Entonces Janún mandó que apresaran a los mensajeros de David y que les afeitaran media barba y les rasgaran la ropa por la mitad, a la altura de las nalgas. Y así los despidió.
2 Samuel 10:5 - Biblia Nueva Versión Internacional 2017 Los hombres del rey David se sentían muy avergonzados. Cuando David se enteró de lo que les había pasado, mandó que los recibieran y les dieran este mensaje de su parte: «Quedaos en Jericó, y no regreséis hasta que os crezca la barba». Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Cuando se le hizo saber esto a David, envió a encontrarles, porque ellos estaban en extremo avergonzados; y el rey mandó que les dijeran: Quedaos en Jericó hasta que os vuelva a nacer la barba, y entonces volved. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando llegó a oídos de David lo que había sucedido, envió mensajeros para decirles a los hombres: «Quédense en Jericó hasta que les crezca la barba y luego regresen». Pues se sentían muy avergonzados de su aspecto. Biblia Católica (Latinoamericana) Al saber eso, David envió a alguien que fuera a encontrarlos, pues esos hombres estaban llenos de vergüenza. Les mandó decir: 'Quédense en Jericó hasta que les crezca la barba, y después regresen'. La Biblia Textual 3a Edicion Cuando informaron a David, él envió a encontrarlos, pues los hombres estaban muy avergonzados. Y el rey hizo decirles: Permaneced en Jericó hasta que crezca vuestra barba, entonces regresaréis. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Se lo comunicaron a David, y éste mandó gente a su encuentro, porque los hombres estaban sobremanera avergonzados, para decirles de parte del rey: 'Quedaos en Jericó hasta que os crezca la barba, y después volveréis'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Lo cual cuando fue hecho saber a David, envió a encontrarlos, porque ellos estaban en extremo avergonzados; y el rey mandó a decirles: Quedaos en Jericó hasta que os vuelva a crecer la barba, y entonces regresad. |
Entonces Janún mandó que apresaran a los mensajeros de David y que les afeitaran media barba y les rasgaran la ropa por la mitad, a la altura de las nalgas. Y así los despidió.
Al darse cuenta los amonitas de que habían ofendido a David, hicieron trámites para contratar mercenarios: de entre los sirios de Bet Rejob y de Sobá, veinte mil soldados de infantería; del rey de Macá, mil hombres; y de Tob, doce mil hombres.
En tiempos de Acab, Jiel de Betel reconstruyó Jericó. Echó los cimientos al precio de la vida de Abirán, su hijo mayor, y puso las puertas al precio de la vida de Segub, su hijo menor, según la palabra que el Señor había dado a conocer por medio de Josué hijo de Nun.
Los hombres de David se sentían muy avergonzados. Cuando David se enteró de lo que les había pasado, mandó que los recibieran y les dieran este mensaje de su parte: «Quedaos en Jericó, y no regreséis hasta que os crezca la barba».
Las puertas de Jericó estaban bien aseguradas por temor a los israelitas; nadie podía salir o entrar.