Cuando terminaron de orar, el lugar en que estaban congregados tembló y todos fueron llenos del Espíritu Santo y hablaban con valentía la palabra de Dios.
Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todo aquel que cree: en primer lugar para los judíos y también para los griegos.
Las armas con las que luchamos no son las de este mundo, sino poderosas de parte de Dios para la destrucción de fortalezas,pues destruyen razonamientos falaces y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevan cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.
Mientras Pedro permanecía bajo custodia en la cárcel, en la iglesia se oraba sin cesar a Dios por él.
¿Está alguno enfermo entre vosotros? Que llame a los ancianos de la Iglesia para que oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor.Y la oración de fe sanará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si ha cometido pecados, le serán perdonados.
Y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo puso como cabeza sobre todas las cosas a la Iglesia,
Revestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra los engaños del diablo.
Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra será desatado en el cielo.
Jesús se acercó y les dijo: —Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,De pronto hubo un gran terremoto, porque un ángel del Señor descendió del cielo, se acercó, removió la piedra y se sentó sobre ella.y enseñadles a guardar todas las cosas que os he mandado. Sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
Entonces Pedro le dijo: —No tengo plata ni oro, pero te doy lo que tengo: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Tomándole de la mano derecha le levantó. Al instante se le fortalecieron los pies y los tobillos yse puso en pie de un salto. Empezó a caminar y entró con ellos en el templo andando, saltando y alabando a Dios.
Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
Designó entonces a doce para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar,y que tuvieran el poder de echar fuera demonios.
Y yo también te digo que tú eres Pedro y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del Hades no tendrán poder para vencerla.
Hermanos, os ruego por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os pongáis todos de acuerdo, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en un mismo pensar y un mismo parecer.
Pero vosotros, amados, edificaos sobre vuestra santísima fe, orad en el Espíritu Santo,manteneos en el amor de Dios, esperad la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.
Entonces las iglesias gozaban de paz por toda Judea, Galilea y Samaria, e impulsadas por el Espíritu Santo y plenamente fieles al Señor, iban consolidándose y extendiéndose cada vez más.
Que en vuestros corazones reine la paz de Dios, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo. Y sed agradecidos.
Estas señales seguirán a los que crean: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas;tomarán serpientes en las manos; aunque beban veneno no les hará daño y pondrán sus manos sobre los enfermos y sanarán.
Os doy autoridad para que pisoteéis las serpientes, los escorpiones y todo el poder del enemigo, sin que nada ni nadie pueda dañaros.
Sabed que yo os enviaré la promesa de mi Padre, pero quedaos en Jerusalén hasta que seáis investidos del poder que viene desde lo alto.
Os aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aun mayores, porque yo voy al Padre y
No me elegisteis vosotros a mí; yo os elegí a vosotros y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto sea duradero, de modo que todo lo que pidáis en mi nombre al Padre, él os lo dé.
Pero cuando el Espíritu de verdad venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará de todo lo que oiga y os hará saber las cosas que habrán de venir.Él me glorificará, porque lo que os dé a conocer lo recibirá de mí.Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que lo que os dé a conocer lo recibirá de mí.
Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra.
