En síntesis, la relación entre la teoría de cuerdas y Dios se puede expresar de la siguiente manera: si la teoría de cuerdas es correcta, entonces Dios la creó. Esta es la única afirmación concluyente que podemos extraer de las Escrituras. La Biblia no menciona si Dios utilizó átomos, elementos, quarks, once dimensiones u otras cuerdas de energía vibrante. Lo único que declara con autoridad es que Dios creó el mundo:
En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Génesis 1:1

Dios y las dimensiones
Algunos intentan vincular la teoría de cuerdas con una comprensión más profunda de Dios, no en cuanto a Su naturaleza, sino respecto a Su ubicación. Dios no está limitado por nuestras tres dimensiones espaciales ni por una dimensión temporal. Como dice Isaías:
Él está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas.” Isaías 40:22
El cielo no es un lugar visible o accesible por medios físicos convencionales, y Dios trasciende el tiempo. Algunos teorizan que si no podemos ver a Dios ni percibir la mayoría de las dimensiones propuestas por la teoría de cuerdas, tal vez Él habite en esas dimensiones. No obstante, esta idea enfrenta un problema teológico clave: situar a Dios dentro del cosmos creado para la humanidad.
Según ciertas versiones de la teoría de cuerdas, existen once dimensiones (las tres espaciales, el tiempo y otras siete dimensiones extremadamente compactadas). Pero incluso si esto es correcto, debemos entender que esas dimensiones también serían creación de Dios. Por lo tanto, Dios no está confinado en ellas, sino que las trasciende completamente.
¿Por qué no podemos ver a Dios?
Es posible imaginar que Dios, al interactuar con las once dimensiones, simplemente no puede ser percibido por seres humanos limitados a cuatro dimensiones. Sin embargo, la razón bíblica de por qué no podemos ver a Dios va más allá de las limitaciones físicas. Es espiritual:
La fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Hebreos 11:1
La Biblia enseña que Dios ha decidido revelarse a través de la fe, no mediante exploraciones científicas o acceso sensorial. Incluso si la teoría de cuerdas explica cómo interactúa Dios con nuestro mundo (es decir, los milagros), eso no cambiaría el hecho de que Dios se da a conocer en sus términos, no en los nuestros.
El conocimiento humano es limitado
La teoría de cuerdas aún no es verificable ni observable, y por lo tanto, todavía no se considera ciencia empíricamente comprobada. Es una propuesta matemática fascinante, pero limitada en evidencia. Si llegara a ser validada, no haría más que confirmar lo que ya sabemos por fe: Dios es el Autor de toda la creación.
Y si resulta ser incorrecta, al menos puede servir como una metáfora útil para reflexionar sobre la inmensidad y complejidad del universo y de su Creador.
Apenas vislumbramos su poderío; tan solo un leve susurro sobre lo mucho que sabemos acerca de Él. ¿Quién entonces podría comprender plenamente el fragor de su poder? Job 26:14
Conclusión
La fe cristiana no depende de teorías científicas, aunque estas puedan inspirar asombro ante la creación. La teoría de cuerdas, si es cierta, no desplaza a Dios: simplemente se sumaría a las incontables maravillas que testifican de Su sabiduría. Dios no está contenido por el tiempo, el espacio ni las dimensiones. Él los creó todos y está por encima de ellos.
No necesitamos comprender las once dimensiones para creer. Lo que necesitamos es la fe en Jesucristo, quien se manifestó en nuestra dimensión, murió en nuestro mundo y resucitó para darnos vida eterna.
Reflexión final
Quizás nunca entendamos cómo Dios sostiene el universo, pero sí podemos conocer al Dios que lo sostiene. Más allá de cuerdas o dimensiones, hay un Creador que se ha revelado en amor. Y ese amor no requiere fórmulas para ser recibido solo fe.