Moisés Ben Maimón (1138–1204), conocido como Maimónides por los angloparlantes y Rambam entre los hebreoparlantes, fue un destacado filósofo judío medieval. La Enciclopedia Stanford de Filosofía lo describe como «el mayor filósofo judío del periodo medieval».
La filosofía de Maimónides estuvo claramente influenciada por Aristóteles. Uno de sus mayores aportes fue la Mishné Torá («Segunda a la Torá»), una obra monumental en 14 volúmenes que detalla las prácticas judías medievales. Su propósito era ser una recopilación completa de la ley oral que explicara y organizara la ley escrita de las Escrituras hebreas.
El Dr. Menachem Kellner, de la Universidad de Haifa y del Centro Shalem de Jerusalén, ha sugerido que sin Maimónides sería casi imposible hablar hoy de judaísmo «ortodoxo». De hecho, el título de uno de sus artículos —«De Moisés a Moisés»— refleja el gran respeto que se le otorga como legislador y pensador.
Otra de sus obras más influyentes es La Guía de los Perplejos, donde Maimónides intentó armonizar la Torá con la filosofía griega. Estas dos obras, la Mishné Torá y La Guía, han tenido un impacto duradero en el pensamiento judío.
Además de filósofo, Maimónides fue un reconocido médico, incluso sirviendo en la corte del sultán Saladino. Según el Dr. Kellner, Maimónides ayudó a introducir y legitimar una visión científica en el pensamiento judío, en contraposición con el fuerte misticismo de tradiciones como la Cábala.
Muchos de sus consejos siguen siendo aplicables hoy. Algunos ejemplos de su sabiduría son:
Aunque Maimónides no fue cristiano y sus obras deben ser leídas con discernimiento, sus escritos ayudan a comprender las raíces del pensamiento judío que influenció la época de Jesús y los siglos posteriores. Sin embargo, es fundamental entender que su obra representa una forma de teología sistemática judía y no una exégesis bíblica centrada en el Mesías prometido.
Desde una perspectiva cristiana protestante, reconocemos que la verdadera revelación se encuentra en Cristo, quien dijo: «Escudriñad las Escrituras, porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí» (Juan 5:39, RVR1960).
Maimónides aportó claridad al judaísmo medieval, pero la revelación completa y final nos ha sido dada en Jesucristo, el Hijo de Dios, el cumplimiento de la Ley y los Profetas (Mateo 5:17).
Maimónides fue una figura crucial en la historia del judaísmo, un pensador brillante cuya influencia aún perdura. Su legado como filósofo, legislador y médico sigue siendo estudiado tanto en el ámbito judío como en el académico. Sin embargo, como creyentes en Cristo, recordamos que la sabiduría humana, aunque útil, no reemplaza la revelación divina contenida en las Escrituras.
La verdadera sabiduría comienza con el temor del Señor (Proverbios 9:10). Maimónides enseñó muchas verdades prácticas, pero solo en Cristo hallamos la sabiduría eterna y la salvación. Que toda enseñanza nos lleve a glorificar a Dios y a profundizar en el conocimiento de Su Palabra.