Y es la fe de las cosas que se esperan, fundamento; de cosas demostración que no se ven.
No temas; que contigo soy; no yerro; pues yo soy tu Dios; que te he fortalecido, y ayudádote y asegurádote con la diestra la justa, mía.
Clamaré a Dios, el Altísimo; a Dios que me ha hecho bien(a) . Envió desde el cielo, y salvóme; dio a oprobio los que me conculcaban;
Y sabemos que a los amantes de Dios, todo coopera en bien, a los que según propósito llamados son.
Y él les dice: «Por vuestra poca fe; pues en verdad os digo: si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: «Pásate de acá a allá». Y se pasará, y nada os será imposible.
Y, sin fe, imposible placerle; pues creer debe, el que se llega a Dios, que(d) es, y, para los que le buscan, remunerador se hace.
Y el Dios de la esperanza llenaráos de todo gozo y paz en el creer; para que abundéis en la esperanza, en virtud de Espíritu Santo.
Está confiado, en todo tu corazón en Dios, y en tu sabiduría no te exaltes; para todos tus caminos conócela para que enderece tus caminos.
Y, lo bello haciendo, no desmayemos; que en el tiempo propio, segaremos, no desfalleciendo.
No os solicitéis, pues, del mañana, pues el mañana, se solicitará de sí mismo; basta al día su mal.»
confiado de esto mismo: que, quien empezó en vosotros obra buena, perfeccionará hasta día de Jesucristo;
Porque mis iniquidades han sobrepasado mi cabeza; cual si carga pesada han pesado sobre mí.
pero los que aguardan a Dios, mudarán fuerza(g) ; alas criarán, como águilas; correrán, y no trabajarán; caminarán, y no hambrearán.
si ya perseveráis en la fe fundados, y estables y no removibles de la esperanza del Evangelio que oísteis, el que ha sido predicado en toda criatura, la bajo el cielo; del cual he sido yo, Pablo, hecho ministro.
Venid a mí, todos los trabajados y recargados, y yo os refrigeraré. Alzad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, porque suave soy y humilde del corazón, y hallaréis alivio para vuestras almas; que mi yugo es bueno; y mi carga, ligera es.»
Lleguémonos, pues, con libre habla(i) al trono de la gracia, para alcanzar misericordia; y gracia hallar, para oportuno socorro.
Aun cuando anduvieres por agua, contigo soy, y ríos no te anegarán; aun cuando anduvieres por fuego no te abrasarás, no; llama no te abrasará;
con la esperanza, gozándoos; en la tribulación pacientes; en la oración, perseverantes;
Nada os afanéis; sino en todo, por la oración y la plegaria, con agradecimiento, vuestras peticiones manifiéstense ante Dios. Y la paz de Dios, la que supera a todo entendimiento, custodiará vuestros corazones y vuestras inteligencias en Cristo Jesús.
Amedrentadora palabra el corazón turba de varón justo; y anuncio(f) bueno, alégrale.
Y ésta la confianza que tenemos para con él: que, si algo pidiéremos, según su voluntad, nos oye.
Bienaventurado el que cuida del mendigo y pobre: en día malo le librará el Señor. El Señor le conserve y felicítele en la tierra, y no le entregue en manos de su enemigo. El Señor le ayudará sobre el lecho de su dolor: todo su estrado has vuelto(a) en su enfermedad.
Pues no son mis consejos así como vuestros consejos, ni así como vuestros caminos mis caminos; dice el Señor; sino que, como dista el cielo de la tierra, así dista mi camino de vuestros caminos; y vuestros pensamientos, de mis pensamientos.
Pues cierto estoy de que ni muerte, ni vida; ni ángeles(j) , ni principados, ni potencias; ni lo presente ni lo futuro; ni alteza, ni hondura, ni criatura alguna otra podrános apartar del amor de Dios, el en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Pero el fruto del espíritu es: caridad, gozo, paz, longanimidad, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, continencia, (temperancia, castidad). Contra las cuales cosas no es la ley.
He aquí mi Dios, mi salvador; confiado estaré en él, y no temeré; por esto: porque mi gloria y mi loor, Señor; y se me ha convertido en salvación.
mantengamos la confesión de la esperanza indeclinable(n) (pues fiel, el que ha prometido);
Y no sólo(a) , sino que nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación paciencia obra; y la paciencia, probación, y la probación, esperanza;
Siempre alegraos; incesantemente orad; en todo agradeced; que ésta, voluntad de Dios en Cristo Jesús para con vosotros.
¿No se venden dos gorriones por un as(n) ? y uno de entre ellos no cae sobre la tierra sin el padre de vosotros. De vosotros, empero, aún los cabellos de la cabeza todos contados están. No temáis, pues: de muchos gorriones diferís(o) vosotros.
