En esta poderosa prédica, Dante Gebel nos invita a reflexionar sobre cómo muchas veces intentamos vivir una fe “controlada”, sin riesgos ni desafíos, como si estuviéramos dentro de una biósfera perfecta: protegidos del dolor, del rechazo y de las pruebas. Sin embargo, el crecimiento espiritual no ocurre en ambientes artificiales, sino en medio de los desiertos, los vientos y las tormentas de la vida.
Así como los árboles dentro de la biósfera nunca desarrollaron raíces fuertes porque no enfrentaban el viento, el cristiano que evita los desafíos tampoco desarrolla una fe firme. Dios permite las pruebas no para destruirnos, sino para fortalecernos.
Prepárate para descubrir por qué las dificultades son esenciales para tu madurez espiritual, y cómo Dios usa cada proceso para formar en ti un carácter inquebrantable.
Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Hebreos 12:6