En aquel día no me preguntaréis nada; en verdad, en verdades digo: Cuanto pidiereis al Padre os lo dará en mi nombre.'
Y clamaron a Yahvé en su angustia, y los libró de sus apreturas. Tornó el huracán en céfiro, y las olas se calmaron. Alegráronse porque se habían encalmado, y los guió al deseado puerto.
Pero tú, ¡oh Yahvé! eres escudo en torno mío, mi gloria, el que me hace erguir la cabeza.
Yahvé restableció a Job en su estado, después de haber rogado él por sus amigos, y acrecentó Yahvé hasta el duplo todo cuanto antes poseyera.
“Vuelve a Ezequías, jefe de mi pueblo, y dile: Así habla Yahvé, el Dios de David, tu padre: He escuchado tu oración y he visto tus lágrimas. Te curaré. Dentro de tres días subirás a la casa de Yahvé.
y en mi angustia invocaba a Yahvé, imploraba el auxilio de mi Dios. El oyó mi voz desde su templo, mi clamor llegó a sus oídos.
El le miró, y sobrecogido de temor, dijo: ¿Qué quieres, Señor? Y le dijo: Tus oraciones y limosnas han sido recordadas ante Dios.
En efecto, Pedro era custodiado en la cárcel; pero la Iglesia oraba con mucho fervor a Dios por él.'
Séate mi oración como incienso en tu presencia, y el alzar a ti mis manos como oblación verpertina.
Entonces llamarás y Yahvé te oirá; le invocarás, y El dirá: Heme aquí. Cuando quites de ti el yugo, el gesto amenazador y el hablar altanero8;'
Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que quisiereis, y se os dará.
cooperando vosotros con la oración a favor nuestro, a fin de que la gracia que por las plegarias de muchos se nos concedió sea de muchos agradecida por nosotros.
Le amo, porque oye Yahvé la voz de mis súplicas, porque inclinó a mí sus oídos en el día en que le invoqué.
Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
Salmo de David. ¡Oh Yahvé! a ti clamo, apresúrate a socorrerme, oye la voz del que te invoca.
Vete y di a Ezequías: Así habla Yahvé, el Dios de tu padre David: He oído tu oración y he visto tus lágrimas. He aquí que voy a añadir a tus días quince años más.
Que el Dios de la esperanza os llene de cumplida alegría y paz en la fe, para que abundéis en esperanza por la virtud del Espíritu Santo.
No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto y vuestro fruto permanezca, para que cuanto pidiereis al Padre en mi nombre os lo dé.
Díjoles: Por vuestra poca fe; porque en verdad os digo que, si tuviereis fe como un grano de mostaza, diríais a este monte: Vete de aquí allá, y se iría, y nada os sería imposible.'
Porque de la muchedumbre de las ocupaciones nacen los sueños, y de la muchedumbre de las palabras los despropósitos.
Y si sabemos que nos oye en cuanto le pedimos, sabemos que obtenemos las peticiones que le hemos hecho.
Lejos también de mí pecar contra Yahvé, dejando de rogar por vosotros; yo os mostraré el camino bueno y derecho.'
Yahvé es mi roca, mi ciudadela, mi libertador, mi Dios, mi roca, a quien me acojo; mi escudo, mi fuerza salvadora, mi asilo.'
Por El ofrezcamos de continuo a Dios sacrificio de alabanza, esto es, el fruto de los labios que bendicen su nombre.
No temas, que yo estoy contigo; no desmayes, que yo soy tu Dios. Yo te fortaleceré y vendré en tu ayuda, y con la diestra victoriosa te sostendré.'
Ten piedad de mí, ¡oh Dios! ten piedad de mí, porque a ti he confiado mi alma y me ampararé a la sombra de tus alas mientras pasa la desgracia.
yo les llevaré a mi monte santo, y los recrearé en mi casa de oración. Sus holocaustos y sus sacrificios serán gratos en mi altar, porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos.
Que no habéis recibido el espíritu de siervos para recaer en el temor, antes habéis recibido el espíritu de adopción, por el que clamamos: ¡Abba, Padre!
Suplicará a Dios, y éste se complacerá en él, y verá su rostro con júbilo, y volverá al hombre su justicia.
