¿Quién puede dar cuenta de todas las maravillas que el Señor ha hecho? ¿Quién puede darle toda la alabanza que merece?
Porque el Señor es grande y merece la mejor alabanza. Él debe ser respetado con temor por encima de todos los dioses.
¡Sálvanos, Señor, Dios nuestro! reúnenos nuevamente de entre todas las naciones, para que podamos agradecerte y hablar de lo maravilloso que eres.
Pero viene el tiempo—y de hecho, ya llegó—cuando los adoradores adorarán al Padre en Espíritu y en verdad, porque este es el tipo de adoradores que el Padre quiere.
Señor, te adoraré con todo mi corazón. Contaré todas las maravillas que has hecho. Los que conocen tu carácter confían en ti, porque no abandonas a los que a ti vienen. ¡Canten alabanzas al Señor que reina en Sión! Cuenten a las naciones lo que ha hecho.Él no se olvida de castigar a los asesinos, ni ignora el gemido de los que sufren.¡Ten misericordia de mi, oh, Señor! ¡Mira cómo mis enemigos me persiguen! No me dejes caer por las puertas de la muerte,así podré alabarte en las puertas de Sión, por la alegría de tu salvación.Las naciones han caído en la misma fosa que cavaron; sus pies están atrapados en la misma red que lanzaron.El Señor se ha hecho conocer por su justicia; los malvados quedan atrapados en sus propios caminos. Higaion. Selah.Los malvados perecen, y van a la tumba. Así ocurre con las naciones que le dan la espalda a Dios.Pero los necesitados no serán ignorados para siempre, ni la esperanza de los que sufren será frustrada.¡Levántate, Señor! ¡No dejes que los humanos ganen la batalla! ¡Haz que las naciones enfrenten tu juicio!Me alegraré y regocijaré en ti. Cantaré alabanzas a tu ser, oh, Dios Altísimo.
Ofrezcamos, pues, por medio de Jesús, un sacrificio continuo de alabanza a Dios, es decir, hablando bien de Dios, y declarando su carácter.
Compartan juntos unos con otros por medio de salmos, himnos y cantos sagrados, cantando y creando música para el Señor con sus corazones.
Es a él a quien deben alabar, y es su Dios, que ha realizado para ustedes estos increíbles y asombrosos milagros que han visto con sus propios ojos.
Entonces oí a cada criatura en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra, y en el mar—todas las criaturas, en todas partes—respondían: “Bendito Aquél que está sentado en el trono, y el Cordero, a ellos sea la honra, la gloria y la autoridad, por siempre y para siempre”.
diciendo juntos, a gran voz: “El Cordero que fue inmolado es digno de recibir autoridad, riqueza, sabiduría, fuerza, honra, gloria y bendición”.
El Señor es mi fuerza y mi refugio. Confío en él y él me ayuda. Mi corazón está lleno de alegría, y canto mis agradecimientos hacia él.
Cuán felices son aquellos que saben cómo gritar tus alabanzas, Señor. Porque ellos viven en la luz de tu presencia.
¿Por qué estoy tan desanimado? ¿Por qué me siento tan triste? Esperaré en el Señor. Lo alabaré porque él es el único que me puede salvar, ¡Mi Dios!
Tan pronto como oyeron el sonido de las bocinas, el pueblo dio un fuerte grito, y las murallas de la ciudad se derrumbaron. Los hombres entraron de inmediato y capturaron la ciudad.
Entonces Moisés y los israelitas cantaron esta canción al Señor: ¡Cantaré al Señor, porque él es supremo! Ha arrojado al mar a los caballos y a sus jinetes.
¡Aplauda todo el mundo! ¡Griten con alegría al Señor!Porque nuestro Señor Altísimo es imponente; él es el gran rey de toda la tierra.
Pero aquellos que dan ofrendas de agradecimiento me honran, y a aquellos que siguen el bien les mostraré mi salvación”.
