A pesar de enfrentar la tragedia de una masacre en su familia, Ingrid encontró la fuerza para acercarse a Dios y perdonar a los asesinos. Su valentía y resiliencia la llevaron a convertirse en una profesional exitosa y una mujer llena de alegría y fe.
«Dios tenía un propósito y por eso estoy aquí, él me dio otra oportunidad para vivir»