Nada debe angustiaros; en cualquier situación, presentad a Dios vuestros deseos, acompañando vuestras oraciones y súplicas con un corazón agradecido . Y la paz de Dios, que desborda todo entender humano, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos por medio de Cristo Jesús.
Estad siempre alegres. No ceséis de orar. Manteneos en constante acción de gracias, porque esto es lo que Dios quiere de vosotros en Cristo Jesús.
Os aseguro que el que crea en mí hará también lo que yo hago, e incluso cosas mayores; porque yo me voy al Padre,
Velad y orad para que no desfallezcáis en la prueba que se acerca. Es cierto que tenéis buena voluntad, pero os faltan las fuerzas.
Reconoced, pues, mutuamente vuestros pecados y orad unos por otros. Así sanaréis, ya que es muy poderosa la oración ferviente de los fieles.
Hacia la media noche, Pablo y Silas estaban orando y cantando alabanzas a Dios, mientras los otros presos escuchaban.
Acerquémonos, pues, llenos de confianza, a ese trono de gracia, seguros de que la misericordia y el favor de Dios estarán a nuestro lado en el momento preciso.
El que no permanece unido a mí, es arrojado fuera, como se hace con el sarmiento improductivo. Estos sarmientos arrancados se secan, y luego son amontonados y arrojados al fuego para que ardan.
Os aseguro que el que crea en mí hará también lo que yo hago, e incluso cosas mayores; porque yo me voy al Padre, y todo lo que me pidáis os lo concederé, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Somos débiles, pero el Espíritu viene en nuestra ayuda. No sabemos lo que nos conviene pedir, pero el Espíritu intercede por nosotros con gemidos inexpresables.
Estamos seguros de que, si algo pedimos a Dios tal y como él quiere, nos atiende. Y si estamos seguros de que Dios siempre nos atiende, lo estamos también de que obtenemos lo que le pedimos.
apenas terminaron de orar, tembló el lugar donde estaban reunidos, y todos quedaron llenos del Espíritu Santo. así pudieron luego proclamar el mensaje de Dios con plena libertad.
Por eso os digo que todo lo que pidáis en oración, lo obtendréis, si tenéis fe en que vais a recibirlo.
Y al orar no os pongáis a repetir palabras y palabras, como hacen los paganos, que se imaginan que Dios los escucha solamente cuando dicen largas oraciones.
Que la esperanza os mantenga alegres, las dificultades no os hagan perder el ánimo y la oración no cese en vuestros labios.
Pedid, y os darán; buscad, y encontraréis; llamad, y Dios os abrirá la puerta. Pues todo el que pide, recibe, y el que busca, encuentra, y al que llama, Dios le abrirá la puerta.
Tú, cuando ores, métete en tu cuarto y, con la puerta cerrada, ora a tu Padre, que está allí a solas contigo. Y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te recompensará.
Se daba la circunstancia de que su padre estaba en cama aquejado por unas fiebres y disentería. Pablo fue a visitarle, y, después de hacer una oración, le impuso las manos y le curó.
Y si estamos seguros de que Dios siempre nos atiende, lo estamos también de que obtenemos lo que le pedimos.
Pero debe pedirla confiadamente, sin dudar, pues quien duda se parece a las olas del mar, que van y vienen movidas por el viento.
En adelante, ya no os llamaré siervos, porque el siervo no está al tanto de los secretos de su amo. A vosotros os llamo desde ahora amigos, porque os he dado a conocer todo lo que oí a mi Padre.
Pedro hizo salir a todos y, arrodillándose, se puso a orar. Se acercó después al cadáver y dijo: - ¡Tabita, levántate! Ella abrió los ojos, y, al ver a Pedro, se incorporó en el lecho.
Querido hermano, ruego encarecidamente a Dios que tu salud y todos tus asuntos vayan tan bien como me consta que te va en lo que toca al espíritu.
Nada debe angustiaros; en cualquier situación, presentad a Dios vuestros deseos, acompañando vuestras oraciones y súplicas con un corazón agradecido .
Sé que, gracias a vuestras oraciones y a la ayuda del Espíritu de Jesucristo, todo contribuirá a mi salvación.
Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más el Padre que está en el cielo dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan?
Vosotros debéis orar así: Padre nuestro, que estás en los cielos; santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como se hace en el cielo.
En aquel tiempo dijo Jesús: - Padre, Señor del cielo y de la tierra, te doy gracias porque has ocultado todo esto a los sabios y entendidos y se lo has revelado a los sencillos.
Mientras Pedro permanecía bajo custodia en la cárcel, la iglesia rogaba fervientemente a Dios por él.
Y eran constantes a la hora de escuchar la enseñanza de los apóstoles, de compartirlo todo, de celebrar la cena del Señor y de participar en la oración.
Pues los ojos del Señor velan sobre los buenos, y sus oídos atienden a sus ruegos. En cambio, el Señor hace frente a quienes practican el mal.
Y todo esto hacedlo orando y suplicando sin cesar bajo la guía del Espíritu; renunciad incluso al sueño, si es preciso, y orad con insistencia por todos los creyentes.
Si alguno de vosotros anda escaso de sabiduría, pídasela a Dios, que reparte a todos con largueza y sin echarlo en cara, y él se la dará.
Somos débiles, pero el Espíritu viene en nuestra ayuda. No sabemos lo que nos conviene pedir, pero el Espíritu intercede por nosotros con gemidos inexpresables. Y Dios, que sondea lo más profundo del ser, conoce cuáles son las aspiraciones de ese Espíritu que intercede por los creyentes en plena armonía con la divina voluntad.
Todos éstos, junto con las mujeres, con María la madre de Jesús y con los hermanos de éste, oraban constantemente en íntima armonía.
Y él nos concederá todo lo que le pidamos, porque cumplimos sus mandamientos y hacemos cuanto le agrada.
El les contestó: - Este es un género de demonio que nadie puede expulsar si no es por medio de la oración.
y sabemos que sin fe es imposible agradarle. En efecto, para acercarse a Dios es preciso creer que existe y que no dejará sin recompensa a aquellos que le buscan.
Otra cosa os digo también: si dos de vosotros, estéis donde estéis, os ponéis de acuerdo para pedir algo en oración, mi Padre celestial os lo concederá. Pues allí donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
A Dios, que, desplegando su poder sobre nosotros, es capaz de realizar todas las cosas incomparablemente mejor de cuanto pensamos o pedimos,
Finalmente, hermanos, un favor os pido por nuestro Señor Jesucristo y por el amor que el Espíritu nos ha infundido: sed mi apoyo en la batalla que habré de sostener; pedid a Dios
Por esto os digo: Pedir, y os darán; buscad, y encontraréis; llamad, y Dios os abrirá la puerta. Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama, Dios le abrirá la puerta.
Doy gracias a Dios, a quien sirvo con una conciencia limpia según me enseñaron mis mayores, teniéndote presente en mis oraciones día y noche sin cesar.
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