En efecto, las perfecciones invisibles de Dios, aun su eterno poder y su divinidad, se han hecho visibles después de la creación del mundo, por el conocimiento que de ellas nos dan sus criaturas; y así tales hombres no tienen disculpa;
El Señor dará fortaleza a su pueblo. El Señor colmará a su pueblo de bendiciones de paz.
y el poderío de los pueblos fue respecto de mi valor como una nidada de pajarillos; y como se recogen del nido los huevos que han sido abandonados, así reuní yo bajo mi poder toda la tierra, y no hubo quien moviese un ala, ni abriese el pico, ni piase.
Y todo el mundo procuraba tocarle; porque salía de él una virtud que daba la salud a todos.
Y en fin, a aquel Señor que es poderoso para hacer infinitamente más que todo lo que nosotros pedimos, o de todo cuanto pensamos, según el poder que obra eficazmente en nosotros,
El Señor es misericordioso y de gran poder; ni porque sufra tendrá a nadie por limpio e inocente. El Señor marcha entre tempestades y torbellinos, y debajo de sus pies se levantan nubes de polvo.
hecho tanto más superior y excelente que los ángeles, cuanto es más aventajado el nombre que recibió por herencia o naturaleza.
Las naciones montaron en cólera, mas sobrevino tu ira, y el tiempo de ser juzgados los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, y a los santos, y a los que temen tu Nombre, pequeños y grandes, y de acabar con los que han corrompido la tierra.
¿Quién como tú, oh Señor Dios de los ejércitos? Poderoso eres, Señor, y está siempre en torno a ti tu verdad.
Por cuanto amó a tus padres, y eligió para sí su descendencia después de ellos. Y te sacó de Egipto, yendo delante de ti con su gran poder
Que a este fin te he conservado o sufrido para mostrar en ti mi poderío, por donde mi nombre sea celebrado en todo el mundo.
Tu diestra, ¡oh Señor!, ha demostrado su soberana fortaleza: Tu diestra, ¡oh Señor!, es la que ha herido al enemigo de tu pueblo.
¡Ah!, ¡ah! Señor Dios mío, bien veo que tú creaste el cielo y la tierra con tu gran poder y con tu brazo fuerte, ninguna cosa será jamás difícil para ti;
Por tanto, no te avergüences del testimonio de nuestro Señor, o de confesar tu fe públicamente, ni de mí que estoy en cadenas por amor suyo, antes bien padece y trabaja a una conmigo por el evangelio con la virtud que recibirás de Dios.
Tú eres el Dios autor de los prodigios. Tú hiciste manifiesto a los pueblos tu poderío.
Ved cómo yo soy el solo y único Dios, y cómo no hay otro fuera de mí. Yo mato, y doy la vida: yo hiero, y yo curo: y no hay quien pueda librar a nadie de mi poder.
Señor Dios, tú has empezado a mostrar a tu siervo tu grandeza y el poder excelso de tu brazo; como que no hay otro Dios en el cielo ni en la tierra que pueda hacer lo que tú haces, ni compararse contigo en fortaleza.
y cuál aquella soberana grandeza de su poder sobre nosotros, que creemos según la eficacia de su poderosa virtud, que él ha desplegado y hecho patente en la persona de Cristo , resucitándole de entre los muertos, y colocándole a su diestra en los cielos, sobre todo principado, y potestad, y virtud, y dominación, y sobre todo nombre, por celebrado que sea no sólo en este siglo, sino también en el futuro.
Lleno de fortaleza está tu brazo. Ostente su robustez la mano tuya, y sea ensalzada tu diestra.
del cual yo he sido constituido ministro, por el don de la gracia de Dios, que se me ha dado conforme a la eficacia de su poder.
Esto dice el Señor y Redentor vuestro, el Santo de Israel: Por amor de vosotros he enviado gentes a Babilonia, y he echado por tierra todas sus defensas, y a los caldeos que se jactaban de sus naves.
¿Dónde el que puesto a la derecha de Moisés los sacó de Egipto con su majestuoso brazo; el que delante de ellos dividió las aguas del mar, con lo cual ganó un renombre sempiterno;
y me respondió: Bástate mi gracia, porque el poder mío brilla y consigue su fin por medio de la flaqueza. Así que con gusto me gloriaré de mis flaquezas o enfermedades, para que haga morada en mí el poder de Cristo .
¿Quién hay entre los fuertes a ti semejante, oh Señor? ¿Quién hay semejante a ti, tan grande en santidad, terrible y digno de alabanza, y obrador de prodigios? Extendiste tú la mano, y la tierra los tragó.
Todo lo dicho hasta aquí es una pequeña parte de sus grandes obras; mas si esto que hemos oído es solamente una pequeñísima muestra de las infinitas cosas que pueden decirse de él, ¿quién podrá sostenerse firme al trueno de su grandeza?
Porque él abatirá a los que se ven sublimados, humillará la ciudad altiva. La humillará hasta el suelo; la humillará hasta reducirla a polvo.
que no me avergüenzo yo de la buena nueva, siendo él como es la virtud de Dios para salvar a todos los que creen, a los judíos primero, y después a los gentiles.
Y tú, ¡oh Dios!, en mi vejez no me desampares, a fin de que anuncie el poder de tu brazo a toda la generación que vendrá;
Desfallecerá fatigada de cansancio la edad lozana, y se caerá de flaqueza la juventud. Mas los que tienen puesta en el Señor su esperanza, adquirirán nuevas fuerzas, tomarán alas como de águila, correrán y no se fatigarán, andarán y no desfallecerán. Callen ante mí las islas, y tomen nuevas fuerzas las gentes; acérquense, y hablen después, y entremos juntos en juicio:
el que cuenta las estrellas y las llama a todas ellas por sus nombres. Grande es el Señor Dios nuestro, y grande su poderío, y sin límites su sabiduría.
