¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿y a dónde huiré de tu presencia? ¡Si subiere a los cielos, allí estás tú! ¡si tendiere mi cama en el infierno, hete allí! Si tomare las alas del alba, y habitare en las partes más lejanas del mar, aun allí me guiará tu mano, y me tendrá asido tu diestra.
¿Acaso soy yo Dios tan sólo de cerca? dice Jehová: ¿Podrá alguien ocultarse en escondrijos tales que no le vea yo? dice Jehová: ¿no lleno yo los cielos y la tierra? dice Jehová.
enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado: y he aquí que estoy yo con vosotros siempre, hasta la consumación delsiglo.
para que buscasen a Dios, si acaso, palpando a tientas, le hallasen; aunque no está lejos de ninguno de nosotros: pues que en él vivimos, y nos movemos, y tenemos nuestro ser; como algunos de vuestros mismos poetas han dicho: Porque también de él somos linaje.
OH Jehová, me has escudriñado, y me has conocido; tú conoces mi sentarme y mi levantarme; entiendes de lejos mis pensamientos.
Porque así dice el Alto y el Excelso, que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en el lugar alto y santo; habito también con aquel que es de espíritu contrito y humilde; para vivificar el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los contritos.
Desde el cielo mira Jehová; ve a todos los hijos de los hombres: desde el lugar de su morada observa a todos los moradores de la tierra.
Respondió Jesús y le dijo: Si alguno me ama, guardará mi palabra; y mi Padre le amará, y nosotros iremos a él, y haremos morada con él.
Entiende esto pues hoy, y recapacítalo en tu corazón, que sólo Jehová es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra; no hay otro alguno.
Sea vuestro carácter sin rastro de amor al dinero; estando contentos con lo que tuviereis: porque Él mismo ha dicho: No te dejaré, ni te desampararé.
Cuando pasares por las aguas, estaré yo contigo, y si por los ríos, no te anegarán; cuando anduvieres por en medio del fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti:
¡Si subiere a los cielos, allí estás tú! ¡si tendiere mi cama en el infierno, hete allí!
¶Y el Verbo fué hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su glorila, gloria como del Unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
Ensalzado sobre todas las naciones es Jehová, y sobre los cielos, su gloria. ¿Quién es semejante a Jehová nuestro Dios, que se sienta entronizado en las alturas? ¡el cual se digna mirar lo que se hace en el cielo y en la tierra!
Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; la noche misma resplandecerá en derredor de mí; pues que las tinieblas nada encubren de ti, sino que la noche brilla como el día: ¡tinieblas y luz lo mismo son a ti!
¶Empero ¿habitará verdaderamente Dios sobre la tierra? He aquí que los cielos y los cielos de los cielos no te pueden abarcar, ¿cuánto menos esta Casa que yo acabo de edificar?
un mismo Dios y Padre de todos, el cual es sobre todas las cosas, y por medio de todas las cosas, y en todos vosotros.
Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como no puede el sarmiento llevar fruto de sí mismo, si no permaneciere en la vid, así tampoco vosotros, si no permaneciereis en mí.
¡Callad, y sabed que yo soy Dios! ¡Seré ensalzado entre las naciones; seré ensalzado en la tierra!
Y aun cuando ande por el valle de la sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado, ellos me dan aliento.
Y el uno clamaba al otro, diciendo: ¡Santo, santo, santo es Jehová de los Ejércitos, toda la tierra está llena de su gloria!
Y no hay criatura alguna que no esté manifiesta delante de la presencia de él; sino antes, todas las cosas están desnudas y patentes a los ojos de aquel con quien tenemos que ver.
Los quisiera contar; pero son más numerosos que la arena: despierto, y aún estoy contigo.
Empero el Altísimo no habita en casas hechas de manos, así como dice el profeta: El cielo es mi trono, y la tierra el estrado de mis pies:¿qué manera de casa edificaréis para mí, dice el Señor; o cuál es el lugar de mi reposo?
¡no temas, porque contigo estoy yo! ¡no desmayes, porque yo soy tu Dios! ¡te fortaleceré, sí, te ayudaré, sí, te sustentaré con la diestra de mi justicia!
