¿Quién podrá decir las poderosas obras de Jehová? ¿quién podrá contar todas sus alabanzas?
¡Grande es Jehová, y digno de ser en gran manera alabado; y su grandeza es inescrutable!
Porque grande es Jehová, y digno de ser en gran manera alabado; y él es digno de ser temido sobre todos los dioses.
¡Sálvanos, oh Jehová, Dios nuestro, y recógenos de entre las naciones, para que demos gracias a tu santo nombre, y nos gloriemos en tus alabanzas!
Tiempo empero viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espítitu y en verdad; porque también el Padre a los tales busca como adoradores suyos.
ALABARÉ a Jehová con todo mi corazón; contaré todas tus maravillas. Me alegraré y me gloriaré en ti; cantaré a tu nombre, ¡oh Altísimo!
Por medio de él, pues, presentemos a Dios de continuo, sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios que confiesan su nombre.
hablando entre vosotros con salmos e himnos Y canciones espirituales, cantando y alabando en vuestros corazones al Señor;
Él es tu alabanza y él es tu Dios, el cual ha hecho por ti aquellas grandezas y aquellas obras terribles que han visto tus ojos.
Y a toda cosa creada que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y sobre el mar, y a todas las cosas que hay en ellos, las oí decir: ¡Bendición, y honra y gloria y dominio al que está sentado sobre el trono, y al Cordero, por los siglos de los siglos! ¡Amén!
los cuales decían a gran voz: ¡Digno es el Cordero que ha sido inmolado, de recibir el poder, y la riqueza, y la sabiduría, y la fortaleza, y la honra, y la gloria, y la bendición!
Jehová es mi fortaleza y mi escudo: en él confió mi corazón, y yo fuí ayudado; por tanto se regocija mi corazón, y con mi canción le alabaré.
¡Dichoso el pueblo que sabe cantarte alegremente! andarán, oh Jehová, a la luz de tu rostro.
¿Por qué te abates, oh alma mía? ¿y por qué te conturbas dentro de mí? ¡Espera en Dios; porque aun lo tengo de alabar, salud de mi rostro y mi Dios!
¶Entonces el pueblo levantó el grito, cuando los sacerdotes tocaron las trompetas; pues sucedió que cuando el pueblo oyó el sonido de la trompeta, el pueblo levantó el grito con grande algazara; y cayó el muro a plomo, y subió el pueblo a la ciudad, cada uno en derechura de sí, y tomaron la ciudad.
ENTONCES Moisés y los hijos de Israel rompieron a cantar este cántico a Jehová: y hablaron, diciendo: ¡Cantaré a Jehová, porque se ha ensalzado soberanamente; al caballo y a su jinete ha arrojado en la mar!
¡TODAS las naciones, batid las manos! ¡aclamad a Dios con voz de triunfo! Porque Jehová, el Altísimo, es terrible; Rey grande sobre toda la tierra.
GRANDE es Jehová, y digno de ser en gran manera alabado, en la ciudad de nuestro Dios, en su santo monte.
El que ofrece sacrificio de alabanza me glorificará; y al que ordenare bien su camino, le manifestaré la salvación de Dios.
¡Fijo está mi corazón, oh Dios, mi corazón está fijo! cantaré y tañeré salmos. ¡Despierta, oh gloria mía! ¡despertad, salterio y arpa! que yo despertaré al alba. ¡Te daré gracias en medio de los pueblos, oh Señor; a ti cantaré alabanzas entre las naciones!
Por cuanto tu misericordia es mejor que la vida, mis labios te alabarán. Así te bendeciré mientras viviere: alzaré mis manos en tu nombre.
¡ACLAMAD a Dios, moradores de toda la tierra! ¡Cantad la gloria de su nombre! ¡haced gloriosa su alabanza!
¡BUENO es alabar a Jehová, y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo! publicar por la mañana tu misericordia, y tu fidelidad en las noches;
¡CANTAD a Jehová un cántico nuevo! ¡cantad a Jehová, moradores de toda la tierra! ¡Cantad a Jehová, bendecid su nombre, anunciad de día en día su salvación!
¡Entrad en sus puertas con acciones de gracias, y en sus atrios con alabanza! ¡dadle gracias, y bendecid su nombre!
¡BENDICE, oh alma mía, a Jehová, y todas mis entrañas bendigan su santo nombre! ¡Bendice, oh alma mía, a Jehová, y no te olvides jamás de todos sus beneficios!-
¡CONFESAD a Jehová; invocad su nombre; haced conocer entre los pueblos sus hazañas! ¡Cantadle a él! ¡tañedle salmos! ¡hablad de todas sus maravillas!
