Del mandamiento de sus labios nunca me separé; guardé las palabras de su boca más que mi comida.
Juan 4:32 - Biblia Spanish Sagradas Escrituras Y él les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Él les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis. Biblia Nueva Traducción Viviente Jesús les respondió: —Yo tengo una clase de alimento que ustedes no conocen. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero él les contestó: 'El alimento que debo comer, ustedes no lo conocen. La Biblia Textual 3a Edicion Pero Él les dijo: Yo tengo una comida para comer, que vosotros no sabéis.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero él les contestó: 'Yo tengo para comer un alimento que vosotros no conocéis'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero Él les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis. |
Del mandamiento de sus labios nunca me separé; guardé las palabras de su boca más que mi comida.
Nun El secreto del SEÑOR es para los que le temen; y a ellos hará conocer su pacto.
Como de sebo y de grosura será saciada mi alma; y con labios de alegría te alabará mi boca,
El corazón conoce la amargura de su alma; y extraño no se entremeterá en su alegría.
Del fruto de la boca del hombre se llenará su vientre; se saciará del producto de sus labios.
Del trabajo de su alma verá y será saciado. Y con su conocimiento justificará mi Siervo justo a muchos; y él llevará las iniquidades de ellos.
Se hallaron tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se llamó sobre mí, oh SEÑOR Dios de los ejércitos.
Entonces los discípulos decían el uno al otro: ¿Si le habrá traído alguien de comer?
Les dice Jesús: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.
En todo os he enseñado que, trabajando así, es necesario sobrellevar a los enfermos, y tener presente las palabras del Señor Jesús, el cual dijo: Más bienaventurada cosa es dar que recibir.
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. Al que venciere, daré a comer del Maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita un Nombre nuevo escrito, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.