Y he aquí que yo seré contigo, y te guardaré dondequiera que anduvieres, y te haré volver a esta tierra; porque no te dejaré hasta tanto que haya cumplido lo que he prometido acerca de ti.
¡Canta y regocíjate, oh hija de Sión! pues he aquí que yo vengo, y habitaré en medio de ti, dice Jehová. Y muchas naciones se unirán a Jehová en aquel día, y serán mí pueblo; y yo habitaré en medio de ti: y conocerás que Jehová de los Ejércitos me ha enviado a ti.
ASÍ dice Jehová: El cielo es mi trono, y la tierra el estrado de mis pies; ¿qué manera de Casa edificaréis para mí? ¿y cuál será el lugar de mi descanso?
Mas he aquí que hacia adelante voy, y no está allí; también hacia atrás, mas no le puedo percibir; a la izquierda, donde manifiesta su poder, pero no le discierno; se emboza a mi derecha, de modo que no le pueda ver. Empero él conoce el camino por donde voy; cuando me haya probado, saldré como el oro.
Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu mismo entendimiento: tenle presente en todos tus caminos, y él dirigirá tus senderos.
¶Pero ¿es verdaderamente así que Dios habitará con el hombre sobre la tierra? He aquí que los cielos y los cielos de los cielos no te pueden abarcar, ¿cuánto menos esta Casa que yo he edificado?
Altar de tierra me harás, oh Israel, y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus ofrendas pacíficas, tus ovejas y tus vacas. En todo lugar donde yo hiciere recordar mi nombre, vendré a ti y te bendeciré.
Nadie vió jamás a Dios; pero si nos amamos los unos a los otros, Dios mora en nosotros, y su amor es consumado en nosotros.
Tus ojos vieron mi imperfección, y en tu libro todos mis miembros fueron escritos, mis días fueron delineados, cuando todavía no había ninguno de ellos.
Por Jehová son ordenados los pasos del hombre piadoso, y él se deleita en su camino. Aunque cayere, no será postrado, porque Jehová le sustenta con su mano.
Dios es aquel que se está sentado sobre el círculo de la tierra, y los habitantes de ella le son como langostas; el que extiende, como cendal, los cielos, y los despliega como pabellón que se tiende para habitación:
Porque estoy persuadido que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni poderes, ni cosas presentes, ni cosas por venir, ni lo alto, ni lo bajo, ni ninguna otra cosa creada será poderosa para separarnos del amor de Dios, que es en Cristo Jesús nuestro Señor.
Mas el Señor estuvo conmigo, y me esforzó, para que por medio de mí la predicación fuese cumplidamente hecha, y para que oyesen todos los gentiles: y así yo fuí librado de la boca del león.
Ni dirán: ¡Helo aquí! o: ¡Helo allí! porque he aquí que el reino de Dios dentro de vosotros está.
¿Acaso no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, el cual tenéis de Dios? Y no sois dueños de vosotros mismos;
Por que mis ojos están puestos sobre todos sus caminos: estos no están escondidos de mi rostro, ni está encubierta su iniquidad a mis ojos.
acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, teniendo los corazones rociados, para limpiarnos de una mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.
¿Puedes tú descubrir las cosas recónditas de Dios? ¿puedes hasta lo sumo llegar a conocer al Todopoderoso? Ello es alto como el cielo, ¿qué podrás hacer? más hondo es que el infierno, ¿qué podrás saber? ¡su medida es más larga que la tierra, y más ancha que la mar!
¿Acaso tú no sabes? ¿acaso nunca lo has oído decir? ¡El Dios eterno, Jehová, el Creador de los fines de la tierra, no desfallece, ni aun se cansa: no hay quien escudriñe su entendimiento!
Tú eres mi escondedero; de la angustia me guardarás: con cánticos de liberación me rodearás. (Pausa.) ¶Te instituiré, y te enseñaré el camino en que debes andar: te aconsejaré; sobre ti estará mi ojo.
También Jehová es el que va delante de ti; él será contigo; no te dejará ni te desamparará; no temas pues, ni te amedrentes.
Yo soy Jehová, y no hay otro; fuera de mí no hay Dios: yo te ciño, aunque no me has conocido; a fin de que sepan los hombres, desde el nacimiento del sol, y desde el occidente, que no hay otro sino yo: ¡yo soy Jehová, y no hay otro!
