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Levítico 26:4 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras

yo daré vuestra lluvia en su tiempo, y la tierra dará su fruto, y el árbol del campo dará su fruto;

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

yo daré vuestra lluvia en su tiempo, y la tierra rendirá sus productos, y el árbol del campo dará su fruto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

les enviaré las lluvias de temporada. Entonces la tierra les dará sus cosechas y los árboles del campo producirán su fruto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

les enviaré las lluvias a su tiempo para que la tierra dé sus productos y los árboles del campo sus frutos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

entonces Yo daré vuestras lluvias en su época y la tierra rendirá su cosecha y el árbol del campo dará su fruto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

os mandaré la lluvia a su tiempo, la tierra rendirá sus productos y los árboles del campo darán su fruto.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Yo daré vuestra lluvia en su tiempo, y la tierra dará su producto, y el árbol del campo dará su fruto;

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Otras versiones



Levítico 26:4
31 Referencias Cruzadas  

Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive el SEÑOR Dios de Israel, delante del cual estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.


Que da la lluvia sobre la faz de la tierra, y envía las aguas sobre las faces de las plazas.


El que riega los montes desde sus aposentos; del fruto de sus obras se sacia la tierra.


Entonces la tierra dará su fruto; nos bendecirá Dios, el Dios nuestro.


Bendíganos Dios, y témanlo todos los confines de la tierra.


Abundante lluvia esparciste, oh Dios, a tu heredad; y cuando se cansó, tú la recreaste.


El SEÑOR dará también el bien; y nuestra tierra dará su fruto.


La justicia irá delante de él; y pondrá sus pasos en camino.


Entonces dará lluvia a tu sementera, cuando sembrares la tierra; y pan del fruto de la tierra; y será fértil y grueso; y tus ganados en aquel tiempo serán apacentados en anchas dehesas.


haré que quede desierta; no será podada ni cavada; y crecerán el cardo y las espinas; y aun a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella.


¿Hay por ventura entre las vanidades de los gentiles quien haga llover? ¿Y los cielos por ventura darán lluvias? ¿No eres tú, SEÑOR, nuestro Dios? En ti, pues, esperamos; porque tú hiciste todas estas cosas.


Multiplicaré asimismo el fruto de los árboles, y el fruto de los campos, para que nunca más recibáis oprobio de hambre entre los gentiles.


Animales del campo, no temáis; porque los pastos del desierto reverdecerán, porque los árboles llevarán su fruto, la higuera y la vid darán sus frutos.


y la tierra dará su fruto, y comeréis hasta saciaros, y habitaréis en ella seguros.


entonces yo os enviaré mi bendición el sexto año, y hará fruto por tres años.


Porque la simiente de la paz quedará ; la vid dará su fruto, y la tierra dará su fruto, y los cielos darán su rocío; y haré que el remanente de este pueblo posea todo esto.


para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos; que hace que su sol salga sobre malos y buenos, y llueva sobre justos e injustos.


si bien no se dejó a sí mismo sin testimonio, haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones.


Y será que, si escuchareis cuidadosamente mis mandamientos que yo os mando hoy, amando al SEÑOR vuestro Dios, y sirviéndole con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma,


yo daré la lluvia de vuestra tierra en su tiempo, la temprana y la tardía; y cogerás tu grano, y tu vino, y tu aceite.


Te abrirá el SEÑOR su buen depósito, el cielo, para dar lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchos gentiles, y tú no tomarás prestado.


Pues, hermanos, sed pacientes hasta la venida del Señor. Mirad que el labrador espera el precioso fruto de la tierra, esperando pacientemente, hasta que reciba la lluvia temprana y tardía.


Estos tienen potestad de cerrar el cielo, que no llueva en los días de su profecía, y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga cuantas veces quisieren.