La bendición de Dios a nuestras vidas siempre viene en cantidades y llegan justo a tiempo, nunca tardan. Dios sabe el momento ideal para hacer llegar esa bendición que tanto has pedido en oración. Estamos rodeados de la hermosa bendición de Dios, tenemos salud, tenemos un techo, tenemos alimento, tenemos nuestra salud mental, tenemos personas que nos quieren y sobre todo tenemos a Dios en nuestras vidas, gozamos del maravilloso regalo de salvación, esas son bendiciones que a veces no notamos, pero que a muchas personas les falta, y debemos ser agradecidos por esas cosas, y gozarnos porque las misericordias de Dios que son nuevas cada mañana. Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. Dios habla en su palabra que la bendición que viene de él, es la que enriquece y no añade tristeza, Dios sabe lo que necesitamos y tienen cuidado de nosotros. Seamos pacientes que su bendición llegara cuando menos los esperes. Adora al Señor tu Dios, y él bendecirá tu pan y tu agua. Yo apartaré de ustedes toda enfermedad. (Éxodo 23:25) Mantén una vida de obediencia a Dios y la bendición vendrá con ella.
Entonces Jesús les dijo a sus seguidores: —La cosecha es mucha, pero los trabajadores son pocos.Por eso, pidan al Señor dueño de la cosecha que envíe trabajadores para recogerla.
Dios es quien da la semilla al que siembra y el pan al que se alimenta. De igual manera, les dará a ustedes muchas semillas y las hará crecer para hacer una gran cosecha de justicia de ustedes.
Entonces Jesús les dijo a sus seguidores: —La cosecha es mucha, pero los trabajadores son pocos.
Ustedes dicen: “Hay que esperar cuatro meses más para la cosecha”. Pues miren, yo les digo, levanten los ojos y observen los campos porque ya están listos para la cosecha.
Recuerden esto: el que siembra poco, cosecha poco, pero el que siembra mucho, cosecha mucho.
El hijo inteligente trabaja durante la cosecha; el sinvergüenza se duerme durante esa época.
Jesús les dijo: «La cosecha es mucha, pero los trabajadores son pocos. Por eso, pidan al dueño de la cosecha que envíe trabajadores para recogerla.
Los que con lágrimas sembraron, con gritos de alegría cosecharán.El que vaya andando y llorando llevando la bolsa de semillas, volverá gritando de alegría llevando manojos de trigo.
»Sientan dolor, campesinos; sufran, cuidadores de viñedos, por el trigo y la cebada, por la cosecha perdida.
Si ustedes viven conforme a mis leyes y tienen presentes mis mandamientos y los cumplen,Destruiré sus santuarios sobre las colinas, derribaré sus altares de incienso, pondré los cuerpos sin vida de ustedes sobre los cuerpos sin vida de sus ídolos y les mostraré mi odio.Haré que sus ciudades queden en ruinas, destruiré sus lugares sagrados y no me deleitaré con sus aromas agradables.Destruiré la tierra para que sus enemigos queden asombrados cuando la ocupen.Los esparciré a ustedes entre las naciones y sacaré mi espada en su contra. Su tierra quedará desierta y sus ciudades destruidas.»Luego la tierra descansará todo el tiempo que permanezca abandonada mientras ustedes estén en el país de sus enemigos, y se desquitará de todos los años de descanso que ustedes no le dieron. La tierra descansará por todos sus años de descanso que merecía.Todo el tiempo que permanezca abandonada, la tierra tendrá el descanso que no tuvo en los años de descanso cuando ustedes vivían ahí.Al resto de ustedes los debilitaré en la tierra de sus enemigos, tanto que el sonido del soplo de una hoja los hará correr. Correrán como si alguien los estuviera persiguiendo con una espada y caerán aun cuando nadie los esté persiguiendo.Tropezarán unos con otros como si huyeran de la espada, aun cuando nadie esté persiguiéndolos. No tendrán fuerza para luchar contra sus enemigos,morirán en otras naciones y desaparecerán en el país de sus enemigos.Los que sobrevivan se pudrirán por causa de su pecado en las tierras de sus enemigos, y también por causa del pecado de sus antepasados, se pudrirán como ellos.entonces les mandaré lluvias en el momento indicado para que la tierra produzca sus cosechas y los árboles les den sus frutos.
Que sus cosechas se las coma el hambriento, sacándolas de entre los espinos, y el sediento consuma sus bienes.
»Yo soy la vid y ustedes las ramas. El que permanece en mí, y yo en él, producirá mucho fruto, pues separados de mí, ustedes no pueden hacer nada.
