Dios a sus hijos nos llena de amor lo cual se traduce en el anhelo de compartirlo con cuantas más personas uno tenga oportunidad, dando lo mejor de nosotros a favor de otros, eso es servir.
Servir implica seguir la guía del Señor, cuando hacemos lo que Dios nos instruye a favor de aquella persona o institución es importante no confundirlo con servilismo, que es prestarse para satisfacer caprichos o intenciones injustas e incorrectas.