¡ALELUYA! Dad gracias a Jehová, porque él es bueno; porque para siempre es su misericordia.
¡NO a nosotros, oh Jehová, no a nosotros, sino a tu nombre da gloria, por causa de tu misericordia y de tu verdad!
¡ALABAD a Jehová, todas las naciones! ¡alabadle, todos los pueblos! porque grande es su misericordia para con nosotros, y la verdad de Jehová permanece para siempre. ¡Aleluya!
¡TE daré gracias con todo mi corazón! ¡en presencia de los dioses ficticios cantaré salmos a ti! Adoraré hacia tu santo Templo, y confesaré tu nombre por tu misericordia y tu verdad; porque has engrandecido tu promesa sobre todo tu nombre.
¡TE ensalzaré, mi Dios, oh Rey, y bendeciré tu nombre por los siglos y eternamente! ¡Cada día te bendeciré, y alabaré tu nombre por los siglos y eternamente! ¡Grande es Jehová, y digno de ser en gran manera alabado; y su grandeza es inescrutable!
¡ALELUYA! ¡Alaba, oh alma mía, a Jehová! Alabaré a Jehová en toda mi vida; tañeré salmos a mi Dios mientras yo tenga ser.
¡ALELUYA! porque es bueno cantar alabanzas a nuestro Dios; porque es grato, y la alabanza es decorosa.
¡ALELUYA! ¡Alabad a Dios en el Santuario! ¡alabadle en el firmamento de su poder! ¡alabadle por sus poderosos hechos! ¡alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza! ¡alabadle a son de trompeta! ¡alabadle con salterio y arpa! ¡alabadle con pandero y danzas! ¡alabadle con instrumentos de cuerda y flautas! ¡alabadle con címbalos resonantes! ¡alabadle con címbalos altisonantes! ¡Todo lo que tiene aliento alabe a Jehová! ¡Aleluya!
Mi fuerza y mi canción es Yah, y él ha sido mi salvación: éste es mi Dios, y le celebraré; Dios de mi padre, y le ensalzaré.
Por tanto yo te daré gracias, oh Jehová, entre las naciones, y cantaré alabanzas a tu nombre;
¡Alabad a Jehová, invocad su nombre, haced conocer entre las naciones sus hazañas! ¡Cantadle a él, tañedle salmos; hablad de todas sus maravillas! ¡Gloriaos en su santo Nombre; regocíjese el corazón de los que buscan a Jehová!
¡Cantad a Jehová, oh habitadores de toda la tierra; anunciad de día en día. su salvación! ¡Contad entre las naciones su gloria, entre todos los pueblos sus maravillas! Porque grande es Jehová, y digno de ser en gran manera alabado; y él es digno de ser temido sobre todos los dioses.
¶Luego David bendijo a Jehová en presencia de toda la Asamblea; y dijo David: ¡Bendito eres, oh Jehová, Dios de nuestro padre Israel, desde la eternidad y hasta la eternidad! ¡Tuya, oh Jehová, es la grandeza, y el poder, y la gloria, y la victoria, y la majestad; porque todo cuanto existe en el cielo y en la tierra tuyo es! ¡Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú te ensalzas como cabeza sobre todas las cosas! La riqueza también y la honra de ti proceden, y tú lo gobiernas todo; y en tu mano está el poder y la fortaleza, y en tu mano está el hacer grande y el dar poder a todos. Ahora pues, oh Dios nuestro, nosotros te tributamos alabanzas, y celebramos tu Nombre glorioso.
aconteció pues, cuando estaban unánimes los trompetas y los cantores para hacer resonar un solo sonido, alabando y dando gracias a Jehová, que, como iban alzando la voz con las trompetas y con los címbalos y otros instrumentos de música, en medio de su alabar a Jehová, diciendo: Porque es bueno, porque para siempre es su misericordia, entonces mismo la Casa se llenó de una nube, es decir, la Casa de Jehová; y no podían los sacerdotes permanecer para ministrar, a causa de la nube; porque la gloria de Jehová había henchido la Casa de Jehová.
Y habiendo consultado con el pueblo, señaló personas que cantasen a Jehová, y que alabasen la hermosura de la santidad, mientras salían al frente de los hombres armados, y que dijesen: ¡Alabad a Jehová, porque para siempre es su misericordia! Y al tiempo que comenzaron a cantar y a tributar alabanzas, Jehová puso emboscadas contra los hijos de Ammón, y de Moab, y del monte Seir, los cuales venían contra Judá; y fueron batidos.