Confío en ti, Dios, confío en ti. Cantaré canciones de alabanza a ti.Me digo a mí mismo, “¡Levántate!” ¡Levántense, arpa y lira! ¡Levantaré al amanecer!Te agradeceré entre los pueblos, Señor; te cantaré alabanzas entre las naciones.
Tu fidelidad y amor son mejores que la vida misma. Por ello te alabaré.Te agradeceré tanto como viva. Elevo mis manos hacia ti y celebro tu maravilloso carácter.
¡Toda la tierra eleve su voz con alegría a Dios!Dios, tú nos has examinado, y nos has refinado como la plata.Tú nos has atrapado en tu red, y has puesto pesada carga sobre nosotros.Dejas que las personas nos pisoteen con rudeza; Hemos pasado por fuego e inundaciones, pero tú nos has traído a un lugar seguro. Me presentaré en tu Templo con sacrificios. Cumpliré mis promesas hacia ti,esas promesas que hice cuando estuve en momentos de dificultad.Haré sacrificios de becerros gordos, subirá el humo del sacrificio de carneros, ofrendas de toros y cabras. Selah.Vengan y escuchen, todos los que honran a Dios, y yo les contaré todas las cosas que ha hecho por mi.Yo clamé a él y le alabé con mi voz.Si hubiera tenido pecado en mi pensamiento, el Señor no me habría escuchado. ¡Pero Dios me escuchó! ¡Escuchó mi oración!Canten sobre su maravilloso nombre. ¡Alábenle por su bondad!
Cuán bueno es agradecer al Señor, cantarte alabanzas a ti, Altísimo,Pero tú me has hecho tan fuerte como un toro salvaje; me has ungido con el mejor aceite.Mis ojos se placen al ver a mis enemigos derrotados; mis oído han escuchado sobre la caída de aquellos que me atacaban. Los que viven con rectitud florecerán como árbol de palma; crecerán tan alto como un cedro en el Líbano.Son plantados en la casa del Señor; y prosperarán en los atrios de nuestros Dios.Incluso cuando envejezcan seguirán produciendo fruto, permaneciendo frescos y verdes.Declararán, “¡El Señor hace el bien! ¡Él es mi roca! ¡No hay nada malo en él!”hablar de tu gran amor por las mañanas, y de tu fidelidad por las noches,
¡Canten al Señor una nueva canción! ¡Canten al Señor, habitantes de toda la tierra!Díganle a las naciones, “¡El Señor está a cargo!” El mundo se mantiene unido firmemente, y no podrá ser despedazado. Él juzgará a todos justamente.¡Qué los cielos canten de alabanza! ¡Qué la tierra sea feliz, que el mar y todo cuanto existe griten de alabanza!Qué los campos y todo lo que en ellos está celebren; qué todos los árboles en el bosque canten de alegría.De hecho, que todo lo que esté ante el Señor cante alabanzas, porque él viene, viene a juzgar la tierra. Juzgará al mundo con rectitud, y a las naciones con su verdad.¡Canten al Señor, y de su maravillosa reputación! ¡Cada día háganle saber a todos de su salvación!
Entren por sus puertas con agradecimientos; ingresen a sus atrios con alabanzas. Agradézcanle; alábenlo.
Alaba, alma mía, al Señor; que todo mi ser alabe su santo nombre.No nos castiga por nuestros pecados, como debería hacer; no nos devuelve todas las cosas malas que hacemos, aunque lo merezcamos.Porque tan grande como los cielos que están sobre la tierra es su amor con los que le honran.Tan lejos como el este está del oeste es como el Señor ha echado fuera nuestros pecados.Como un padre amoroso, el Señor es amable y compasivo con quienes le siguen.Porque él sabe cómo fuimos hechos; él recuerda que somos solo polvo.La vida de los seres humanos es como la grama: florecemos como plantas en un campo,pero entonces el viento sopla, y nos vamos, desapareciendo sin dejar rastro.Pero el gran amor de Dios durará para toda la eternidad con aquellos que le siguen; su bondad perdurará por todas las generaciones,con aquellos que cumplen sus convenios y sus mandamientos.El Señor ha establecido su trono en los cielos, y gobierna sobre todas las cosas.Alaba, alma mía, al Señor; y que no olvide mi ser las maravillosas cosas que él ha hecho por mí.