Cuando llegó el día de Pentecostés, todos ellos estaban juntos y en el mismo lugar.en Frigia y en Panfilia, en Egipto y en las regiones de África más allá de Cirene, y romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos,cretenses y árabes. Todos los oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.Llenos de asombro y perplejidad se preguntaban: —¿Qué quiere decir esto?Otros, en cambio, se burlaban y decían: —Están llenos de vino. Entonces Pedro se puso de pie, junto con los otros once, levantó la voz y dijo: —Judíos y todos los que habitáis en Jerusalén, prestad atención a mis palabras y quedaos bien con lo que os voy a decir:Estos no están borrachos, como vosotros suponéis, pues solo son las nueve de la mañana.Se trata de lo dicho por el profeta Joel:En los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños.Incluso sobre mis siervos y sobre mis siervas derramaré en aquellos días mi Espíritu y profetizarán.Y haré prodigios arriba en el cielo y señales abajo en la tierra: sangre, fuego y vapor de humo.De repente vino del cielo un estruendo, como el de un viento recio, y llenó toda la casa donde estaban reunidos.El sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre antes de que venga el día del Señor, grande y glorioso. Y todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo. Israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, hombre acreditado por Dios entre vosotros con maravillas, prodigios y señales que Dios realizó entre vosotros por medio de él, como bien sabéis,Dios lo entregó conforme a un plan proyectado y conocido de antemano por él, y vosotros, valiéndoos de no judíos, clavasteis a Jesús en una cruz y lo matasteis.Sin embargo, Dios lo ha resucitado, liberándolo de los lazos de la muerte. Y es que era imposible que la muerte lo venciera,pues el propio David dice de él: Veía al Señor siempre delante de mí. Está a mi diestra para que no caiga.Por eso se alegró mi corazón y se gozó mi lengua. Además mi carne descansará en esperanzaporque no dejarás mi alma en el Hades ni permitirás que tu Santo vea corrupción. Me hiciste conocer los caminos de la vida. Me llenarás de gozo con tu presencia. Hermanos, con franqueza os puedo decir del patriarca David que también murió y fue sepultado y su sepulcro se conserva todavía entre nosotros hasta hoy.Se les aparecieron como lenguas de fuego que, repartidas, se posaban sobre cada uno de ellos.Como era profeta y sabía que Dios le había prometido solemnemente que de su descendencia, de su misma sangre, levantaría al Cristo que se sentaría en su trono,David previó todo esto, y por eso habló de la resurrección de Cristo y de que su alma no quedaría abandonada en el Hades, ni su cuerpo se corrompería.A este Jesús resucitó Dios y de ello todos nosotros somos testigos.Así que, habiendo sido él enaltecido a la diestra de Dios y tras haber recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.Porque David no subió a los cielos, sino que él mismo dice: Dijo el Señor a mi Señor: «Siéntate a mi diestrahasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies». Sepa, pues, certísimamente toda la casa de Israel que Dios ha hecho Señor y Cristo a este Jesús a quien vosotros crucificasteis. Oídas estas cosas y compungido su corazón, preguntaron a Pedro y a los otros apóstoles: —Hermanos, ¿qué debemos hacer? Pedro les respondió: —Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesús el Cristo para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo.La promesa es para vosotros, para vuestros hijos y para todos los que están lejos: es decir, para cuantos el Señor nuestro Dios llame. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu Santo les hacía expresarse.
Se mantenían fieles a las enseñanzas de los apóstoles y en la comunión, en el partimiento del pan y en las oraciones.
A todos les sobrevino temor ante las muchas maravillas y señales que los apóstoles realizaban.
Y ahora, Señor, mira cómo nos amenazan y concede a tus siervos anunciar con valentía tu palabra,Los detuvieron y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente porque era ya tarde.mientras extiendes tu mano para que se hagan sanaciones, señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús. Cuando terminaron de orar, el lugar en que estaban congregados tembló y todos fueron llenos del Espíritu Santo y hablaban con valentía la palabra de Dios.
Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús y gracia abundante se derramaba sobre todos ellos.
Por medio de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo. Todos se reunían de común acuerdo en el pórtico de Salomón.Pero nadie más se atrevía a juntarse con ellos, aunque el pueblo los tenía en gran estima.El número de los que creían en el Señor, tanto hombres como mujeres, iba en aumento,incluso sacaban a los enfermos a las calles en sus camas y camillas para que, al pasar Pedro, al menos su sombra cayera sobre alguno de ellos.De las ciudades vecinas a Jerusalén venían también muchos trayendo enfermos y atormentados por espíritus inmundos, y todos eran sanados.
La gente escuchaba con atención lo que Felipe decía y todos juntos oían y veían las señales que hacía:hubo muchos casos de espíritus inmundos que salían de sus víctimas lanzando alaridos, y muchos paralíticos y cojos quedaban sanados.
cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo este pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Estando sirviendo al Señor y ayunando, dijo el Espíritu Santo: —Apartadme a Bernabé y a Saulo para la tarea que les he encomendado. Cuatrocientos cincuenta años después, fueron gobernados por jueces hasta la época del profeta Samuel.Más tarde pidieron un rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de Cis, de la tribu de Benjamín, que reinó durante cuarenta años.Cuando Dios le quitó el trono a Saúl, puso como rey a David, del cual dijo: He encontrado a David, hijo de Isaí, un hombre conforme a mi corazón, quien cumplirá toda mi voluntad.De acuerdo con su promesa, Dios levantó de la descendencia de David un salvador para Israel, que es Jesús.Antes de su venida, predicó Juan el bautismo de arrepentimiento a todo el pueblo de Israel.Próximo ya el final de su carrera, dijo Juan: «¿Quién pensáis que soy yo? Yo no soy el que suponéis: viene detrás de mí uno de quien no soy digno de desatar el calzado de los pies». Hermanos, hijos del linaje de Abrahán y quienes teméis a Dios, a vosotros os es enviada esta palabra de salvación.Los habitantes de Jerusalén y sus gobernantes, no conocían a Jesús ni las palabras de los profetas que se leen todos los sábados, pero las cumplieron al condenarle.Sin hallar en él motivo alguno de condena de muerte, pidieron a Pilato que le matara.Y habiéndose cumplido todas las cosas que de él estaban escritas, le bajaron del madero y le pusieron en el sepulcro.Entonces, tras haber ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.
Los que no eran judíos, oyendo esto, se alegraron y glorificaban la palabra del Señor, y todos los que estaban destinados a recibir la vida eterna creyeron.La palabra del Señor se difundía por toda aquella provincia.
Y Dios hacía milagros extraordinarios por mano de Pablohasta el punto de que el simple contacto con los paños o delantales usados por Pablo bastaba para curar a los enfermos o expulsar a los espíritus malignos.
Sin embargo, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
así nosotros, que somos muchos, formamos un cuerpo en Cristo, y todos somos miembros los unos de los otros.
Dado que tenemos diferentes dones, según la gracia que nos fue dada: el que tiene el don de profecía, úselo conforme a la medida de la fe;el de servicio, en servir; el que enseña, en la enseñanza;el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con sencillez; el que preside, con solicitud; el que hace obras de misericordia, con alegría.
Porque no me atrevería a hablar de nada que Cristo no haya hecho por medio de mí, para conducir a los gentiles a la obediencia. Y lo he hecho de palabra y de obra,mediante poderosas señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de tal manera que desde Jerusalén y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo.
Porque verdaderamente, la palabra de la cruz es locura para los que se pierden; pero para los que se salvan, es decir, para nosotros, es poder de Dios,
¿Acaso no sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?
En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y yo, presente en espíritu, y en el poder de nuestro Señor Jesucristo,que ese individuo sea entregado a Satanás para que su naturaleza pecaminosa sea destruida, con el fin de que su espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.
Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo.Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo.Y hay diversidad de actividades, pero es el mismo Dios, el que hace todo en todos.Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para que sea útil.
Vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es miembro en particular.Y a unos Dios les ha asignado un lugar en la Iglesia. En primer lugar los apóstoles, luego los profetas, en tercer lugar maestros, luego los que hacen milagros, después los que tienen dones de sanidades, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas.
Del mismo modo, vosotros, ya que anheláis los dones espirituales, procurad abundar en ellos para la edificación de la iglesia.
Pero gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que se vea que la excelencia del poder es de Dios y no de nosotros,
Pero él me ha dicho: «Te basta mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad». Por tanto, de buena gana me jactaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo habite en mí.
que él ilumine los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a la que él os ha llamado, cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santosy cuál es la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros, los que creemos, según la acción de su fuerza poderosa.Gracia y paz a vosotros de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo. Esta fuerza operó en Cristo, resucitándolo de los muertos y lo sentó a su derecha en los cielos,
Y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo puso como cabeza sobre todas las cosas a la Iglesia,la cual es su cuerpo, la plenitud de aquel que todo lo llena en todo.
Por eso, ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios,Era otro tiempo en el que vivíais siguiendo la corriente de este mundo, y conforme al príncipe del poder del aire, que es el espíritu que ahora opera en los incrédulos.edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, cuya principal piedra angular es Jesucristo mismo.En él todo el edificio, bien ensamblado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor.En Cristo vosotros también sois edificados en unión con él para ser la morada de Dios por medio del Espíritu Santo.
Así, por medio de la iglesia, los principados y potestades que están en los cielos, ahora pueden conocer la multiforme sabiduría de Dios,conforme al propósito eterno que llevó a cabo por medio de Cristo Jesús, nuestro Señor.
