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Jonás 4:9 - Biblia Martin Nieto

Pero Dios dijo a Jonás: '¿Piensas que tienes razón al enfadarte por este ricino?'. Él respondió: 'Sí, tengo razón de enfadarme hasta la muerte'.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Entonces dijo Dios a Jonás: ¿Tanto te enojas por la calabacera? Y él respondió: Mucho me enojo, hasta la muerte.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces Dios dijo a Jonás: —¿Te parece bien enojarte porque la planta murió? —¡Sí —replicó Jonás—, estoy tan enojado que quisiera morirme!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Entonces Yavé le preguntó: '¿Te parece bien enojarte por este ricino?' Jonás respondió: 'Sí, tengo razón para estar enojado hasta el punto de querer morir.

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La Biblia Textual 3a Edicion

’Elohim respondió a Jonás: ¿Tanto te irritas por lo de la calabacera? Él respondió: ¡Tengo razón para irritarme hasta la muerte!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pero Dios respondió a Jonás: '¿Crees que es razonable que te irrites por lo del ricino?'. Él contestó: 'Tengo toda la razón para enojarme hasta desearme la muerte'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces dijo Dios a Jonás: ¿Tanto te enojas por la calabacera? Y él respondió: Mucho me enojo, hasta la muerte.

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Otras versiones



Jonás 4:9
13 Referencias Cruzadas  

Ajab entró en su palacio triste e irritado porque Nabot, el yezraelita, no le había querido dar la herencia de sus padres. Se metió en la cama, volvió la cara a la pared y no probó bocado.


Tú, que desgarras tu alma con tu ira, ¿por ti la tierra va a quedar desierta, se moverán las rocas de su sitio?


Cuida de que el desdén no te conduzca al insulto, y la grandeza no te haga desviarte.


Realmente la rabia mata al insensato, la irritación da muerte al necio.


Esto le sentó mal a Jonás; se enfadó mucho


El Señor le dijo: 'Tú te enfadas por un ricino que no te ha costado fatiga alguna, que no has hecho tú crecer, que en una noche ha nacido y en una noche ha muerto,


Al salir el sol, Dios mandó un viento sofocante del este, y el sol abrasador caía sobre la cabeza de Jonás, el cual, a punto de desvanecerse, se deseaba la muerte y decía: 'Más vale morir que vivir'.


Y les dijo: 'Me muero de tristeza. Quedaos aquí y velad conmigo'.


La tristeza querida por Dios produce un arrepentimiento salvador, de la que no hay que lamentarse, mientras que la tristeza producida por el mundo engendra la muerte.


En aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no la encontrarán; desearán morir, pero la muerte huirá de ellos.


Y tanto le insistía día tras día con la misma pregunta que Sansón, ya desesperado,