¡Denle gracias al Señor, alaben su maravillosa naturaleza! ¡Que todo el mundo sepa lo que Él ha hecho!El Señor lo confirmó a Jacob con un decreto, hizo este acuerdo de unión con Israel:diciendo, “Te daré la tierra de Canaán”.Él dijo esto cuando aún eran solo unos pocos, solo un pequeño grupo de extranjeros en la tierra.Vagaban de nación en nación, de un reino a otro.Pero Él no permitió que nadie los tratara mal; advirtiendo a los reyes que los dejarán en paz:“No coloques mano sobre mi pueblo escogido, ni le hagas daño a mis profetas!”Causó una hambruna en la tierra de Canaán para que no hubiera comida. Pero, antes de eso envió a un hombre, José, quién había sido vendido como un esclavo. Hirieron sus pies al ponerle cadenas, y pusieron un collar de hierro alrededor de su cuello,hasta que el tiempo predicho llegó cuando el Señor lo probó.¡Cántenle a él, canten alabanzas; cuéntenle a todos las grandes cosas que ha hecho!
No para nosotros, Señor, no para nosotros, sino para ti Señor, toda la gloria debe ser dada, por tu gran amor y verdad.
¡Alaben al Señor todas las naciones! ¡Todo el mundo en todas partes, alaben su gran nombre!Porque su gran amor por nosotros está sobre todas las cosas; su fidelidad es eterna. ¡Alaben al Señor!
Doy gracias a Dios con todo mi ser; cantaré tus alabanzas ante los seres celestiales. Me postraré ante tu santo Templo, estoy agradecido con tu santo nombre, por tu amor y fidelidad, y porque tus promesas son más grandes que lo que la gente espera.
¡Te glorificaré, mi Dios y Rey! ¡Por siempre y para siempre alabaré quien eres!Todos los seres creados te agradecerán, oh Señor, y te alabarán todos los que fielmente te siguen.Alabarán la gloria de tu reino, y hablarán de tu poder.Contarán a los pueblos sobre tus maravillosos milagros, y el glorioso esplendor de tu reino.Tu reino no tiene fin, y tu gobierno se extiende por todas las generaciones. Las promesas del señor son fieles y él es misericordioso en todos sus actos. El Señor ayuda a los caídos y levanta a los que están abatidos.Todos los ojos están puestos en ti, llenos de esperanza; y tú les das alimentos a quienes lo necesitan a su tiempo.Tú das con generosidad y satisfaces las necesidades de todos los seres vivientes.El Señor hace lo recto en todas las cosas. Su fidelidad está en cada uno de sus actos.El Señor está cerca de los que piden su ayuda, de los que le piden de corazón.Él satisface las necesidades de quienes lo siguen. Escucha su clamor de ayuda y los salva.Te alabaré cada día. ¡Alabaré tu nombre por siempre y para siempre!El Señor cuida de quienes lo aman, pero destruirá a los malvados.Alabaré al Señor, y que todo el mundo honre su nombre, por siempre y para siempre.¡El Señor es grande y es digno de suprema alabanza! ¡Su grandeza no se puede medir!
¡Alaben al Señor! ¡Yo alabo al Señor con todo mi ser!El Señor reinará para siempre. Oh, Sión, él será tu Dios por todas las generaciones. ¡Alaben al Señor!Alabaré al Señor mientras viva. Cantaré alabanzas a Dios mientras respire.
¡Alaben al Señor, porque es bueno cantar alabanzas a Dios! ¡Alabarle es bueno y maravilloso!