Y cantaron a coros, alabando y tributando acciones de gracias a Jehová, diciendo: Porque él es bueno; porque para siempre es su misericordia hacia Israel. Entonces todo el pueblo gritó con grande algazara, alabando a Jehová con motivo de haberse echado los cimientos de la Casa de Jehová.
Entonces dijeron los levitas Jesúa y Cadmiel, Bani, Hasabnías, Serebías, Hodías, Sebanías y Petahías: ¡Levantaos y bendecid a Jehová vuestro Dios, que es desde la eternidad y hasta la eternidad! ¡y bendigan todos tu santo nombre, que es ensalzado sobre toda bendición y alabanza! Tú eres Jehová, tú solo; tú has hecho el cielo, y el cielo de los cielos, con todo su ejército, la tierra con todo cuanto en ella existe; los mares con todo lo que hay en ellos; y tú sostienes en vida a todos ellos; y el ejército del cielo te adora.
y dijo: ¡Desnudo salí de las entrañas de mi madre, y desnudo volveré allá! ¡Jehová ha dado, y Jehová ha quitado; sea el nombre de Jehová bendito!
Y diréis en aquel día: ¡Dad gracias a Jehová; proclamad su nombre; dad a conocer entre los pueblos sus obras grandiosas; haced recordar que es enaltecido su Nombre! ¡Cantad a Jehová, porque gloriosas cosas ha hecho; sea conocido esto en toda la tierra!
¡JEHOVÁ, Dios mío eres! ¡te ensalzaré, alabaré tu nombre, porque has hecho maravillas! ¡tus consejos, desde lejanos tiempos, son fieles y verdaderos!
¡Cantad a Jehová un cántico nuevo, alabanza suya desde los fines de la tierra, las que bajáis a la mar, y cuanto hay en ella, las costas marítimas y los habitantes de ellas!
para comunicar la alegría a los que lloran en Sión, dándoles hermosura en lugar de ceniza, el aceite de gozo en vez de lamentos, y el manto de alabanza en lugar de espíritu de pesadumbre; para que sean llamados árboles de justicia, plantados por Jehová mismo, para que él sea glorificado.
Yo haré recordar las misericordias de Jehová y las alabanzas de Jehová, según todos los beneficios que Jehová nos ha hecho, y su grande bondad para con la casa de Israel; los cuales él les ha hecho, conforme a sus compasiones, y conforme a la multitud de sus misericordias.
¡Cantad Jehová! ¡alabad a Jehová! porque ha librado el alma del menesteroso de mano de los malhechores.
Mas aunque la higuera no floreciere, y no hubiere fruto en la vid; aunque faltare el producto del olivo, y los campos nada dieren de comer; aunque las ovejas fueren destruídas del aprisco, y no hubiere ganado en los pesebres; sin embargo, yo me regocijaré en Jehová, y me alegraré en el Dios de mi salvación.
¡Regocíjate en gran manera, oh hija de Sión! ¡rompe en aclamaciones, oh hija de Jerusalem! he aquí que viene a tí tu rey, justo y victorioso, humilde, y cabalgando sobre un asno, es decir, sobre un pollino, hijo de asna.
Y las multitudes que iban delante, y las que seguían detrás, le aclamaban, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!
y le dijeron: ¿Oyes lo que éstos están diciendo? Díceles Jesús: Sí; ¿nunca habéis leído esto: De la boca de los pequeñitos, y de los que maman, has perfeccionado la alabanza?
¶Dijo entonces María: ¡Engrandece mi alma al Señor; y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador!
Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, alabando a Dios, y diciendo: ¡Gloria en las alturas a Dios, y sobre la tierra paz; entre los hombres de buena voluntad!
Y como iba ya acercándose a la bajada del Monte de los Olivos, toda la muchedumbre de los discípulos comenzaron a regocijarse y a alabar a Dios a gran voz, por todas las maravillas que habían visto; diciendo: ¡Bendito el Rey que viene en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo, y gloria en las alturas!
Tiempo empero viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espítitu y en verdad; porque también el Padre a los tales busca como adoradores suyos. Dios es espíritu; y los que le adoran, es menester que le adoren en espíritu y en verdad.
Y de día en día asistían constantemente en el Templo; y partiendo el pan en casa, tomaban el alimento con alegría y con sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía a la Iglesia los salvados, de día en día.
