Si un ser querido o un amigo forma parte de una secta, lo primero que se debe hacer es orar. Después, investiga un poco para conocer qué tipo de grupo es. Es fundamental comprender el funcionamiento general de estos grupos y la mentalidad de quienes están atrapados en una secta religiosa perjudicial.

Principalmente, las sectas religiosas perjudiciales se basan en el miedo, la vergüenza y el secreto. A los adeptos se les inculca la idea de centrar sus esperanzas en una vida futura en un lugar paradisíaco o en el cielo, obligándolos a renunciar a cualquier posibilidad de experimentar verdadera felicidad o satisfacción en esta vida terrenal. Por lo general, enfrentan sentimientos de vacío y temor, se ven obligados a resignarse al aburrimiento, al trabajo arduo y a la autodisciplina. Con frecuencia deben fingir alegría y mantener una «actitud positiva» para demostrar a los demás que su religión es la «única verdadera».
Además, es común que los integrantes de una secta se sientan constantemente vigilados. Los miembros más antiguos controlan sus acciones, palabras y comportamiento. Cualquier desviación de las normas del grupo conlleva algún tipo de castigo. Los individuos pertenecientes a sectas religiosas tóxicas son mentalmente esclavizados. Aquellos con amigos o familiares dentro del mismo círculo corren el riesgo de perderlos si deciden abandonarla alguna vez. Muchos exmiembros son rechazados al separarse del grupo.
Al estar siempre amenazados con perder a sus seres queridos y su red social, ser condenados en el Armagedón o perder su salvación, los adeptos suelen vivir como si estuvieran en «piloto automático». Siguen adelante intentando ignorar las preguntas y dudas que surgen ocasionalmente en sus mentes. Es un esfuerzo constante mantener esa actitud para cumplir con las expectativas del grupo sectario.
Asegúrate de que sus vidas no estén fundamentadas en una falsedad y de que todo su esfuerzo y sacrificio no hayan sido en vano.
Muchos miembros activos de la secta han renunciado a mucho por su grupo: a una educación adecuada, a la posibilidad de formar una familia o perseguir sus sueños, a una carrera, a un fondo de jubilación y a mantener relaciones con sus familiares fuera de la secta. Han dejado todo eso atrás para servir a su secta y así alcanzar la salvación. Esta es una razón por la cual los miembros de la secta suelen ponerse a la defensiva al hablar con alguien ajeno al grupo sobre sus creencias. En muchas ocasiones justificarán y defenderán agresivamente sus elecciones de vida.
Cuando hables con un amigo o familiar involucrado en un grupo religioso perjudicial, ten en cuenta que las personas generalmente reaccionan no tanto a las palabras que decimos, sino a los sentimientos que transmitimos. Si nos expresamos con ira, frustración, amargura o burla, corremos el riesgo de alejar a nuestro ser querido, haciéndolo distanciarse o defenderse.
Esto no significa que seamos incapaces de ayudar a las víctimas de la secta a liberarse, ni que no haya nada que podamos hacer al respecto. Existen métodos probados para rescatar a un amigo de un grupo religioso perjudicial, pero es fundamental actuar estratégica y empáticamente.
Lo primero que debemos hacer, como se mencionó anteriormente, es orar por ellos. La oración es la herramienta más efectiva y poderosa que tenemos, porque solo Dios puede quitarles el velo de los ojos. El Dios de la verdad puede liberarlos «y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.» (Juan 8:32).
En segundo lugar, resulta crucial construir y mantener la confianza con tu ser querido atrapado en una secta. Si él o ella no se siente lo suficientemente cómodo como para confiar en ti, probablemente aún no te hayas ganado el derecho a ser escuchado.
Jugar, en lugar de abrumar a tu amigo con la información que has recopilado sobre el grupo, es preferible hacerle preguntas inquisitivas que pueda llevar consigo y explorar. Si tu familiar no quiere responder, al menos habrás sembrado una pequeña semilla de duda en su mente.
En segundo lugar, colabora con los miembros de la secta para que conozcan más sobre otras sectas, de modo que puedan identificar conexiones entre estas últimas y su propio grupo religioso. Por ejemplo, muchas personas se han dado cuenta de que forman parte de un grupo tóxico tras ver la exposición de Leah Remini sobre la Cienciología. Al observar cómo se ejerce el control mental y la manipulación en otros grupos, las víctimas de una secta se enfrentan a la incómoda verdad de que también están siendo manipuladas de igual manera.
Además, es esencial que tu ser querido comprenda que si decide abandonar la secta, contarán contigo para brindarle apoyo. Lamentablemente, muchas personas permanecen atrapadas en sectas tóxicas durante mucho tiempo por miedo a quedarse sin nadie en quien confiar externamente. Los familiares y amigos preocupados deben ofrecer una amistad sólida y constante a aquellos atrapados en un grupo religioso perjudicial para respaldarlos durante su largo y difícil proceso de desvinculación.