¡Alaben al Señor! ¡Alaben a Dios en su lugar santo! Alábenle en la gran extensión del cielo! ¡Alábenle por sus grandes obras! ¡Alábenle por su grandeza!¡Alábenle con sonido de trompetas! ¡Alábenle con liras y arpas!¡Alábenle con panderetas y danza! ¡Alábenle con instrumentos de cuerdas y flautas!¡Alábenle con el sonar de los címbalos, con címbalos sonoros!¡Que todo lo que respire alabe al Señor! ¡Alaben al Señor!
El Señor me da fuerza. Él es el tema de mi canción. Él me salva. Él es mi Dios, y yo lo alabaré. Él es el Dios de mi padre, y yo lo honraré.El Señor me da fuerza. Él es el tema de mi canción. Él me salva. Él es mi Dios, y yo lo alabaré. Él es el Dios de mi padre, y yo lo honraré.
¡Cántenle al Señor! ¡Que toda la tierra le cante al Señor! ¡Que cada día todos oigan de su salvación!Anuncien sus actos gloriosos entre las naciones, las maravillas que hace entre todos los pueblos.Porque el Señor es grande y merece la mejor alabanza. Él debe ser respetado con temor por encima de todos los dioses.
Entonces David alabó al Señor ante toda la asamblea: “¡Alabado seas, Señor, Dios de Israel, nuestro padre, por los siglos de los siglos!Señor, tuyos son la grandeza, el poder, la gloria, el esplendor y la majestad, porque todo lo que hay en el cielo y en la tierra es tuyo. Señor, tuyo es el reino, y eres admirado como gobernante de todo.Las riquezas y el honor provienen de ti y tú reinas de forma suprema. Tú posees el poder y la fuerza, y tienes la capacidad de engrandecer a las personas y de dar fuerza a todos.“Ahora, nuestro Dios, te damos gracias y te alabamos a ti y a tu glorioso carácter.
Los trompetistas y los cantores se unían con una sola voz para alabar y dar gracias al Señor. Acompañados por las trompetas, los címbalos y los instrumentos musicales, los cantores alzaron sus voces, alabando al Señor: “Porque él es bueno; su amor confiable es eterno”. Entonces el Templo, la casa del Señor, se llenó de una nube.Los sacerdotes no podían levantarse para continuar con el servicio a causa de la nube, porque la gloria del Señor había llenado el Templo de Dios.
Después de discutir con el pueblo, designó a unos cantores para que alabaran al Señor por su gloriosa y santa bondad. Ellos iban al frente del ejército, cantando: “¡Alaben al Señor, porque su amor digno de confianza es eterno!”En cuanto empezaron a cantar y a alabar, el Señor tendió una emboscada a los hombres de Amón, Moab y el monte Seír que venían a atacar a Judá, y fueron derrotados.
Cantaron con alabanza y agradecimiento al Señor: “Dios es bueno, porque su amor fiel a Israel es eterno”. Entonces todos los presentes dieron un tremendo grito de alabanza al Señor, porque se habían puesto los cimientos del Templo del Señor.
Entonces los levitas anunciaron: “Pónganse de pie y alaben al Señor, su Dios, que vive eternamente: ‘Que sean bendecidos quienes son y su gloria, y que sean elevados por encima de toda bendición y alabanza’”. (Los nombres de los levitas eran Jesúa, Cadmiel, Bani, Hasabneías, Serebías, Hodías, Sebanías y Petaías).Ellos oraron: “Sólo tú eres el Señor. Tú hiciste el cielo, los cielos con todas sus estrellas, la tierra y todo lo que hay en ella, los mares y todo lo que hay en ellos. Tú les das vida a todos ellos, y todos los seres celestiales te adoran.
“Estaba desnudo cuando salí del vientre de mi madre, y estaré desnudo cuando me vaya”, dijo. “El Señor dio, y el Señor ha quitado. Que el nombre del Señor sea honrado”.
En ese momento dirás: “¡Alabad al Señor, gritad su nombre! Cuenten a las naciones lo que ha hecho, que conozcan su carácter maravilloso.Canten al Señor por todas las cosas gloriosas que ha hecho; que todo el mundo lo sepa.
