En ocasiones, la religiosidad ciega a las personas y las lleva a hacer cosas por fanatismo de las cuales pueden arrepentirse en un futuro. No obstante, Dios muestra su amor y misericordia para con aquellos que están confundidos, con el fin de que le conozcan y comprendan la verdad.
Yassir creció en un hogar donde su familia era bastante religiosa, pues seguían y se regían por las leyes del islam.
A la edad de 8 años, su padre lo lleva a una escuela islámica, donde fue obligado a aprenderse de memoria el Corán y a vivir como un verdadero musulmán. Aquello también lo llevó a odiar a las personas, especialmente los que no eran musulmanes.
En su adolescencia, mientras estudiaba, ideó un plan para matar a un compañero de clases que era cristiano. Con la ayuda de sus amigos, todos lo interceptaron una noche, lo golpearon brutalmente y se deshicieron de su cuerpo como si nada hubiera ocurrido. Aquel joven cristiano no fue visto nunca más.
Tiempo más tarde, pudo presenciar con sus ojos un poderoso milagro luego de que un grupo de cristianos oraran por un niño; eso lo llevó a entregar su vida a Cristo.
Debido a su nueva decisión de ser un creyente también, su familia lo hizo a un lado y dejaron de considerarlo uno de los suyos, pero el ya estaba convencido de que quería seguir a Jesús.
Años después, durante un viaje a una conferencia pastoral, se topa con un hombre al que le cuenta su historia, y quien luego le revela que es el mismo joven al que él había creído asesinar en su juventud. Éste le dio un poderoso mensaje de parte de Dios que le cambió la vida, uno sobre el perdón y la redención.
El testimonio de Yassir nos demuestra que a pesar de nuestros errores, Dios es bueno u justo para perdonarnos y hacer de nosotros una nueva creación que pueda usar para su gloria.
