Oración
¡Amado Padre Celestial, a ti sea toda la gloria y la honra! En el nombre de Jesús te doy gracias por tu sangre que derramaste en la cruz, porque a través de ella tengo tu perdón. Y puedo entrar a tu presencia con libertad, sin ningún temor ni impedimentos. Porque a través de ella me diste poder para vencer toda mentira y artimañas del enemigo sobre mi vida. Señor Jesús, hoy cubro con tu preciosa sangre mi casa, mi vida y la de familia, y declaro libertad, restauración y sanidad sobre cada uno de nosotros. Tu palabra dice: «Y la sangre nos será por señal en las casas donde nosotros estemos; y veré la sangre y pasaré de nosotros, y no habrá en nosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto». Padre, gracias por la efectividad que hay en tu sangre, porque en ella encontramos protección, vida y poder sobre toda enfermedad, plaga y mortandad. En el nombre de Jesús. ¡Amén!