Mas ¿quién es capaz de edificarle Casa, cuando los cielos y los cielos de los cielos no le pueden abarcar? Yo pues ¿quién soy para que le edifique Casa, sino tan sólo para quemar incienso delante de él?
¡Y a mí cuán preciosos me son tus pensamientos, oh Dios! ¡cuán grande es la suma de ellos! Los quisiera contar; pero son más numerosos que la arena: despierto, y aún estoy contigo.
¡Buscad a Jehová mientras pueda ser hallado, invocadle en tanto que esté cercano! ¡deje el malo su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá compasión de él, y a nuestro Dios, porque es grande en perdonar! Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos, dice Jehová. Porque como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos que vuestros pensamientos.
Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus plegarias; pero el rostro del Señor está contra los que obran el mal.
¡Oh Jehová! ¿no están tus ojos dirigidos hacia la verdad? tú los castigaste, mas no se dolieron; los consumiste, mas se negaron a recibir la corrección; han hecho sus rostros más duros que la roca; rehusan volverse a ti.
Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas te refugiarás: escudo y adarga es su verdad.
Porque de él, y por medio de él, y para él son todas las cosas. A él sea la gloria para siempre. Amén.
Me conoces pues; porque eres dueño de mis más íntimos pensamientos; cubrísteme en el seno de mi madre.
Él no permitirá que resbale tu pie: nunca duerme el que te guarda. He aquí, el que guarda a Israel no dormita ni duerme.
En su mano están las profundidades de la tierra; las alturas de las montañas también son suyas: suyo es el mar, pues que él lo hizo, y sus manos formaron la tierra seca.
He aquí que sobre las palmas de mis manos te traigo esculpida; tus muros están perpetuamente delante de mí.
y hay diversidad de operaciones, mas el mismo Dios es el que obra todas las cosas en todos.
Empero de día mandará Jehová su misericordia, y de noche su canción estará conmigo, y mi oración al Dios de mi vida.
¿y qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos? porque nosotros somos templo del Dios vivo: así como ha dicho Dios: Habitaré en ellos, y andaré entre ellos; y yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
El cual, siendo la refulgencia de su gloria, y la exacta expresión de su sustancia, y sustentando todas las cosas con la palabra de su poder, cuando hubo hecho la purificación de nuestros pecados, sentóse a la diestra de la Majestad en las alturas,
¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? y ni uno de ellos está olvidado delante de Dios. Mas aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. ¡No temáis: vosotros valéis más que muchos pajarillos!
¡No temas; porque contigo estoy yo! traeré tus hijos desde el Oriente, y del Occidente te recogeré;
Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre, la cual escudriña todo lo más recóndito del cuerpo.
Te alabaré, porque asombrosa y maravillosamente he sido formado; admirables son tus obras; y mi alma lo sabe muy bien.
Vosotros empero no estáis en la carne, sino en el espíritu, si es así que el Espíritu de Dios habita en vosotros: mas si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de él. Y si Cristo está en vosotros, el cuerpo está muerto a causa del pecado, mas el espíritu es vida a causa de justicia.
MAS ahora, dice Jehová que te creó, oh Jacob, y el que te formó, oh Israel: No temas; porque yo te he redimido; te he llamado por tu nombre; tú eres mío. Cuando pasares por las aguas, estaré yo contigo, y si por los ríos, no te anegarán; cuando anduvieres por en medio del fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti:
En cuanto a Dios, perfecto es su camino, y acrisolada la palabra de Jehová: escudo es a todos los que confían en él. Porque ¿quién es Dios sino solo Jehová? ¿ni quién es una Roca sino solo nuestro Dios?
Porque en cuanto a todas estas cosas, mi mano las hizo, y así existen todas estas cosas, dice Jehová: a este hombre empero miraré, a saber, al que es humilde y contrito de espíritu, y que tiembla ante mi palabra.
Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. He escogido estar a la puerta en la Casa de mi Dios, más bien que habitar en las tiendas de maldad.
que habite Cristo en vuestros corazones, por medio de la fe; a fin de que, estando arraigados y cimentados en amor,
No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea común a los hombres: mas fiel es Dios, el cual no permitirá que seáis tentados más allá de lo que podáis sufrir; sino que, juntamente con la tentación, proveerá también la vía de escape, para que podáis sobrellevarla.
y tus oídos oirán una voz a tus espaldas, que diga: ¡Éste es el camino, andad en él! Siempre que os torciereis a la derecha o a la izquierda.
