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Juan 6:51 - Biblia Martin Nieto

'Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente; y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo'.

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Biblia Reina Valera 1960

Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Yo soy el pan vivo que descendió del cielo. Todo el que coma de este pan vivirá para siempre; y este pan, que ofreceré para que el mundo viva, es mi carne».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi carne, y lo daré para la vida del mundo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno come de este pan, vivirá para siempre. Y ciertamente, el pan que Yo daré por la vida del mundo es mi carne.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: quien coma de este pan vivirá eternamente; pues el pan que yo daré es mi carne, por la vida del mundo'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.

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Otras versiones



Juan 6:51
30 Referencias Cruzadas  

de la misma manera que el hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida por la liberación de todos'.


Luego tomó pan, dio gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: 'Esto es mi cuerpo, que es entregado por vosotros; haced esto en recuerdo mío'.


Y aquel que es la Palabra / se hizo carne, / y habitó entre nosotros, / y nosotros vimos su gloria, / gloria cual de unigénito / venido del Padre, / lleno de gracia y de verdad. /


Al día siguiente, Juan vio a Jesús que venía hacia él, y dijo: 'Éste es el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.


Y todo el que vive y cree en mí no morirá para siempre.


Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el hijo del hombre, que está en el cielo.


Como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así será levantado el hijo del hombre,


'Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su hijo único, para que quien crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.


El que cree en el hijo tiene vida eterna; el que no quiere creer en el hijo no verá la vida; la ira de Dios pesa sobre él'.


Os aseguro que el que escucha mis palabras y cree en el que me ha enviado tiene vida eterna y no será condenado, sino que ha pasado de la muerte a la vida.


Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al mundo'.


Jesús les dijo: 'Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás.


Los judíos criticaban a Jesús porque había dicho: 'Yo soy el pan que ha bajado del cielo',


Os aseguro que el que cree tiene vida eterna.


Yo soy el pan de la vida.


Éste es el pan que baja del cielo; el que come de él no muere'.


el que cree en mí que beba. Lo dice la Escritura: De sus entrañas brotarán ríos de agua viva'.


Pues Dios, por medio de Cristo, estaba reconciliando el mundo, no teniendo en cuenta sus pecados y haciéndonos a nosotros depositarios de la palabra de la reconciliación.


Al que no conoció pecado, le hizo pecado en lugar nuestro, para que nosotros seamos en él justicia de Dios.


Vivid en el amor, siguiendo el ejemplo de Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros a Dios como ofrenda y sacrificio de olor agradable.


Maridos, amad a vuestras esposas, como Cristo amó a la Iglesia y se entregó él mismo por ella,


que se entregó a sí mismo por nosotros para redimirnos y hacer de nosotros un pueblo escogido, limpio de todo pecado y dispuesto a hacer siempre el bien.


siguiendo el camino nuevo y viviente que él ha inaugurado a través de la cortina, es decir, de su propia carne,


Acercaos a él, piedra viva, rechazada por los hombres, pero escogida y apreciada por Dios;


Él se ofrece en expiación por nuestros pecados; y no sólo por los nuestros, sino por los de todo el mundo.


En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Dios nos ha amado a nosotros y ha enviado a su Hijo como víctima expiatoria por nuestros pecados.


Nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado a su Hijo, el Salvador del mundo.