En el momento que Dios puso un sueño en nuestro corazón y cuando la promesa echo raíz Dios no solo lo empezó sino que también estableció una fecha de terminación
, Dios es el autor y consumador de nuestra fe y no nos hubiera dado ese sueño, la promesa no tendría vida si Dios no tuviera el plan de hacer que suceda, no importa cuanto tiempo haya pasado, nuestra mente nos dirá que es tarde, que no pasará o que estamos viejos, pero hoy Dios nos dice: No se acabó yo tengo la palabra final. Creamos en su promesa, en que así será.