Señor, tú eres mi Dios. Te honraré y alabaré quien eres, porque has hecho cosas maravillosas que planificaste hace tiempo. Eres fiel y digno de confianza.
¡Canten una nueva canción al Señor! Canten alabanzas desde cualquier lugar de la tierra, ustedes que navegan por el mar y todo lo que hay en él, ustedes las islas y todos los que viven en ellas.
El Señor dará a todos los que lloran en Sión una corona en lugar de cenizas en su cabeza, el aceite de la felicidad en lugar de luto, ropa de alabanza en lugar de un espíritu de desesperación. Serán llamados robles de la integridad, plantados por el Señor para revelar su gloria.
Quiero contarle a todo el mundo el amor confiable del Señor. Alabaré al Señor por todo lo que ha hecho por nosotros: todas las cosas buenas que ha hecho por los descendientes de Israel a causa de su bondad y su infinito amor digno de confianza.
¡Canten al Señor! ¡Alaben al Señor! Porque él salva a los pobres del poder de los malvados.
Aunque no haya flores en las higueras ni uvas en los viñedos; aunque no crezca la cosecha de olivo, ni haya animales en el corral, o ganado en los establos;aún así me alegraré en el Señor, gozoso en el Dios de mi salvación.
Estén felices y celebren, pueblo de Sión! ¡Grita, pueblo de Jerusalén! Mira, tu rey viene hacia ti. Él hace lo recto y trae la salvación; es humilde, viene montado sobre un asno—en realidad sobre un potro, que es la cría de un asno.
Las multitudes que iban delante de él y las que lo seguían gritaban: “¡Hosanna al hijo de David! ¡Bendito es el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!”
“Sí”, respondió Jesús. “¿Acaso no han leído que la Escritura dice ‘Preparaste a los niños y a los bebés para ofrecerte alabanza perfecta’”?
De repente aparecieron muchos seres celestiales, alabando a Dios, y diciendo:“¡Gloria al Dios del cielo, y en la tierra paz a aquellos con quienes él se complace!”
Cuando se aproximaba a Jerusalén, justo en el sitio donde el camino empieza a descender desde Monte de los Olivos, la multitud de discípulos comenzó a gritar alabanzas a Dios a toda voz, por todos los milagros que habían visto. “Bendito es el rey que viene en el nombre del Señor”, gritaban. “Paz en el cielo, y gloria en lo más alto de los cielos”.
Pero viene el tiempo—y de hecho, ya llegó—cuando los adoradores adorarán al Padre en Espíritu y en verdad, porque este es el tipo de adoradores que el Padre quiere.Dios es Espíritu, así que los adoradores deben adorar en Espíritu y en verdad”.
Día tras día siguieron reuniéndose en el Templo, y comían juntos en sus casas. Disfrutaban de las comidas con humildad y alegría. Alababan a Dios, y todos pensaban bien de ellos.Cada día el Señor agregaba al grupo aquellos que iban siendo salvos.
Cerca de la media noche Pablo y Silas estaban orando y cantando alabanzas a Dios, y los demás prisioneros los escuchaban.De repente un terrible terremoto sacudió los cimientos de la cárcel. De inmediato todas las puertas se abrieron y las cadenas de todos se cayeron.
También vino para que los extranjeros pudieran alabar a Dios por su misericordia, como dice la Escritura, “Por lo tanto te alabaré entre los extranjeros; cantaré alabanzas a tu nombre”.
Entonces, hermanos y hermanas, ¿qué deben hacer? Cuando se reúnan, que distintas personas canten, o enseñen, o prediquen un mensaje especial, o hablen en lenguas, o den una interpretación. Pero todo debe hacerse para edificar y animar a la iglesia.
¡Alaben a Dios, el padre de nuestro Señor Jesucristo! Él es el Padre misericordioso, y Dios de toda consolación.Él nos consuela en todas nuestras aflicciones, para que podamos consolar también a otros con el consuelo que recibimos de Dios.
