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1 Corintios 12:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

Por eso les advierto que nadie que esté hablando por el Espíritu de Dios puede maldecir a Jesús; ni nadie puede decir: «Jesús es el Señor» sino por el Espíritu Santo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Por lo tanto, quiero que sepan que nadie que habla por el Espíritu de Dios maldice a Jesús, y nadie puede decir que Jesús es el Señor excepto por el Espíritu Santo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Ahora les digo que ninguno puede gritar: '¡Maldito sea Jesús!' si el espíritu es de Dios; y nadie puede decir: '¡Jesús es el Señor!', sino con un espíritu santo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Por lo cual, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios, llama a Jesús anatema, y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Por eso os hago saber que nadie que habla en Espíritu de Dios, dice: '¡Maldito sea Jesús!'. Y nadie puede decir: 'Jesús es Señor', sino en el Espíritu Santo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios, llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo.

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Otras versiones



1 Corintios 12:3
19 Referencias Cruzadas  

¡Que así les pague el Señor a mis acusadores, a los que me calumnian!


—Entonces, ¿cómo es que David, hablando por el Espíritu, lo llama “Señor”? Él afirma:


—No se lo impidan —respondió Jesús—. Nadie que haga un milagro en mi nombre puede luego hablar mal de mí.


Ustedes me llaman Maestro y Señor y dicen bien, porque lo soy.


Pues, si yo, el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros.


»Cuando venga el Consolador que yo les enviaré de parte del Padre, el Espíritu de verdad que procede del Padre, él testificará acerca de mí.


que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo.


Desearía yo mismo ser maldecido y separado de Cristo por el bien de mis hermanos, los de mi propio pueblo,


Si alguno no ama al Señor, quede bajo maldición. ¡Marana ta!


para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, de quien todo procede y para el cual vivimos; y no hay más que un solo Señor, Jesucristo, por quien todo existe y por medio del cual vivimos.


Si alguien llega a ustedes predicando a un Jesús diferente del que hemos predicado nosotros o si reciben un espíritu o un evangelio diferente de los que ya recibieron, a ese lo aguantan con facilidad.


No es que nos consideremos competentes en nosotros mismos. Nuestra capacidad viene de Dios.


Cristo nos rescató de la maldición de la Ley al hacerse maldición por nosotros, pues está escrito: «Maldito todo el que es colgado de un madero».


no dejarás el cuerpo colgado durante la noche, sino que lo sepultarás ese mismo día. Porque cualquiera que es colgado de un árbol está bajo la maldición de Dios. No contaminarás la tierra que el Señor tu Dios te da como herencia.


En el día del Señor vino sobre mí el Espíritu y oí detrás de mí una voz fuerte, como de trompeta,