Blanquita Silva nos cuenta su testimonio de restauración, de como Dios la ayudó a salir del mundo del lesbianismo y le regresó su identidad sexual.
Blanquita tuvo una infancia difícil en un ambiente lleno de mucha violencia y agresión, desde niña tuvo tendencia a jugar con los niños. Sin embargo, los cambios físicos y psicológicos llegaron en la etapa de la adolescencia.
Con el paso del tiempo sus padres fueron notando una actitud extraña en ella. Pero por temor no se atrevía a contarle su situación. Ella solo pensaba que había nacido así y como había forma de cambiar su tendencia sexual.
Llegó al punto de cambiar su físico y quería cambiar también su sexo por medio de los procedimientos quirúrgicos. Sin embargo, ella dice que sentía que su conciencia la acusaba y le hacía sentir que lo que estaba haciendo no estaba bien.
Su tío fue quien le habló de Dios y quien la llevó a los pies de Cristo, hoy en día su vida ha cambiado, y ahora ella es un testimonio vivo de que para Dios no es imposible cambiar la vida de una persona.
