porque la raiz de todos los males es el amor al dinero, el cual, codiciándolo algunos, se desviaron de la fe y acarrearon para sí muchas desgracias.
Luego dijo a sus discípulos: Tengan cuidado con toda forma de codicia, porque la vida no consiste en la abundancia de bienes.
Que su mente no se complazca en el dinero, sino que lo que tengan les sea suficiente, porque Yahweh mismo dice: 'NO TE DEJARÉ NI TE DESAMPARARÉ',
Pero fornicación y cualquier inmundicia o avaricia, ni siquiera se mencione entre ustedes, como conviene a santos;
pero yo les digo que cualquiera que mire a una mujer para codiciarla[12], inmediatamente comete adulterio con ella en su corazón.
porque el pecado, por medio de este mandamiento, encontró ocasión y consumó en mí toda codicia, porque sin la ley el pecado estaba muerto.
Por tanto, hagan morir de sus miembros terrenales la fornicación, la inmundicia, las ansiedades, los apetitos insanos y la avaricia, que es idolatría,
porque también ella dice: 'NO MATARÁS, NO COMETERÁS ADULTERIO, NO ROBARÁS, NO CODICIARÁS'; y si hay otro mandamiento, se cumple en este precepto: AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TÍ MISMO.
ni los avaros, ni los ladrones, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.
Pero estas cosas que acontecieron fueron como ejemplo para nosotros, para que no codiciemos cosas malas como ellos codiciaron,
Ninguno puede servir a dos amos, porque odiará a uno y amará al otro, o favorecerá a uno y despreciará al otro. No pueden ustedes servir a Dios y a las riquezas.
Codician y nada obtienen; matan y envidian, pero nada logran; contienden y luchan, pero nada consiguen, porque no piden;
Ningún siervo puede servir a dos amos, porque odiará al uno y amará al otro, u honrará a uno y despreciará al otro. No pueden ustedes servir a Dios y a las riquezas.
Porque, ¿qué provecho obtendrá el hombre si ganara el mundo entero, pero perdiera su alma?
porque deben ustedes saber esto: que ningún fornicario, ni impuro, ni avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino del Cristo y de Dios.
Por este motivo, tuve cuidado de pedir estas cosas a mis hermanos para que fueran a ustedes antes que yo, y prepararan la ofrenda que desde hace tiempo habíamos escuchado que estaría lista como ofrenda y no como codicia.
Les digo de nuevo: Es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que un rico entre en el reino de Dios.
porque los que pretenden enriquecerse caen en tentaciones y lazos, y en muchas pasiones insensatas y dañinas que hacen sucumbir a los hombres en corrupción y perdición, porque la raiz de todos los males es el amor al dinero, el cual, codiciándolo algunos, se desviaron de la fe y acarrearon para sí muchas desgracias.
Pero Dios le dijo: '¡Insensato! esta noche demandan tu vida, y esto que has provisto, ¿para quién será?' Así es el que acumula tesoros para sí y no es rico para con Dios.
porque todo lo que hay en el mundo: las bajas pasiones de la carne, los deseos de los ojos y lo vano del mundo, no proceden del Padre, sino del mundo mismo.
porque los que pretenden enriquecerse caen en tentaciones y lazos, y en muchas pasiones insensatas y dañinas que hacen sucumbir a los hombres en corrupción y perdición,
Pero al escuchar los fariseos todas estas cosas, se burlaban de Él porque eran amantes del dinero. Pero Jesús les dijo: Son ustedes quienes se justifican a sí mismos ante los hombres, pero Dios conoce sus corazones, porque lo que es sublime entre los hombres, es abominable ante Dios.
No acumulen tesoros en la Tierra, donde la polilla y la herrumbre corroen y donde ladrones horadan y roban, sino acumulen tesoros en el Cielo, donde ni la polilla ni la herrumbre corroen y donde los ladrones no horadan ni roban, porque donde esté su tesoro, allí estará su corazón.
Vendan sus posesiones y den ayuda; háganse bolsas que no se desgasten, un tesoro inagotable en el Cielo, donde el ladrón no se acerca ni la polilla destruye. Porque donde esté su tesoro, allí también estará su corazón.
Y por codicia obtendrán ganancia entre ustedes con palabras fingidas, aquéllos cuyo juicio no cesa desde el principio y cuya destrucción no duerme;
Codician y nada obtienen; matan y envidian, pero nada logran; contienden y luchan, pero nada consiguen, porque no piden; piden y no reciben, porque piden mal, para dar satisfacción a sus conscupicencias.
Al ver Jesús que se había entristecido, dijo: ¡Cuán difícil es que entren al reino de Dios los que tienen riquezas! Porque es más fácil a un camello entrar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.