Y a aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros,a él sea gloria en la Iglesia en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén.
Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros,a fin de perfeccionar a los creyentes para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.
porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la Iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza.Revestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra los engaños del diablo.
Tomad el casco de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.Orad en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu. Estad alerta, y orad con insistencia y perseverancia por todos los creyentes.
Él es la cabeza del cuerpo, que es la iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga el primer lugar.
Que en vuestros corazones reine la paz de Dios, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo. Y sed agradecidos. La palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros. Enseñaos y exhortaos unos a otros con toda sabiduría. Cantad al Señor salmos, himnos y cánticos espirituales, con corazones agradecidos.
Pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también acompañado de poder, en el Espíritu Santo y con profunda convicción. Bien sabéis que cuando estuvimos entre vosotros nuestro comportamiento fue para vuestro bien.
Por eso siempre oramos por vosotros, para que nuestro Dios os considere dignos de su llamamiento y que, por su poder, cumpla todo deseo de bondad y toda obra que realizáis por fe.Para que el nombre de nuestro Señor Jesucristo sea glorificado en vosotros y vosotros en él, por la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.
para que, si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la Iglesia del Dios vivo, columna y soporte de la verdad.
Pues no nos ha dado Dios un espíritu de cobardía, sino de fortaleza, de amor y de buen juicio.
Así que, el que se limpie de estas cosas, será un vaso para uso noble, santificado, y útil para ser usado por el Señor y dispuesto para toda buena obra.
que prediques la palabra y que instes a tiempo y fuera de tiempo. Argumenta, reprende, exhorta con toda paciencia y enseñanza.
Él se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda maldad y purificar para sí un pueblo propio, totalmente dedicado a hacer el bien. Esto es lo que debes enseñar. Exhorta y reprende con toda autoridad. Que nadie te menosprecie.
Dios mismo ha dado testimonio de ella a través de señales, prodigios, diversos milagros y dones distribuidos por el Espíritu Santo según su voluntad.
Y tengámonos en cuenta unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras.No dejemos de congregarnos, como algunos tienen por costumbre; al contrario, animémonos unos a otros, y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
Así que, puesto que recibimos nosotros un Reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios y agradémosle con temor y reverencia,porque nuestro Dios es fuego consumidor.
También vosotros, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios por medio de Jesucristo.
Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.
Cada uno según el don que ha recibido, ponedlo al servicio de los demás entre vosotros mismos, como buenos administradores de la variada gracia de Dios.Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme a las fuerzas que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.
apacentad la manada del Cristo que se os ha confiado, y cuidad de ella, no a la fuerza, sino voluntariamente; no buscando una ganancia deshonesta, sino con deseo de servir.Y no como si fuerais dueños de los que están a vuestro cuidado; al contrario, sed ejemplos de la manada.
Dios, por su poder, nos ha dado todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia.
El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Para esto vino el Hijo de Dios para destruir las obras del diablo.
Hijitos, vosotros sois de Dios y habéis vencido a esos falsos profetas, porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo.
porque todo aquello que es nacido de Dios vence al mundo, y esta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe.¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
y de Jesucristo, el testigo fiel, primogénito de los muertos y príncipe de los reyes de la tierra. Al que nos ama, nos ha lavado de nuestros pecados con su sangrey nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre, a él sea gloria e imperio para siempre jamás. Amén.
El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en medio del paraíso de Dios.
El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca y en la piedrecita un nombre nuevo escrito, el cual nadie conoce sino el que lo recibe.
Al vencedor, al que me sea fiel hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones,así como yo la he recibido de mi Padre. Gobernará las naciones con cetro de hierro y las despedazará como un vaso de alfarero.Además, le daré la estrella de la mañana.
Al vencedor yo lo haré columna en el templo de mi Dios y nunca más saldrá de allí. Escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo de mi Dios; y también escribiré en él mi nombre nuevo.
Al vencedor le concederé que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono.
Ellos mismos lo han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra de testimonio que dieron; pues menospreciaron sus vidas hasta la muerte.
Gocémonos, alegrémonos y démosle gloria, porque han llegado las bodas del Cordero y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente. Y es que el lino fino significa las acciones justas de los santos.