Mas, como a la media noche, Pablo y Silas estaban orando y cantando himnos a Dios, y los presos los escuchaban; cuando de repente sucedió un gran terremoto, tal, que sacudiéronse los cimientos de la cárcel; y al instante se abrieron todas las puertas de la cárcel, y se les soltaron a todos las prisiones.
y para que los gentiles también glorificasen a Dios por su misericordia; según está escrito: Por tanto te confesaré entre las naciones, y cantaré a tu nombre.
¶¿Qué hay pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno tiene un salmo, tiene una enseñanza, tiene una revelación, tiene una lengua extraña, tiene una interpretación. Háganse todas las cosas para edificación.
¶Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de las misericordias y Dios de toda consolación; el cual nos consuela en toda nuestra aflicción, para que podamos nosotros consolar a los que están en cualquiera angustia, por medio de la consolación con que nosotros mismos somos consolados de Dios.
a fin de que nosotros fuésemos para loor de su gloria—nosotros, judíos, que habíamos esperado antes en Cristo:
Y no os embriaguéis con vino, en el cual hay disolución, sino antes sed llenos del Espíritu; hablando entre vosotros con salmos e himnos Y canciones espirituales, cantando y alabando en vuestros corazones al Señor; dando gracias siempre, por todas las cosas, en el nombre dé nuestro Señor Jesucristo, al Dios y Padre nuestro;
estando llenos de los frutos de justicia, que son por medio de Jesucristo, para gloría y loor de Dios.
¶En fin, hermanos, cuantas cosas sean conforme a la verdad, cuantas sean honrosas, cuantas sean justas, cuantas sean puras, cuantas sean amables, cuantas sean de buen nombre; y si hay otra virtud alguna, ysi hay otra cosa alguna digna de alabanza, pensad en las tales cosas.
dando gracias al Padre, que nos hace idóneos para la participación de la herencia de los santos en la luz;
Habite ricamente en vosotros la palabra de Cristo, con toda sabiduría; enseñandoos y amonestándoos los unos a los otros, con salmos e himnos y cánticos espirituales, cantando con gracia en vuestros corazones a Dios. Y todo cuanto hiciereis, en palabra o en obra, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. En todo dad gracias a Dios; porque ésta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto de vosotros.
¡Y al rey de los siglos, inmortal, invisible, al solo verdadero Dios, sea honra y gloria para siempre jamás! Amén.
diciendo: Anunciaré tu nombre a mis hermanos, en medio de la iglesia cantaré tu alabanza.
¶Teniendo pues, hermanos, libertad para entrar en el lugar santísimo, en virtud de la sangre de Jesús, por un camino nuevo y vivo, que él ha abierto para nosotros, a través del velo, es decir, la carne suya, y teniendo un gran sacerdote sobre la familia de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, teniendo los corazones rociados, para limpiarnos de una mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.
Por lo cual, recibiendo nosotros un reino que no puede ser movido, tengamos gracia, por medio de la cual sirvamos a Dios, de un modo que le sea acepto, con reverencia y temor filial:
¶Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, el cual, conforme a su grande misericordia, nos ha reengendrado para una esperanza viva, por medio de la resurrección de Jesucristo de entre los muertos;
¶Vosotros, al contrario, sois una raza escogida, un sacerdocio real, nación santa, pueblo de posesión exclusiva; a fin de que manifestéis las excelencias de aquel que os ha llamado de las tinieblas a su luz maravillosa;
si alguno habla, sea como los oráculos de Dios; si alguno ministra, sea como del poder que suministra Dios: para que Dios sea glorificado en todas las cosas, por medio de Jesucristo; cuya es la gloria y el dominio, por los siglos de los siglos. Amén.
Antes bien, creced en la gracia, y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea la gloria, tanto ahora como en el día de la eternidad. Amén.
¡MIRAD, qué manera de amor nos ha dado el Padre, para que seamos nosotros llamados hijos de Dios! y así en efecto lo somos. Por eso el mundo no nos conoce a nosotros, por cuanto a él no le conoció.
¶Y a aquel que es poderoso para guardaros de caer, y presentaros irreprensibles delante de la presencia de su gloria con gozo extremado, al único Dios, Salvador nuestro, sea la gloria, la majestad, el dominio y el poder, ahora y para siempre jamás. Amén.
y nos ha constituído reyes y sacerdotes para el Dios y Padre suyo, a él sea la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. Amén.