Por eso lo alabamos, por su gloriosa gracia que con tanta bondad nos dio en su Hijo amado.
con el fin de que nosotros, los primeros en guardar la esperanza en Cristo, pudiéramos alabar su gloria.
No se emborrachen con vino, porque esto arruinará sus vidas, más bien llénense del Espíritu.Compartan juntos unos con otros por medio de salmos, himnos y cantos sagrados, cantando y creando música para el Señor con sus corazones.Vivan en amor, como Cristo los amó. Él se entregó por nosotros, y fue un don y ofrenda de sacrificio para Dios como un perfume con dulce aroma.Siempre den gracias a Dios el Padre por todas las cosas en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
llenos de los frutos de una vida justa gracias a Jesucristo, y dar gloria y alabanza a Dios.
Por último, piensen en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo recto, todo lo puro, todo lo que es bello, todo lo que es elogiable, todo lo que en verdad es digno de alabanza.
Deseo que se regocijen en alabar al Padre, quien nos ha permitido participar de la heredad del pueblo de Dios que vive en la luz.
Dejen que el mensaje de Cristo habite completamente en ustedes. De las maneras más sabias instrúyanse unos a otros por medio de salmos e himnos y cantos espirituales, alabando a Dios con sus corazones.Todo lo que hagan, sea de palabra o de hecho, háganlo en el nombre del Señor Jesús, alabando a Dios el padre a través de él.
Estén siempre llenos de alegría,nunca dejen de orar,estén agradecidos en todas las situaciones, porque esto es lo que Dios quiere que hagan en Cristo Jesús.
La honra y la gloria sean por siempre y para siempre para el Rey eterno, el inmortal, invisible y único Dios. Amén.
al decir: “Anunciaré tu nombre a mis hermanos; te alabaré entre tu pueblo cuando se reúna”.
Ahora tenemos esta seguridad, hermanos y hermanas, de poder entrar al Lugar Santísimo por la sangre de Jesús.De otro modo ¿no se habrían detenido los sacrificios? Si los adoradores hubieran sido limpiados una vez y para siempre, nunca más habrían tenido conciencias culpables.Por medio de su vida y muerte, él abrió a través del velo que nos lleva hacia Dios, una nueva forma de vivir.Siendo que tenemos este gran sacerdote que está a cargo de la casa de Dios,acerquémonos a Dios, con mentes sinceras y plena confianza. Nuestras mentes han sido rociadas para purificarlas de nuestros malos pensamientos, y nuestros cuerpos han sido lavados y limpiados con agua pura.
Siendo que estamos recibiendo un reino inconmovible, tengamos una actitud llena de gracia, para que sirvamos a Dios de una manera que le agrade, con reverencia y respeto.
¡Alabado sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia hemos nacido de nuevo y se nos ha dado una esperanza viva por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos.
En cambio, ustedes son una familia elegida de manera especial, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo que pertenece a Dios. Por eso, pueden revelar las cosas maravillosas que él ha hecho, al sacarlos de la oscuridad a su luz admirable.
Todo el que hable, hágalo como si Dios hablara a través de él. Todo aquél que quiera ayudar a otros, hágalo por medio de la fuerza que Dios le da, para que en todo Dios sea glorificado por medio de Jesucristo. Que la gloria y el poder sean suyos por siempre y para siempre. Amén.
Deseo que crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡A él sea la gloria, ahora y por siempre! Amén.
¡Miren el amor que tiene el Padre para con nosotros! Por eso podemos ser llamados hijos de Dios, ¡porque eso es lo que somos! La razón por la que el mundo no nos reconoce como hijos de Dios es porque no lo reconocen a él.