Vi también unos tronos, en los cuales se sentaron los que recibieron la autoridad para juzgar. Y vi las almas de los decapitados por haber dado testimonio de Jesús y por predicar la palabra de Dios. Son los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni habían recibido la marca en sus frentes ni en sus manos. Ellos volvieron a vivir, y reinaron con Cristo mil años.Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron los mil años. Esta es la primera resurrección.Dichoso y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene poder sobre estos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.
Y yo, Juan, vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de parte de Dios, preparada como una novia adornada para su esposo.el quinto, de ónice; el sexto, de cornalina; el séptimo, de crisólito; el octavo, de berilo; el noveno, de topacio; el décimo, de crisoprasa; el undécimo, de jacinto, y el duodécimo, de amatista.Las doce puertas eran doce perlas: cada una de las puertas estaba hecha de una sola perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como el cristal. En ella no vi ningún templo, porque el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero son su templo.La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella, porque la gloria de Dios la ilumina y el Cordero es su lumbrera.Las naciones que hayan sido salvas andarán a la luz de ella, y los reyes de la tierra le entregarán su gloria y su honor.Sus puertas nunca se cerrarán de día, pues allí no habrá noche.La gloria y el honor de las naciones serán llevadas a ella.No entrará en ella nada impuro, ni ningún idólatra, ni ningún mentiroso; solo entrarán los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.Y oí una gran voz del cielo, que decía: —Contemplad el tabernáculo que Dios ha establecido entre los seres humanos. Él vivirá con ellos, y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos como su Dios.
El que salga vencedor heredará todas las cosas, y yo seré su Dios y él será mi hijo.
Entonces llamó a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos para que los echaran fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.
Otra vez os digo que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidan, les será hecho por mi Padre que está en los cielos,Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellosporque allí donde están dos o tres congregados en mi nombre estoy yo en medio de ellos.
Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo para testimonio a todas las naciones. Entonces vendrá el fin.
Ellos salieron y predicaron en todas partes con la ayuda del Señor y confirmando la palabra con las señales que la acompañaban. Amén.
Habiendo reunido Jesús a los doce, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios y también para curar enfermedades.Cuando volvieron los apóstoles, le contaron a Jesús todo lo que habían hecho. Jesús se los llevó a solas a un lugar desierto hacia una ciudad llamada Betsaida.Pero la gente se enteró y le siguió. Jesús los recibió, les hablaba del reino de Dios y curaba a quienes lo necesitaban. El día había comenzado a declinar y acercándose los doce le dijeron: —Despide a la gente para que yendo a las aldeas y campos vecinos busquen alojamiento y comida, porque aquí estamos en un lugar desierto.Él les dijo: —Dadles vosotros de comer. Respondieron ellos: —No tenemos más que cinco panes y dos peces, a no ser que vayamos a comprar alimentos para toda esta multitud.Los congregados eran como cinco mil. Entonces dijo a sus discípulos: —Haced que se recuesten formando grupos de cincuenta.Así lo hicieron: todos se recostaron.Y Jesús, tomando los cinco panes y los dos peces, levantó los ojos al cielo, los bendijo, los partió y dio a sus discípulos para que estos los distribuyeran entre la gente.Comieron y se saciaron todos, y recogiendo los pedazos sobrantes llenaron doce cestas.En una ocasión Jesús estaba orando a solas, los discípulos estaban con él y les preguntó: —¿Quién dice la gente que soy yo?Ellos respondieron: —Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, algún profeta de los antiguos que ha resucitado. Y los envió a predicar el reino de Dios y a curar a los enfermos.
Los discípulos salieron y pasaban por todas las aldeas anunciando en todas partes el evangelio y curando a los enfermos.
y que se predicara en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.
El Señor replicó: —Ve, porque este es mi instrumento escogido para que anuncie mi nombre ante los gentiles, los reyes y los hijos de Israel.
Sin embargo, Pablo y Bernabé se detuvieron allí mucho tiempo y hablaban con valentía, confiados en el Señor. Y el Señor confirmaba el mensaje de su gracia concediendo que se obrasen señales y prodigios por medio de ellos.
Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu.
Pero ¿cómo, pues, invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique?¿Y cómo predicarán si no son enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian el evangelio de la paz, de los que anuncian buenas noticias!
Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, una vez muertos a los pecados, vivamos para la justicia. ¡Por su herida habéis sido sanados!
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