Y cuando vengan las pruebas, no permitas que ellas nos aparten de ti, y líbranos del poder del diablo'.
Apocalipsis 19:1 - Biblia Lenguaje Sencillo (Nuevo Testamento) Después de esto me pareció escuchar en el cielo las fuertes voces de muchísimas personas, que gritaban:
'¡Que todos alaben al Señor!
Nuestro Dios es poderoso,
y nos ha salvado.
Por eso le pertenecen
el poder y la gloria, Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro; Biblia Nueva Traducción Viviente Después de esto, oí algo en el cielo que parecía las voces de una inmensa multitud que gritaba: «¡Alabado sea el Señor! La salvación, la gloria y el poder le pertenecen a nuestro Dios. Biblia Católica (Latinoamericana) Después oí en el cielo algo como el canto de un inmenso gentío, que decía:
¡Aleluya! ¿Quién salva y quién tiene gloria y poder sino nuestro Dios? La Biblia Textual 3a Edicion Después de estas cosas, oí como la voz de una gran° multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! La salvación°, y la gloria y el poder son de nuestro Dios,° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Después de esto oí un gran clamor en el cielo, como de numerosa muchedumbre, que decía: '¡Aleluya! La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y después de estas cosas oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder al Señor nuestro Dios. |
Y cuando vengan las pruebas, no permitas que ellas nos aparten de ti, y líbranos del poder del diablo'.
El séptimo ángel tocó su trompeta, y en el cielo se oyeron fuertes voces que decían: 'Nuestro Dios y su Mesías ya gobiernan sobre todo el mundo; y reinarán para siempre'.
Entonces oí una fuerte voz que decía: '¡Nuestro Dios ha salvado a su pueblo; ha mostrado su poder, y es el único rey! Su Mesías gobierna sobre todo el mundo. El diablo ha sido arrojado del cielo, pues día y noche, delante de nuestro Dios, acusaba a los nuestros.
Entonces me pareció oír las voces de mucha gente. Era como el sonido de cataratas y de fuertes truenos, y decían: '¡Que todos alaben a Dios, el Señor todopoderoso, porque él ha comenzado a reinar!