Everardo Diaz nos cuenta el testimonio de su vida, de la enfermedad que sufrió y por la cuál ultimadamente fue declarado muerto, pero Cristo le devolvió la vida y ahora se dedica a predicar y a compartir su testimonio a otros para expandir el Evangelio de Jesucristo.
Everardo nació bien, era un niño normal a la edad de un año corría como cualquier otro niño, pero a la edad de dos años, empezó a perder la movilidad en el lado derecho de su cuerpo. Dice que lloraba de dolor.
Lo llevaron con curanderos, para ese momento ya tenía toda la parte derecha de su cuerpo inmovilizada y no podía mantener firme su cabeza, fue una experiencia muy fuerte para él.
Luego de un tiempo, un tío le habló de la palabra de Dios y le dijo que Él le amaba y le podía hacer un milagro. Pero a pesar de haber oído de la Palabra de Dios, aun así se negaba asistir a la iglesia.
Un día lo llevaron con un médico el cual le ofreció una operación que era muy costosa y sus padres no pudieron costearla. El médico le dijo que si no accedía a operarse, no iba a llegar ni a 40 años de vida.
Luego de unos años Everardo tuvo una caída que le empeoró, a tal punto de que no podía acostarse y durante 6 meses permaneció sentado en un sillón. Pero era tan fuerte el cansancio que Everardo decidió acostarse, fue entonces cuando sintió que algo se desprendió de su cuerpo y vio un túnel del cual provenía una luz.
Aunque aun no había recibido a Cristo, dice que observó unas sandalias, una silla dorada y una túnica resplandeciente, y allí un hombre de ojos azules y barba como de algodón que le llamó por su nombre y le dijo: «Everardo todavía no te toca, en 7 días vas a estar mejor».
Todo aconteció como aquel hombre le había dicho. Dios lo llevó ante su presencia para que el conociera al que tiene el poder y para Él no hay nada imposible.
