviésemos según la carne.

Ver Capítulo
Otras versiones



2 Corintios 10:2
12 Referencias Cruzadas  

Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús,


a fin de que la justa demanda de la Ley se cumpliera en nosotros, que no vivimos según la carne, sino según el Espíritu.


Los que viven conforme a la carne fijan la mente en los deseos de la carne; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu.


Al proponerme esto, ¿acaso lo hice a la ligera? ¿O es que hago mis planes según criterios meramente humanos, de manera que diga «sí, sí» y «no, no» al mismo tiempo?


¡Para vergüenza mía, confieso que hemos sido demasiado débiles! Si alguien se atreve a dárselas de algo, también yo me atrevo a hacerlo y lo digo como un insensato.


Por eso escribo todo esto en mi ausencia, para que cuando vaya no tenga que ser severo en el uso de mi autoridad, la cual el Señor me ha dado para edificación y no para destrucción.


Cuando estuve con ustedes por segunda vez les advertí y ahora que estoy ausente lo repito: Cuando vuelva a verlos, no seré indulgente con los que antes pecaron ni con ningún otro,