La muerte y la vida están en poder de la lengua; los que tendrán cuenta de ella comerán de sus frutos.
Está en medio de ti el Señor, el Dios tuyo, el fuerte; él te salvará; en ti hallará él su gozo y su alegría, será constante en amarte, se regocijará, y celebrará tus alabanzas.
Pero Jesús , mirándolos blandamente, les dijo: Para los hombres es esto imposible, que para Dios todas las cosas posibles.
a fin de conocerle a él, esto es, a Cristo , y la eficacia de su resurrección , y participar de sus penas, asemejándome a su muerte,
Nosotros no somos dignos de alcanzarle. El es grande en su poder y en sus juicios, y en su justicia, y verdaderamente inefable.
siendo sepultados con él por el bautismo , y con él resucitados a la vida de la gracia por la fe que tenéis del poder de Dios, que le resucitó de la muerte.
Hablarán de cuán terrible es tu poder, y pregonarán tu grandeza. A boca llena hablarán de continuo de la abundancia de tu suavidad inefable, y saltarán de alegría por tu justicia.
porque en él habita toda la plenitud de la divinidad corporalmente, esto es, real y sustancialmente, y lo tenéis todo en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.
A la verdad que la predicación de la cruz o de un Dios crucificado, parece una necedad a los ojos de los que se pierden; mas para los que se salvan, esto es, para nosotros, es la virtud y poder de Dios.
Tuyas son las riquezas, y tuya es la gloria; tú eres el Señor de todo; en tu mano está la fuerza y el poder; en tu mano la grandeza y el imperio de todas las cosas.
y me respondió: Bástate mi gracia, porque el poder mío brilla y consigue su fin por medio de la flaqueza. Así que con gusto me gloriaré de mis flaquezas o enfermedades, para que haga morada en mí el poder de Cristo . Por cuya causa yo siento satisfacción y alegría en mis enfermedades, en los ultrajes, en las necesidades, en las persecuciones, en las angustias, en que me veo por amor de Cristo . Pues cuando estoy débil, entonces con la gracia soy más fuerte.
Que no consiste el reino de Dios o nuestra religión en palabras, sino en la virtud, o en buenas obras.
Entretanto cantaré yo tu poder, y al amanecer celebraré con júbilo tu misericordia; porque has sido mi defensa y amparo en el día de mi tribulación.
El Dios de la esperanza nuestra os colme de toda suerte de gozo y de paz en vuestra creencia, para que crezca vuestra esperanza siempre más y más, por la virtud del Espíritu Santo.
Pues qué ¿hay para Dios cosa difícil? Al plazo prometido volveré a visitarte por este mismo tiempo, si Dios quiere, y Sara tendrá un hijo.
pues por él fueron creadas todas las cosas en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, ora sean tronos, ora dominaciones, ora principados, ora potestades, todas las cosas fueron creadas por él mismo y en atención a él mismo; y así él tiene ser ante todas las cosas, y todas subsisten por él y por él son conservadas.
recibiréis, sí, la virtud del Espíritu Santo, que descenderá sobre vosotros, y me serviréis de testigos en Jerusalén , y en toda la Judea, y Samaria, y hasta el cabo del mundo.
Porque lo que parece una locura en los misterios de Dios, es mayor sabiduría que la de todos los hombres; y lo que parece debilidad en Dios, es más fuerte que toda la fortaleza de los hombres.
Esos tales son del mundo, y por eso hablan el lenguaje del mundo, y el mundo los escucha.
Porque mirad que no se ha encogido la mano del Señor, para que ella no pueda salvar; ni se le han entupido sus oídos, para no poder oír vuestros clamores;
Después de esto, ¿qué diremos ahora? Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?
Entonces Jesús , acercándose, les habló en estos términos: A mí se me ha dado toda potestad en el cielo y en la tierra.
Así se reconocerá que el Señor hace justicia; al ver que el pecador ha quedado preso en las obras o lazos de sus propias manos.
No queráis, hermanos, hablar mal los unos de los otros. Quien habla mal de un hermano, o quien juzga a su hermano, éste tal de la ley habla mal, y a la ley juzga, o condena. Mas si tú juzgas a la ley, ya no eres observador de la ley, sino que te haces juez de ella.
Decid a Dios: ¡Oh cuán estupendas son, Señor, tus obras! A la fuerza de tu gran poder se reducirán a la nada tus enemigos.
Escucha, oh Job, estas cosas; párate a reflexionar las maravillas de Dios. ¿Sabes tú por ventura cuándo ha mandado Dios a las lluvias que hiciesen aparecer la luz en sus nubes? ¿Has tú averiguado los varios caminos de esas nubes, y aquella grande y perfecta ciencia del que las gobierna?
Y volvían de nuevo a tentar a Dios, y a exasperar al Santo de Israel. No se acordaron de lo que hizo el día aquel en que los rescató de las manos del tirano,
a fin de que sea glorificado en vosotros el nombre de nuestro Señor Jesucristo; y vosotros en él, por la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo. Entretanto, hermanos, os suplicamos por el advenimiento de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión al mismo,
Y despojando con esto a los principados y potestades infernales, los sacó valerosamente en público, y los llevó delante de sí, triunfando sobre ellos en su propia persona, o por su pasión y muerte.
A la verdad tal como éste nos convenía que fuese nuestro sumo sacerdote, santo, inocente, inmaculado, segregado de los pecadores, o de todo pecado, y sublimado sobre los cielos,
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