Y respondió Abram: Señor DIOS ¿qué me has de dar, siendo así que yo ando solo, y el mayordomo de mi casa es el damasceno Eliezer?
Lucas 16:1 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Y dijo también a sus discípulos: Había un hombre rico, el cual tenía un mayordomo, y éste fue acusado delante de él como disipador de sus bienes. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Dijo también a sus discípulos: Había un hombre rico que tenía un mayordomo, y este fue acusado ante él como disipador de sus bienes. Biblia Nueva Traducción Viviente Jesús les contó la siguiente historia a sus discípulos: «Había cierto hombre rico que tenía un administrador que manejaba sus negocios. Un día llegó la noticia de que el administrador estaba malgastando el dinero de su patrón. Biblia Católica (Latinoamericana) Jesús dijo también a sus discípulos: 'Había un hombre rico que tenía un administrador, y le vinieron a decir que estaba malgastando sus bienes. La Biblia Textual 3a Edicion Decía también a los discípulos: Había cierto° hombre rico que tenía un mayordomo, el cual fue acusado ante él de dilapidar sus bienes. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Decía también a los discípulos: 'Había un hombre rico que tenía un administrador, el cual fue denunciado ante su dueño como malversador de sus bienes. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y dijo también a sus discípulos: Había un hombre rico, el cual tenía un mayordomo, y este fue acusado ante él de que había disipado sus bienes. |
Y respondió Abram: Señor DIOS ¿qué me has de dar, siendo así que yo ando solo, y el mayordomo de mi casa es el damasceno Eliezer?
Y se llegaron a aquel varón que presidía en la casa de José, y le hablaron a la entrada de la casa.
Y juntó David en Jerusalén a todos los principales de Israel, los príncipes de las tribus, y los príncipes de las cuadrillas, que servían al rey; y los tribunos y centuriones, con los príncipes de toda la hacienda y posesión de David, y sus hijos, con los eunucos, los poderosos, y todos los hombres valientes.
Y ella no reconoció que yo le daba el trigo, y el vino, y el aceite, y que les multipliqué la plata y el oro con que hicieron a Baal.
Y cuando fue la tarde del día, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros.
Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente, al cual el señor pondrá sobre su familia, para que a tiempo les dé su ración?
Y no muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, partió lejos a una provincia apartada; y allí desperdició su hacienda viviendo perdidamente.
Mas cuando vino éste tu hijo, que ha consumido tu sustento con rameras, has matado para él el becerro grueso.
Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez.
Y le llamó, y le dijo: ¿Qué es esto que oigo de ti? Da cuenta de tu mayordomía, porque ya no podrás más ser mayordomo.
Y vino otro, diciendo: Señor, he aquí tu mina, la cual he tenido guardada en un pañuelo;
y Juana, mujer de Chuza, procurador de Herodes, y Susana, y otras muchas que le servían de sus haciendas.
Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como dispensador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no heridor, no codicioso de ganancias deshonestas;
Cada uno según el don que ha recibido, adminístrelo a los otros, como buenos dispensadores de las diferentes gracias de Dios.