En el cual os alborozáis(b) ; un poco ahora, si menester es, apenados en varias tentaciones; para que la prueba de vuestra fe(c) mucho más preciosa que oro el que perece, aunque a fuego es probado; se halle, en loor, y gloria y honor, en revelación de Jesucristo;
Han hedido y corrompídose mis cardenales, a faz de mi insensatez; me he enmiserado y encorvado hasta el fin(a) ; todo el día contristado andaba yo;
Por esto os digo, no os solicitéis de vuestra alma(i) , qué comáis o qué bebáis, ni de vuestro cuerpo qué os vistáis ¿Acaso el alma no es más que la comida y el cuerpo que el vestido? Contemplad los volátiles del cielo cómo no siembran, ni siegan, ni allegan en graneros, y vuestro Padre el celestial, aliméntalos, ¿No sois vosotros mucho más que ellos?
¡Fiel Dios, por quien elegidos habéis sido para comunión de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor!
Con Cristo he sido crucificado; y vivo, no ya yo, pero vive en mí Cristo; y lo que ahora vivo en carne, en fe vivo la de Dios y Cristo; el que me amó y se entregó por mí.
Pues, justicia de Dios en él se revela, de fe en fe(b) , según está escrito: «Y el justo de fe vivirá».
Por lo tanto; también nosotros, tanta teniendo, que nos cerca, nube de testigos, carga deponiendo toda y el cautivador pecado, por paciencia corramos la que se nos propone, lid, mirando al de la fe autor y consumador, Jesús; quien en vez del que se le proponía gozo, soportó cruz, vergüenza menospreciando; y a la diestra del trono de Dios está sentado.
Sólo dignamente del Evangelio del Cristo conversad; para que, sea, viniendo y viéndoos, sea, ausente, oiga lo acerca de vosotros: que os afirmáis en un espíritu, una alma, luchando por la fe del Evangelio;
Entonces acercándose los discípulos a Jesús aparte dijeron: «¿Por qué nosotros no pudimos lanzarle?» Y él les dice: «Por vuestra poca fe; pues en verdad os digo: si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: «Pásate de acá a allá». Y se pasará, y nada os será imposible.
Pues estimo no dignos los padecimientos del presente tiempo para la gloria que se ha de revelar en nosotros.
Señor disipa consejos de gentes; y anula pensamientos de pueblos; y anula consejos de príncipes.
Y nosotros hemos conocido y creído el amor que tiene Dios para con nosotros. Dios amor es; y el que permanece en el amor, en Dios permanece; y Dios en él permanece.
para que se dé a los llorosos de Sión— a ellos gloria en vez de ceniza, ungüento de alegría a los llorosos, manto de gloria en vez de espíritu de abandono; y serán llamados generaciones de justicia, plantación del Señor en gloria.
Y mi Dios llenará toda necesidad de vosotros, según su riqueza, en gloria, en Cristo Jesús.
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios por nosotros ¿quién contra nosotros? Pues, aquél que al propio Hijo no perdonó, sino por nosotros todos entrególe ¿cómo no ya, también con él, con todas las cosas nos agraciará?
Júzgame, Señor, pues yo en mi inocencia he caminado; y, en el Señor esperando, no vacilaré, no. Pruébame, Señor, y tiéntame: acrisola mis riñones y mi corazón.
ni, en conminación tuya, los montes trastrocar; ni tus colinas serán removidas; así ni la de mí para contigo misericordia desfallecerá; ni la alianza de tu paz no será quitada, no; porque dijo «Propicio(b) a ti, Señor(c) ».
dando a los hambrientos fuerza; y a los no doloridos tristeza. Pues hambrearán jóvenes, y trabajarán adolescentes; y elegidos flacos serán; pero los que aguardan a Dios, mudarán fuerza(g) ; alas criarán, como águilas; correrán, y no trabajarán; caminarán, y no hambrearán.
Y el Dios de la paciencia y de la consolación déos lo mismo sentir(a) entre vosotros, según Cristo Jesús; para que unánimemente en una boca glorifiquéis a Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
Confía al Señor tu camino, y espera en él, y él hará; y sacará fuera, como luz, tu justicia, y tu juicio como mediodía.
Pues cuantas promesas(g) de Dios en él, el «Sí»; por lo cual también por él, el «Amén»(h) ; a Dios para gloria por(i) nosotros.
Y, respondiendo Jesús, díjoles: «En verdad dígoos; si tuviereis fe y no vacilareis no sólo lo de la higuera haréis, sino que, si también a este monte dijereis; «Alzate y arrójate en el mar», se hará, y todo cuanto pidiereis en la oración, creyendo, recibiréis».