No debemos cansarnos de hacer el bien. Si no nos rendimos, tendremos una buena cosecha en el momento apropiado.
El SEÑOR ha prometido con su mano derecha y fuerte brazo: «No daré otra vez tu trigo como alimento para tus enemigos. Los extranjeros no se tomarán el vino nuevo por el que has trabajado duro.Sino que los que cosechen el trigo lo comerán y alabarán al SEÑOR. Los que trabajen el vino lo beberán en mis patios santos».
No se detienen a pensar ni dicen: “Tengámosle respeto al SEÑOR nuestro Dios, quien a su debido tiempo nos da la lluvia de otoño y primavera, quien se asegura de que tengamos la cosecha en el tiempo apropiado”.
El enemigo que puso la mala hierba entre el trigo es el diablo. La cosecha es el fin del mundo y los que recogen la cosecha son los ángeles.
Siembren bondad para ustedes mismos; recojan fiel amor. Cultiven su suelo virgen, pues es el momento de buscar al SEÑOR. Él vendrá y hará que sobre ti llueva la bondad.
pero el séptimo año será un tiempo de completo descanso para la tierra, en honor al SEÑOR. Ustedes no deben sembrar los campos, podar las viñas,Será como un trabajador o un inquilino. Él trabajará para ustedes hasta el año del Jubileo.Luego él y sus hijos podrán irse y volverán a su familia y a la tierra de sus antepasados.Porque ellos son esclavos míos, yo los saqué de Egipto y no pueden ser vendidos como esclavos.No lo traten cruelmente, sino demuestren que respetan a Dios.»Sus esclavos y esclavas deben ser de las naciones vecinas; cómprenles a ellos esclavos y esclavas.También podrán comprarles esclavos a los hijos de los inmigrantes que viven con ustedes o a sus familias que están con ustedes, que nacieron en su tierra. A ellos podrán comprarlos en propiedady podrán ser parte de la herencia para sus hijos como propiedad permanente. Siempre podrán tener esclavos de otras naciones, pero no traten con crueldad a sus propios compatriotas, los israelitas.»Si un inmigrante o un extranjero que vive en su país se enriquece, y en cambio un compatriota suyo se empobrece y se vende a sí mismo al inmigrante o a alguno de la familia del inmigrante,su compatriota tiene derecho a que se compre su libertad, aun después de haber sido vendido. Otro compatriota puede comprarlo de nuevo,un tío, un primo o cualquier otro pariente cercano, e incluso el que se vendió se puede comprar a sí mismo si consigue suficiente dinero para comprar su libertad.cosechar lo que crezca por sí solo, ni recolectar las uvas de los viñedos sin podar. Ese será un año de completo descanso para la tierra.
También te daré los primeros frutos que los israelitas lleven al SEÑOR, el mejor aceite de oliva, vino nuevo y granos.Te pertenecerán, además, todos los primeros frutos de sus cosechas que ellos lleven al SEÑOR. Todo el que esté puro en tu familia podrá comerlos.
»La segunda será la fiesta de la Cosecha. Esta fiesta la celebrarás cuando comiences a cosechar lo que hayas sembrado en tus campos. »La tercera será la fiesta de la Recolección. Se llevará a cabo en el otoño cuando termines de cosechar todo lo que creció en tus campos.
Cuando recojas la cosecha en tu tierra y olvides un costal de grano en el campo, no regreses por él. Debe dejarse para el inmigrante, el huérfano o la viuda, para que el SEÑOR tu Dios te bendiga en todo lo que hagas.
»Celebrarás la fiesta de las Semanas, la de los primeros frutos de la cosecha de trigo. Después, al final del año celebrarás la fiesta de la Cosecha.
Tú has hecho crecer nuestro gozo, has multiplicado la alegría, has engrandecido el regocijo. Se regocijan delante de ti con el regocijo de la cosecha; como la alegría que tienen cuando reparten el botín.
El que siembra dificultades, cosechará desgracias; terminará destruido por el mal que les causó a los demás.
Recojan la cosecha, porque ya está madura. Vamos, vengan a pisar las uvas, porque el lugar donde se pisan ya está lleno. Las tinas se están derramando de lo grande que es su maldad».
»Mientras el mundo exista, siempre habrá siembra y cosecha, frío y calor, verano e invierno, día y noche».
Un mensajero digno de confianza es de mucho valor para el que lo envía; como agua fresca en calurosos días de cosecha.