Ahora, a Aquél que puede guardarlos sin caer, y que puede llevarlos a su gloriosa presencia sin falta, y con gran gozo,al único Dios, nuestro Salvador, por medio de Jesucristo nuestro Señor, sea la gloria, la majestad, el poder y la autoridad, desde siempre, ahora, y para siempre. Amén.
quien nos hizo entrar a su reino, y nos hizo sacerdotes ante su Dios y Padre. A Jesús sea la gloria y la autoridad por siempre y para siempre. Amén.
diciendo juntos, a gran voz: “El Cordero que fue inmolado es digno de recibir autoridad, riqueza, sabiduría, fuerza, honra, gloria y bendición”.Entonces oí a cada criatura en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra, y en el mar—todas las criaturas, en todas partes—respondían: “Bendito Aquél que está sentado en el trono, y el Cordero, a ellos sea la honra, la gloria y la autoridad, por siempre y para siempre”.
Y decían: “Te agradecemos, Oh, Señor, el Todopoderoso, el que era y es, porque has retomado tu gran poder y has afirmado tu gobierno”.
Entonces escuché una voz fuerte en el cielo, que decía: “Ahora ha llegado la salvación, el poder y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo. El Acusador de los creyentes ha sido arrojado, el que los acusa en presencia de Dios día y noche.Ellos lo vencieron mediante la sangre del Cordero y por el testimonio de sus vidas, y no amaron sus vidas al punto que estuvieron dispuestos a morir si era necesario.
y cantaban el cántico de Moisés, el siervo de Dios, y el cántico del Cordero: “Lo que has hecho es extraordinario y maravilloso, Oh Señor Dios, El Todopoderoso. Tus caminos son justos y verdaderos, Rey de las naciones.¿Quién no te rendiría reverencia, oh, Señor? ¿Quién es el que no glorificaría tu nombre? Pues solo tú eres santo. ¡Todas las naciones vendrán a adorarte porque has demostrado con tus actos que eres justo!”
Después de esto escuché lo que sonaba como el ruido de una gran multitud en el cielo, que gritaba: “¡Aleluya! Salvación, gloria y poder describen a nuestro Dios,
Y se escuchó una voz que provenía desde el trono, y dijo: “Alaben a nuestro Dios, todos los que le sirven y lo respetan, desde el más pequeño hasta el más grande”.Entonces escuché lo que sonaba como el ruido de una gran multitud, como torrentes de agua y un gran trueno, que gritaba: “¡Aleluya! ¡Porque el Señor nuestro Dios, el Todopoderoso reina!
¡Vengan, cantemos con alegría al Señor! ¡Gritemos triunfantes a la roca de nuestra salvación!Por cuarenta años estuve disgustado con esa generación, y dije, ‘Ellos son personas que me son desleales con sus pensamientos, y se rehúsan a seguir mis caminos’.Entonces en mi frustración juré, ‘Ciertamente no entrarán en mi reposo’”.¡Vayamos ante él con acción de gracias! ¡Cantemos a él en voz alta en celebración!
Todo el mundo sobre la tierra, canten triunfantes al Señor; ¡Griten canciones de alegría en alabanza!Canten alabanzas a Dios con el arpa, con el arpa y voces melodiosas;con trompetas y al sonido del cuerno de carnero, canten con alegría ante el Señor, el Rey,.
El Señor reinará para siempre. Oh, Sión, él será tu Dios por todas las generaciones. ¡Alaben al Señor!
Cuando todos los israelitas vieron el fuego que descendía y la gloria del Señor en el Templo, se arrodillaron e inclinaron el rostro hacia el suelo. Adoraron y alabaron al Señor, diciendo: “¡Es bueno! Su amor confiable es eterno”.
“Alaben la admirable naturaleza de Dios por los siglos de los siglos, porque él es sabio y poderoso.
Entonces cortaron ramas de palmeras y salieron a darle la bienvenida, gritando: “¡Hosanna! Bendito es el que viene en el nombre del Señor. Bendito es el rey de Israel”.
¡Alaben al Señor! ¡Canten una canción nueva al Señor! ¡Alábenlo en medio de la reunión de sus seguidores fieles!Que Israel celebre a su Creador. Que el pueblo de Sión se alegre en su Rey.Alaben su naturaleza con danza; canten alabanzas a él con acompañamiento de panderetas y harpas.
Que sus alabanzas siempre estén en sus labios, que tengan una espada de doble filo en sus manos,
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