No lo digo porque tenga carencia, porque he aprendido a hacer que lo que poseo sea suficiente para mí. Sé vivir en necesidad y sé también estar en abundancia; en todo y para todo he sido entrenado, tanto para estar saciado como para tener hambre, tanto para la abundancia como para la escasez,
y no sean conforme a este mundo, sino transfórmense por medio de la renovación de su mente, y disciernan cuál es la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios.
Digo pues, anden conforme al espíritu para que nunca hagan los deseos de la carne, porque la carne desea lo que es opuesto al espíritu, y el espíritu anhela lo que es opuesto a la carne, y ambos se oponen mutuamente para que ustedes no hagan lo que quieran.
Luego le preguntaron unos soldados, diciendo: ¿Qué debemos hacer también nosotros? Él les dijo: A nadie hagan daño, ni denuncien a nadie falsamente, y estén satisfechos con su salario.
También se compadecieron de los presos, y el despojo de sus bienes sobrellevaron con gozo, porque ustedes saben que tienen una mejor y perdurable posesión en el Cielo.
Porque ¿qué provecho obtendrá un hombre si ganara el mundo entero, pero perdiera su alma o sufriera pérdida?
Porque es como un hombre que al emprender un viaje, llamó a sus siervos y les encomendó sus bienes. A uno le entregó cinco talentos, a otro dos, y a otro uno; a cada uno según su capacidad, y después se marchó. El que había recibido cinco talentos, enseguida fue y negoció con ellos y ganó otros cinco. Así mismo, el que tenía dos ganó otros dos, pero el que había recibido uno, fue, cavó en el suelo, y escondió el dinero de su amo. Y después de largo tiempo, volvió el amo de aquellos siervos y ajustó cuentas con ellos. Y llegando el que había recibido los cinco talentos, trajo otros cinco, diciendo: 'Señor mío, me entregaste cinco talentos; he aquí, he ganado otros cinco con ellos'; y su amo le dijo: 'Bien hecho, buen siervo y fiel. Sobre poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré. Entra al gozo de tu señor'. Enseguida llegó el que tenía los dos talentos, diciendo: 'Señor mío, me entregaste dos talentos; he aquí, he aquí he ganado otros dos con ellos', y su amo le dijo: 'Bien hecho, buen siervo y fiel. Sobre poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré. Entra al gozo de tu señor'. Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: 'Señor mío, yo sabía que eres un hombre severo, que siegas donde no sembraste, y recoges donde no esparciste, y tuve miedo, y por eso fui y escondí tu talento en el suelo. Aquí tienes lo que es tuyo'. Entonces su amo le respondió, diciendo: 'Siervo malo e indolente. Sabías que siego donde no sembré y recojo donde no esparcí. 'Por tanto, debiste haber puesto mi dinero en el banco, y cuando yo llegara, hubiera recibido lo mío con sus intereses. 'Despójenlo, pues, del talento, y entréguenselo al que tiene los diez talentos. 'Porque al que tenga le será dado y se le añadirá, pero al que no tenga, aún lo que tenga se le quitará. 'Al siervo inútil arrójenlo a las tinieblas de afuera. Allí será su llanto y el crujir de dientes.
¡Laméntense y entristezcanse, oh ricos, a causa de las desgracias que les vendrán!, porque sus riquezas están corrompidas y hieden, y sus vestidos han sido devorados por la polilla. Se ha enmohecido su oro y su plata; su moho será testigo contra ustedes y está preparado para consumir sus cuerpos. Han amontonado fuego para los días finales.
Pastoreen el rebaño de Dios que les ha sido encomendado, cuidándolo espiritualmente, no por obligación, sino voluntariamente, no por sucia ganancia, sino de todo corazón;
Mi Dios, pues, suplirá para toda su necesidad, según sus riquezas, en la gloria de Jesucristo.
Por lo cual les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o qué beberán; ni por su cuerpo, qué vestirán. He aquí, ¿no es el alma[14] más importante que la comida y el cuerpo más importante que la ropa?
Cada uno dé como se haya propuesto, no con tristeza ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre,
Porque mientras estábamos todavía con ustedes, les ordenamos esto: Todo aquel que no quiera trabajar, que tampoco coma;
Den, y se les dará; medida buena, apretada y rebozante será puesta en su regazo. Porque con la medida que midan serán medidos.