Y los cuatro seres vivientes, teniendo cada uno de ellos seis alas, están llenos de ojos alrededor y por dentro; y no cesan día ni noche de decir: ¡Santo, santo, santo es el Señor Dios, el Todopoderoso, el cual era, y el cual es, y el cual ha de ser! ¶Y cuando los seres vivientes dan gloria y honra y acciones de gracias al que está sentado sobre el trono, es decir, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos caen delante de aquel que está sentado sobre el trono, y adoran a Aquel que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas ante el trono, diciendo: ¡Digno eres tú, Señor nuestro y Dios nuestro, de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad ellas existen, y fueron creadas!
los cuales decían a gran voz: ¡Digno es el Cordero que ha sido inmolado, de recibir el poder, y la riqueza, y la sabiduría, y la fortaleza, y la honra, y la gloria, y la bendición! Y a toda cosa creada que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y sobre el mar, y a todas las cosas que hay en ellos, las oí decir: ¡Bendición, y honra y gloria y dominio al que está sentado sobre el trono, y al Cordero, por los siglos de los siglos! ¡Amén!
¶Después de esto, miré, y he aquí una grande muchedumbre, que nadie podía contar, de entre todas las naciones, y las tribus, y los pueblos, y las lenguas, que estaban de pie ante el trono y delante del Cordero, revestidos de ropas blancas, y teniendo palmas en sus manos; y clamaban a gran voz, diciendo ¡Atribúyase la salvación a nuestro Dios, que está sentado sobre el trono, y al Cordero! Y todos los ángeles estaban de pie en torno del trono, y en torno de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y cayeron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios, diciendo: ¡Amén! ¡Bendición, y gloria, y sabiduría, y acciones de gracias, y honra, y poder y fortaleza a nuestro Dios para siempre jamás! ¡Amén l
diciendo: Te damos gracias, oh Señor Dios Todopoderoso, que eres y que eras, por cuanto has tomado tu gran poder y has reinado.
¶Y oí una gran voz en el cielo, que decía: ¡Ahora han venido la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios, y la soberanía de su Cristo; porque ha sido derribado el acusador de nuestros hermanos, que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche! Y ellos le vencieron por medio de la sangre del Cordero, y por medio de la palabra de su testimonio, y no amaron sus vidas, exponiéndolas hasta la muerte.
Y cantan el cántico de Moisés, siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: ¡Grandes y maravillosas son tus obras, oh Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, oh Rey de los siglos! ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? porque tú solo eres santo: porque todas las naciones vendrán y adorarán delante de ti; porque tus actos de justicia han sido manifestados.
Y DESPUÉS de esto, oí como si fuese un grande estruendo de una gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! ¡La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios;
Y una voz salió del trono, diciendo: ¡Alabad a nuestro Dios, todos sus siervos, los que le teméis, pequeños y grandes! Y oí como si fuese el estruendo de una gran multitud, y como si fuese el estruendo de muchas aguas, y como si fuese el estruendo de poderosos truenos, que decían: ¡Aleluya; porque reina el Señor Dios Todopoderoso!
¡VENID, alegrémonos en Jehová, cantemos con júbilo a la Roca de nuestra salvación! ¡Entremos en su presencia con acciones de gracias; y cantémosle alegres con salmos!
¡Cantad con júbilo a Jehová, moradores de toda la tierra! ¡romped en alabanzas, y cantad, y tañed salmos! ¡Tañed salmos a Jehová con el arpa, con el arpa y la voz de salmodia! ¡Con trompetas y son de corneta, cantad alegremente delante del Rey Jehová!
¡Oh Dios! a ti cantaré un cántico nuevo; con salterio de diez cuerdas tañeré salmos a ti:
Y todos los hijos de Israel estaban mirando cuando descendió el fuego, y la gloria de Jehová descansó sobre la Casa; y se postraron rostro a tierra; sobre el pavimento enlosado, y adoraron, dando gracias a Jehová, porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia.
habló Daniel, diciendo: ¡Sea el nombre de Dios bendito desde la eternidad y hasta la eternidad; porque suya es la sabiduría y el poder!
tomaron ramos de palmas, y salieron a su encuentro, aclamando: ¡Hosanna! ¡Bendito el rey de Israel, que viene en el nombre del Señor!
¡ALELUYA! ¡Cantad a Jehová un cántico nuevo, alabanza suya en la congregación de los santos! ¡Alégrese Israel en Aquel que le hizo: los hijos de Sión regocíjense en su Rey! ¡Alaben su nombre con danzas! ¡con pandero y arpa, canten alabanzas a él!
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