No rememoréis lo anterior; y lo antiguo no reflexionéis; he aquí yo hago cosas nuevas que ahora nacerán; y las conoceréis. Y haré en el desierto vía; y en lo inacuoso, ríos.
Por lo demás, hermanos, cuanto es verdadero; cuanto, honesto; cuanto, justo; cuanto, casto; cuanto, amable; cuanto, bien afamado; si alguna virtud y si alguna alabanza —esto pensad.
a quien no viendo, amáis; a quien ahora no mirando, pero creyendo, os alborozáis con gozo inenarrable y glorificado;
y creciendo en el conocimiento de Dios, en toda fuerza fortalecidos, según la potencia de la gloria suya, para toda paciencia y longanimidad, con gozo;
Todas las gentes, batid palmas; clamoread a Dios en voz de júbilo. Porque el Señor, Altísimo, terrible, rey grande sobre toda la tierra.
Señor Dios, te glorificaré; cantaré tu nombre, porque has hecho admirables cosas: decreto antiguo verdadero; ¡sea!
Así luzca vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre el de los cielos.»
pues sea que vivamos, para el Señor vivimos; sea que muramos, para el Señor morimos. Luego sea que vivamos, sea que muramos, del Señor somos.
Señor, no se ha exaltado mi corazón, ni enaltecídose mis ojos, ni he andado en grandezas ni en maravillas sobre mí(a) . Si no me humillaba, sino que exalté a mi alma, así como lo destetado(b) sobre su madre, así retribuirás a mi alma.
Tentación no os ha tomado sino humana(c) ; y fiel es Dios que no dejará seáis tentados sobre lo que podéis; sino que hará, con la tentación, también la salida, para que podáis soportar.
Aun cuando anduvieres por agua, contigo soy, y ríos no te anegarán; aun cuando anduvieres por fuego no te abrasarás, no; llama no te abrasará; porque yo, el Señor, tu Dios, el Santo de Israel; el que te salva; he hecho permuta tuya(a) a Egipto y Etiopía y Siene, por ti.
En la libertad, pues, con que Cristo nos ha libertado, afirmaos; y no de nuevo seáis a yugo de servidumbre sujetos.
Y así mismo también el espíritu socorre a nuestra flaqueza; pues, lo que oremos, cual se debe, no sabemos; pero el mismo espíritu intercede con gemidos inefables;
porque todo lo nacido de Dios, vence al mundo; y ésta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe.
Pues viviente, el verbo de Dios y eficaz, y cortante sobre toda cuchilla bifauce(e) ; y, pasando hasta la división del alma y espíritu, así de articulaciones como de médulas, y discernidor de intentos y pensamientos de corazón;
Pero vosotros, linaje escogido, regio sacerdocio, gente santa, pueblo de adquisición(b) ; para que las virtudes anunciéis del que os ha llamado de tinieblas a su maravillosa luz;
«No os atesoréis tesoros sobre la tierra, donde carcoma y herrumbre destruyen, y donde hurtadores desentierran y hurtan; pero atesoraos tesoros en el cielo donde ni carcoma ni herrumbre destruyen y donde hurtadores no desentierran ni hurtan; pues, donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón.
Mejor, pequeña porción con temor del Señor que tesoros grandes con destemor. Mejor, hospedaje con hortalizas en amistad y gracia, que servicio de becerros, con enemistad.
Que nuestra conversación en los cielos es; de donde también salvador aguardamos a Señor Jesucristo;
y será Dios contigo por siempre; y te llenarás según que desea tu alma; y tus huesos se empingüecerán, y serán como huerto embriagado, y como fuente a que no ha faltado agua;
Que de paciencia tenéis necesidad, para que, la voluntad de Dios haciendo, reportéis la promisión.
Y el Dios de toda gracia, el que os ha llamado a su eterna gloria en Cristo Jesús, habiendo un poco padecido vosotros; él os perfeccionará, afirmará, esforzará.
y derretido(h) , como araña(i) , su alma; a fe que en vano se conturba todo hombre(j) .
Nada os afanéis; sino en todo, por la oración y la plegaria, con agradecimiento, vuestras peticiones manifiéstense ante Dios.
Ninguna, pues, ahora condenación para los en Cristo Jesús, (que no según carne caminan). Pues la ley del espíritu de la vida en Cristo Jesús te libertó de la ley del pecado y de la muerte.
Heme alegrado de lo que se me ha dicho: «A casa del Señor iremos»; puestos estaban nuestros pies(a) en los atrios de Jerusalén,
Por lo cual no desmayamos, sino que, aunque nuestro exterior hombre se corrompe, empero el interior es renovado día a día.
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