Y dijo Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Dijo además: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me ha enviado a vosotros.
Todas las sendas de Jehová son misericordia y fidelidad, para con los que guardan su pacto y sus testimonios.
Y les daré corazón que me conozca, que yo soy Jehová; y ellos serán mi pueblo, y yo seré el Dios de ellos; pues que se volverán a mí de todo corazón.
Aunque yo anduviere en medio de la angustia, tú me vivificarás; extenderás tu mano contra la ira de mis enemigos, y tu diestra me salvará.
Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí. Como el Padre me conoce a mí, así también yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.
Pero tú, oh Jehová, me has conocido a mí; tú me has visto, y has probado cómo es mi corazón para contigo: ¡arrebátalos a ellos, como ovejas destinadas para el matadero, prepáralos para el día de la matanza!
porque Dios es el que obra en vosotros, así el querer como el obrar a causa de su buena voluntad.
Entonces él le dijo: Sal fuera, y ponte de pie en el monte delante de Jehová. Y he aquí que Jehová iba pasando; pues un viento grande e impetuoso rompía los montes, y hacía pedazos las peñas delante de Jehová; mas Jehová no estaba en el viento: y después del viento hubo un terremoto; más Jehová no estaba en el terremoto: y después del terremoto, un fuego; mas Jehová no estaba en el fuego: y después del fuego, una voz callada y suave.
Porque como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos que vuestros pensamientos.
¡Levantad hacia arriba vuestros ojos, y ved! ¿Quién creó aquellos cuerpos celestes? ¿quién saca por cuenta su hueste? A todos ellos los llama por sus nombres; a causa de la grandeza de sus fuerzas y la pujanza de su poder, no deja de presentarse ni uno de ellos.
Jehová es tu guardador; Jehová es una sombra para ti a tu mano derecha. El sol no te herirá de día, ni la luna de noche.
Pero él respondió: No tengas temor; porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos. Y oró Eliseo, diciendo: ¡Jehová, ruégote le abras los ojos, para que pueda ver! Y Jehová abrió los ojos del mozo, y vió; ¡y he aquí que el cerro estaba lleno de caballos y carros de fuego en derredor de Eliseo!
¶¡Oh profundidad de las riquezas, así de la sabiduría como de la ciencia de Dios! ¡cuán inescrutables son sus juicios, e ininvestigables sus caminos!
Porque así dice Jehová, Creador de los cielos (él solo es Dios), el que formó la tierra y la hizo, el cual la estableció;(no en vano la creó, sino que para ser habitada la formó): ¡Yo soy Jehová, y no hay otro Dios!
Porque Dios que dijo: Resplandezca la luz de en medio de las tinieblas, es el que ha resplandecido en nuestros corazones, para darnos la luz del conocimiento de la gloria de Dios, en el rostro de Jesucristo. ¶Empero tenemos este tesoro en vasijas de barro, para que la soberana grandeza del poder sea de Dios, y no de nosotros.
ENTONCES Ana oró, y dijo: ¡Alégrase mi corazón en Jehová; mi cuerno se ha ensalzado en Jehová! ¡hase ensanchado mi boca sobre mis enemigos, por cuanto me regocijo en tu salvación! No hay santo como Jehová; porque no hay Dios fuera de ti, ni hay Roca como nuestro Dios.
Porque Jehová ama la justicia, y no desampara a sus piadosos siervos; para siempre serán guardados; pero la raza de los malos será exterminada.
¶Y el Ángel de Jehová que iba delante del ejército de Israel, se apartó de allí y fué en pos de ellos; apartóse también la columna de nube de delante de ellos, y púsose tras de ellos. De manera que se colocó entre el ejército de los Egipcios y el ejército de Israel; y era nube y tinieblas para aquéllos, mas brillaba de noche para éste, de modo que no se acercaron los unos a los otros en toda la noche.
¡En Dios solamente confía callada, oh alma mía; porque de él depende mi esperanza! Él solo es mi roca y mi salvación; mi refugio es, no seré movido.