Al que es poderoso para hacer que copiosamente abundemos más de lo que pedimos o pensamos, en virtud del poder que actúa en nosotros,
Velad, pues, en todo tiempo y orad para que podáis evitar todo esto que ha de venir, y comparecer ante el Hijo del hombre.
Un remolino llama a otro remolino con el rumor de tus cascadas, todas tus ondas y tus olas pasan sobre mi.
Confesaos, pues, mutuamente vuestras faltas y orad unos por otros para que os salvéis. Mucho puede la oración fervorosa del justo.
Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, a fin de recibir misericordia y hallar gracia para el oportuno auxilio.
Y sucederá que antes que ellos llamen, responderé yo; todavía no habrán acabado de hablar, y ya les habré escuchado.'
y lo que pidiereis en mi nombre, eso haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo;' si me pidiereis alguna cosa en mi nombre, Yo la haré.
que los ojos del Señor miran a los justos, y sus oídos a sus oraciones, pero el rostro del Señor está contra los que obran el mal.
Vivid alegres con la esperanza, pacientes en la tribulación, perseverantes en la oración;'
Velad y orad para no caer en la tentación; el espíritu está pronto, pero la carne es flaca.'
Por nada os inquietéis, sino que en todo tiempo, en la oración y en la plegaria, sean presentadas a Dios vuestras peticiones, acompañadas de acción de gracias.
Y la confianza que tenemos en El es que, si le pedimos alguna cosa conforme con su voluntad, El nos oye. Y si sabemos que nos oye en cuanto le pedimos, sabemos que obtenemos las peticiones que le hemos hecho.
Llámame y yo te responderé, y te comunicaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces,
si mi pueblo, sobre el que se invoca mi nombre, se humilla, ruega y me busca la cara, si se aparta de sus malos caminos, yo oiré desde los cielos y le perdonaré su pecado y curaré a la tierra.
Tú, cuando ores, entra en tu cámara y, cerrada la puerta, ora a tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo dará.'
cosa que sin la fe es imposible. Que es preciso que quien se acerque a Dios crea que existe y que es remunerador de los que le buscan.
Después de haber orado, tembló el lugar en que estaban reunidos, y todos fueron llenos del Espíritu Santo y hablaban la palabra de Dios con libertad.
y, si pedimos, recibiremos de El, porque guardamos sus preceptos y hacemos lo que es grato en su presencia.
Jaebes invocó al Dios de Israel, diciendo: “Si me bendices y ensanchas mis términos y está conmigo tu mano y me preservas del mal de modo que yo no padezca.” Y Dios le dio lo que le había pedido.
Aconteció por aquellos días que salió El hacia la montaña para orar, y pasó la noche orando a Dios.
Os exhorto, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por la caridad del Espíritu, a que me ayudéis en esta lucha, mediante vuestras oraciones a Dios por mí,
Mas, con todo, atiende a la plegaria de tu siervo, ¡oh Yahvé, Dios mío! y oye la oración que ante ti hace hoy tu siervo.
Si alguno de vosotros se halla falto de sabiduría, pídala a Dios, que a todos da largamente y sin reproche, y le será otorgada.
Aún más: os digo en verdad que, si dos de vosotros conviniereis sobre la tierra en pedir cualquier cosa, os lo otorgará mi Padre, que está en los cielos.
Me invocará él, y yo le responderé; estaré con él en la tribulación, le libertaré y le glorificaré.'
Y el mismo Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza, pues qué hayamos de pedir, como conviene, no sabemos; mas el mismo Espíritu aboga por nosotros con gemidos inefables,'
Ante todo te ruego que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres,
Hacia medianoche, Pablo y Silas, puestos en oración, cantaban himnos a Dios, y los presos los oían”
(11) Cuando supo Daniel que había sido firmado el edicto, entróse en su casa, y, abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia la ciudad de Jerusalén, hincábase de rodillas tres veces al día y oraba, confesando a su Dios, como solía hacerlo antes.
Salmo. De David. Oye, Yahvé, mi oración y presta oído a mi súplica según tu fidelidad, óyeme en tu justicia.
Porque sé que esto redundará en ventaja mía por vuestras oraciones y por la donación del Espíritu de Jesucristo, según mi constante esperanza de que en nada quedaré confundido;'
acerquémonos con sincero corazón, con plenitud de fe, purificados los corazones de toda conciencia mala y lavado el cuerpo con el agua pura.
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