Pero ahora, por favor no os aflijáis más ni os reprochéis el haberme vendido, pues en realidad fue Dios quien me mandó delante de vosotros para salvar vidas.
2 Samuel 24:1 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Una vez más, la ira del Señor se encendió contra Israel, así que el Señor incitó a David contra el pueblo al decirle: «Haz un censo de Israel y de Judá». Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Volvió a encenderse la ira de Jehová contra Israel, e incitó a David contra ellos a que dijese: Ve, haz un censo de Israel y de Judá. Biblia Nueva Traducción Viviente Una vez más el enojo del Señor ardió contra Israel, y provocó que David les hiciera daño al levantar un censo. «Ve y cuenta a las personas de Israel y Judá», le dijo el Señor. Biblia Católica (Latinoamericana) De nuevo se encendió contra Israel la cólera de Yavé, quien impulsó a David a causar su desgracia. 'Anda, le dijo, y haz el censo de Israel y Judá'. La Biblia Textual 3a Edicion Volvió a encenderse la ira de YHVH contra Israel; e incitó° a David contra ellos para que dijera: Ve, haz un censo de Israel y de Judá. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Volvió a encenderse la cólera de Yahveh contra Israel y por eso instigó a David contra ellos, ordenándole: 'Disponte a hacer el censo de Israel y de Judá'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y volvió a encenderse la ira de Jehová contra Israel, e incitó a David contra ellos a que dijese: Ve, cuenta a Israel y a Judá. |
Pero ahora, por favor no os aflijáis más ni os reprochéis el haberme vendido, pues en realidad fue Dios quien me mandó delante de vosotros para salvar vidas.
Es verdad que vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente.
»Pues bien, así dice el Señor: “Yo haré que el desastre que mereces surja de tu propia familia, y ante tus propios ojos tomaré a tus mujeres y se las daré a otro, el cual se acostará con ellas en pleno día.
Pero el rey respondió: ―Esto no es asunto mío ni vuestro, hijos de Sarvia. A lo mejor el Señor le ha ordenado que me maldiga. Y, si es así, ¿quién se lo puede reprochar?
Entonces el rey Jorán salió de Samaria, movilizó a todo el ejército de Israel,
Satanás conspiró contra Israel e indujo a David a hacer un censo del pueblo.
Los hijos de Tola fueron Uzi, Refaías, Jeriel, Yamay, Ibsán y Samuel, todos ellos guerreros valientes y jefes de las familias patriarcales de Tola. Según sus registros genealógicos, en el tiempo de David eran veintidós mil seiscientos.
Todos ellos fueron descendientes de Aser, jefes de familias patriarcales, hombres selectos, guerreros valientes e importantes. Según sus registros genealógicos eran veintiséis mil hombres, aptos para la guerra.
Pero Ezequías no correspondió al favor recibido, sino que se llenó de orgullo. Eso hizo que el Señor se encendiera en ira contra él, y contra Judá y Jerusalén.
Yo voy a endurecer el corazón del faraón y, aunque haré muchas señales milagrosas y prodigios en Egipto,
»Si un profeta es seducido y pronuncia un mensaje, será porque yo, el Señor, lo he seducido. Así que levantaré mi mano contra él, y lo haré pedazos en presencia de mi pueblo.
Luego Moisés les dijo a Aarón y a sus hijos Eleazar e Itamar: «No andéis vosotros con el pelo despeinado, ni os rasguéis los vestidos. Así no moriréis vosotros ni se irritará el Señor contra toda la comunidad. Vuestros hermanos israelitas harán duelo por el incendio que produjo el Señor,
tal como el Señor se lo había mandado a Moisés. Este censo lo hizo Moisés en el desierto de Sinaí.
para hacer lo que de antemano tu poder y tu voluntad habían determinado que sucediera.
Entonces el Señor se enfureció contra los israelitas y los entregó en manos de invasores que los saquearon. Los vendió a sus enemigos que tenían a su alrededor, a los que ya no pudieron hacerles frente.
Por eso el Señor se enfureció contra Israel y dijo: «Puesto que esta nación ha violado el pacto que yo establecí con sus antepasados y no me ha obedecido,
Te ruego que escuches mis palabras. Si quien te mueve en contra mía es el Señor, una ofrenda bastará para aplacarlo. Pero, si son los hombres, ¡que el Señor los maldiga! Hoy me expulsan de esta tierra, que es la herencia del Señor, y me dicen: “¡Vete a servir a otros dioses!”