Mas ellos a fuerza de ruegos le obligaban, diciendo: Quédate con nosotros; porque ya es la hora de la tarde, y el día se va acabando. Entró, pues, para quedarse con ellos. Y aconteció que, estando él sentado a comer con ellos, tomó el pan, y lo bendijo; y partiéndolo, se lo dió. Con esto fueron abiertos los ojos de ellos, y le conocieron: y él se hizo invisible a ellos.
Aquel buen depósito que te fué encomendado, guárdalo, por medio del Espíritu Santo que habita en nosotros.
Como las montañas están al rededor de Jerusalem, así Jehová está al rededor de su pueblo, desde ahora y para siempre.
sino que allí, en majestad, Jehová será para nosotros como lugar de anchurosos ríos y corrientes; por donde no andará galera con remos, ni pasará gallardo navío. Porque Jehová es nuestro Juez, Jehová es nuestra Legislador, Jehová es nuestro Rey; el nos salvará.
Como un padre se compadece de sus hijos, así Jehová se compadece de los que le temen; porque conoce nuestra hechura, tiene presente que somos polvo.
Así dice el Dios Jehová, el que crea los cielos y les da su expansión, el que extiende la tierra y sus productos, el que da aliento a la gente que sobre ella vive, y espíritu a los que caminan por ella:
¶Y dijo a sus discípulos: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, sobre lo que habéis de comer; ni por vuestro cuerpo, sobre lo que habéis de vestir. Porque la vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido. Considerad los cuervos, que ellos ni siembran ni siegan; los cuales no tienen almacén ni troje; y Dios los alimenta: ¿cuánto más valéis vosotros que las aves? Y ¿quién de vosotros, por mucho que se afane, podrá añadir un codo a lo largo de su vida? Pues si ni siquiera una cosa tan mínima así podéis hacer, ¿por qué os afanáis respecto de lo demás?
Por tanto, tú eres grande, oh Jehová Dios; porque ninguno hay semejante a ti, ni hay Dios alguno fuera de ti; conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos.
Él enviará desde los cielos, y me salvará, por mucho que vitupere aquel que me quisiera tragar. (Pausa.) ¡Dios enviará su misericordia y su verdad!
¶¡Y al que es poderoso para hacer infinitamente más de todo cuanto podemos pedir, ni aun pensar, según el poder que obra en nosotros,
Yo lo he pronunciado, y yo he salvado; y yo os lo hice saber, y no había dios extraño entre vosotros: ¡vosotros pues sois mis testigos, dice Jehová, y yo soy Dios!
Jehová está en su santo Templo; Jehová tiene en el cielo su trono; sus ojos ven, sus párpados prueban a los hijos de los hombres.
He aquí que estas cosas son los bordes, no más, de sus caminos; pero ¡cuán leve es el susurro que hemos oído de él! y el trueno de su poder ¿quién lo puede comprender?
Porque yo conozco sus obras y sus pensamientos; viene el tiempo para juntar todas las naciones y las lenguas; las cuales vendrán y verán mi gloria.
¿Has penetrado tú hasta los manantiales del mar; o has pasado por las honduras recónditas del abismo? ¿Te han sido reveladas las puertas de la muerte, o has mirado tú las puertas de la sombra de muerte? ¿Lo has examinado todo hasta lo más ancho de la tierra? Dime, si tú sabes todo esto.
Porque sus atributos invisibles, es decir, su eterno poder y divinidad, desde la creación del mundo son claramente manifestados, siendo percibidos por medio de sus obras, para que ellos no tengan excusa:
Mas si ellos hubieran estado en mi privanza, habrían hecho que mi pueblo oyese mis palabras, y los hubieran hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras.
El Dios que hizo el mundo, y todo cuanto hay en él, éste, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos de manos; ni es servido por manos de hombres, como si necesitase de algo, puesto que es él mismo quien da a todos la vida, el aliento y todas las cosas:
para nosotros empero hay un solo Dios, el Padre, procedente de quien son todas las cosas, y nosotros para él; y un solo Señor, Jesucristo, por medio de quien son todas las cosas, y nosotros por medio de él.
El Espíritu mismo da testimonio juntamente con nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios;
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