Sanen enfermos, limpien leprosos, expulsen espíritus malignos. De gracia recibieron, den de gracia.
que no se exceda en el vino; que no sea pendenciero sino amable; no contencioso ni amante del dinero;
pero Jesús le dijo: He aquí, ustedes los fariseos limpian la parte externa de la copa y el plato, pero en su interior están llenos de saqueo y de maldad. ¡Insensatos! El que hizo lo externo, ¿no es el mismo que hizo lo interno? Antes bien, den de lo que tienen con rectitud y he aquí que todas las cosas les serán limpias.
Busquen, pues, primero el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.
como entristecidos, pero siempre gozosos; como pobres, pero enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, pero poseyéndolo todo.
Y les refirió una parábola: La tierra de cierto varón rico le había producido una abundante cosecha, y pensaba para sí mismo, diciendo: '¿Qué voy a hacer? Pues no tengo dónde almacenar mis cosechas'. Entonces dijo: 'Esto haré: derribaré mis graneros y construiré unos más grandes donde pueda almcenar todo mi grano y mis bienes, y diré a mi alma: 'Alma mía, muchos bienes tienes almacenados para muchos años; reposa, come, bebe, disfruta' '. Pero Dios le dijo: '¡Insensato! esta noche demandan tu vida, y esto que has provisto, ¿para quién será?'
Porque como ustedes saben, nunca utilizamos un hablar lisonjero ni pretextos para la codicia (Dios es testigo),
conduzcámonos como de día, no en desenfrenos, ni en embriaguez, ni en lecho impuro, ni en envidias, ni en altercados,
Y que ninguno se atreva a transgredir y defraudar a su hermano en este asunto, porque nuestro Señor es el que castiga en todas estas cosas, tal como desde tiempo atrás les dijimos y advertimos,
Sean afectuosos con sus hermanos, y ámense unos a otros; prefiéranse unos a otros en cuanto a honra.
No se olviden de la compasión y de compartir a los necesitados, porque con estos sacrificios uno agrada a Dios.
No he codiciado plata, ni oro, ni ropa, pues ustedes saben que estas manos me han sido útiles para mis necesidades y las de los que estaban conmigo. Y les he demostrado todas las cosas, de cómo debe uno trabajar y atender a los débiles, y tener presentes las palabras de nuestro Señor Jesús, porque Él dijo: 'Más bienaventurado es el que da que el que recibe'.
No hagan nada por contienda o por vanagloria, sino con humildad de manera de pensar; cada quien considere al otro de mayor importancia que a sí mismo; que no se ocupe cada quien solamente de lo suyo propio, sino también de lo de su prójimo.
pero el que posee bienes del mundo y mira a su hermano en necesidad, y retiene su compasión hacia él, ¿cómo puede el amor de Dios estar en él?
Ellos respondieron: Del Cesar. Entonces Él les dijo. Den, pues, al Cesar lo que es de Cesar y a Dios lo que es de Dios.
Porque ustedes, hermanos míos, fueron llamados a libertad, sólo que su libertad no sea pretexto para la carne, sino que sométanse por amor los unos a los otros,
Y el mundo pasa y sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
Todo lo que quieran que les hagan los hombre, también así hagan ustedes con ellos, porque esta es la ley y los profetas.
Al escuchar Jesús esto, le dijo: Una cosa te falta: Ve y vende todo lo que tienes y da a los necesitados, y tendrás tesoro en el Cielo; después ven en pos de mí.
¡Oh adúlteros! ¿No saben que la amistad con este mundo es enemistad con Dios? Por tanto, el que quiera ser amigo de este mundo, se constituye en enemigo de Dios.
No yerren; las malas conversaciones corrompen las buenas conciencias. Sea su corazón rectamente estimulado, y no pequen, porque hay algunos que no conocen[11] a Dios. Para vergüenza suya lo digo.
porque los que están en la carne, piensan en las cosas de la carne, pero los que son del espíritu, piensan en las cosas del espíritu, porque la forma de pensar que es de la carne es muerte, pero la manera de pensar que es del espíritu es vida y paz,
porque Dios no es injusto para olvidarse de sus obras y del amor que han demostrado a su Nombre, porque han servido a los santos, y continúan sirviendoles;
porque la forma de pensar que es de la carne es muerte, pero la manera de pensar que es del espíritu es vida y paz,
La que fue sembrada entre espinos, representa al que escucha la palabra, pero las preocupaciones de este mundo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra y queda sin fruto.
Pero sabe esto: que en los últimos días vendrán tiempos difíciles; porque habrá hombres amadores de sí mismos, amantes del dinero, jactanciosos, altivos, blasfemos, desobedientes a sus padres, ingratos, impíos,
El que robaba, no vuelva a robar, sino trabaje con sus manos para que tenga qué dar al que tiene necesidad y practique lo bueno.
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