En la libertad en que nos libertó Cristo estad firmes pues, y no seáis atados otra vez a yugo de esclavitud.
De repente se hizo un gran terremoto, de suerte que fueron sacudidos los fundamentos de la cárcel; y al instante se abrieron todas las puertas y los vínculos de todos fueron deshechos;
El espíritu del Señor es sobre mí, porque me ungió para llevar un buen mensaje a los pobres, me envió a curar a los corazones quebrantados, a publicar a los cautivos liberación y a los ciegos recobro de la vista, a poner en libertad a los oprimidos,
porque no es la lucha nuestra contra sangre y carne, sino contra los jefes, contra las autoridades, contra las potencias universales de las tinieblas, contra las fuerzas espirituales de la maldad, en los espacios celestiales.
porque la ley del espíritu de la vida en Cristo Jesús me libró de la ley del pecado y de la muerte,
Y he aquí que un ángel del Señor se presentó, y una luz resplandeció en la habitación: Y tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y se le cayeron las cadenas de las manos.
Luego ninguna condenación ahora para los que están en M Cristo Jesús porque la ley del espíritu de la vida en Cristo Jesús me libró de la ley del pecado y de la muerte,
A aquel que puede sobre todo hacer excesivamente más de lo que pedimos o pensamos según el poder que se desarrolla en nosotros,
Mas ahora libertados del pecado, hechos esclavos a Dios, tenéis vuestro fruto en santificación y el fin vida eterna,
sabiendo que nuestro viejo hombre con él fué crucificado para que fuese el cuerpo del pecado deshecho, al no servir más al pecado.
Por tanto nosotros también, teniendo tan grande nube de testigos que nos envuelve, dejando toda carga y el pecado ambiente, con paciencia corramos la carrera, que nos es propuesta, mirando al príncipe y consumador de la fe, a Jesús que, en cambio del gozo que le estaba propuesto, sufrió una cruz, no haciendo caso de la vergüenza, y a la diestra del trono de Dios se sentó (c. 8/-1).
a despojaros, en cuanto a la primera conducta, del viejo hombre que se corrompe según las pasiones del engaño, a renovaros en el espíritu de vuestra mente y vestir al nuevo hombre que según Dios fué creado en justicia y piedad de la verdad.
porque todo lo engendrado de Dios vence al mundo, y ésta es la victoria que venció al mundo, la fe de nosotros.
nos libró de la potestad de las tinieblas y nos trasladó al reino del hijo de su amor,
de suerte que ya no eres esclavo, sino hijo; si, pues, hijo, también heredero de Dios por Cristo.
Mas el Dios de toda gracia que nos llamó a su eterna gloria en Cristo Jesús, después que hubiereis padecido un poco de tiempo, os perfeccionará, sostendrá, fortalecerá, consolidará.
Puesto que los hijos están en comunión de sangre y carne, él también igualmente participó de las mismas para que por la muerte hiciese impotente al que tiene el poder de la muerte, esto es, al diablo y librase a todos estos que por miedo de la muerte estaban durante toda la vida en esclavitud.
El que hace el pecado es del diablo, porque desde el principio el diablo peca. Para esto fué manifestado el hijo de Dios para que destruyese las obras del diablo.
Venid a mí, todos los que os fatigáis y estáis cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, porque soy manso y humilde de corazón y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es suave y mi carga ligera.
No os ha tomado tentación sino humana, pero fiel es Dios que no os dejará ser tentados sobre lo que podéis, antes con la tentación dará también la salida para que podáis sobrellevarla.
El Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz, en el creer, para que abundéis en la esperanza con fuerza de espíritu santo.
porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas.
De cierto os digo: Todas las cosas que atareis sobre la tierra, estarán atadas en el cielo, y todas las cosas que desatareis sobre la tierra, estarán desatadas en el cielo.
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