Dejen que ambos crezcan juntos hasta el día de la cosecha. Cuando llegue ese día, les ordenaré a los que recogen la cosecha que primero recojan la mala hierba y hagan un bulto para quemarlo y que después pongan el trigo en mi granero”».
Luego, salió otro ángel del templo y le gritó al que estaba sentado en la nube: «Usa tu hoz y recoge la cosecha, pues ha llegado el tiempo de segar, y la cosecha de la tierra está madura».
Aquellos que promueven la paz por medios pacíficos están sembrando una cosecha de justicia.
»Trabajarás seis días pero descansarás en el séptimo día, aun en las épocas de siembra y cosecha.»Celebrarás la fiesta de las Semanas, la de los primeros frutos de la cosecha de trigo. Después, al final del año celebrarás la fiesta de la Cosecha.
Y el pueblo dice: «Pasó la época de la cosecha, se terminó el verano, y no hemos sido salvados».
El estafador engaña a la gente, pero a la larga perderá sus ganancias. El que obra honestamente, asegura sus ganancias.
Las ves crecer el mismo día que las plantas, y en la mañana que las siembras las ves brotar. Pero la cosecha se echará a perder el día que le llegue la plaga y el dolor incurable.
Otras semillas cayeron en tierra buena y empezaron a dar fruto. Algunas plantas produjeron 100 granos más por semilla, otras 60 y otras 30.
Ustedes no me eligieron a mí, sino yo a ustedes, y les encargué que fueran y dieran fruto. Mi deseo es que su fruto dure. Así el Padre les dará todo lo que pidan en mi nombre.
Celebra la fiesta para el SEÑOR tu Dios durante siete días en el lugar que el SEÑOR elegirá, porque el SEÑOR tu Dios te bendecirá en todas tus cosechas y en todo tu trabajo, y serás completamente feliz.
Hermanos, tengan paciencia hasta que el Señor regrese. Recuerden que el campesino espera con paciencia a que pasen las épocas de lluvia para que la tierra produzca frutos.
Yo sembré la semilla y Apolos la regó, pero Dios la hizo crecer.Entonces, el importante no es el que siembra la semilla ni el que la riega, sino Dios que la hace crecer.El que siembra y el que riega tienen el mismo propósito. Cada uno recibirá una recompensa según los resultados del trabajo que haga.
¿Y qué significa la semilla que cae en tierra buena? Esa semilla son los que aceptan el mensaje, lo entienden y producen una buena cosecha. Darán mucho más de lo sembrado, hasta 100, 60 y 30 veces más».
El campesino que ha trabajado duro tiene derecho a ser el primero en recibir su parte de la cosecha.
La semilla que cayó en tierra buena son los que con corazón noble y bueno escuchan el mensaje. Lo obedecen y con paciencia producen buena cosecha.
Isaac sembró semilla en esas tierras y en ese mismo año reunió una cosecha 100 veces mayor. El SEÑOR lo bendijo
»La lluvia y la nieve caen de los cielos y no se regresan, sino que humedecen la tierra, la fecundan y la hacen germinar, dando semilla al campesino y comida a la gente.Así también pasa con mi mensaje, no volverá a mí vacío, sino que hará lo que yo quiero y cumplirá bien el propósito para el que lo envío.
Volverás a plantar cultivos de uva en las colinas de Samaria; quienes planten esos campos disfrutarán de la cosecha.
Estas son palabras del SEÑOR: «Llegarán días en que no habrán terminado de cosechar, cuando ya estarán sembrando. No habrán terminado de pisar las uvas, cuando ya estarán sembrando. De los montes y colinas bajarán manantiales de vino dulce.
Él te amará, bendecirá e incrementará tu número. Te bendecirá con muchos hijos, y bendecirá tus campos con buenas cosechas. Te dará granos, vino nuevo y aceite. Bendecirá a tu ganado con crías y a tus ovejas con corderos, en la tierra que les prometió a tus antepasados.
Fíjense en los cuervos, que no siembran ni cosechan. Tampoco tienen bodegas ni graneros, y aun así, Dios los alimenta. ¡Ustedes valen mucho más que las aves!
Otras semillas cayeron en tierra buena y empezaron a dar fruto. Allí pudieron brotar, crecer y dar fruto. Algunas plantas produjeron 30 granos por semilla, otras 60 y otras 100».
Entonces Jesús les contó otra historia: «El reino de Dios se puede comparar con un hombre que un día sembró buena semilla en su campo.Pero por la noche, cuando todos estaban durmiendo, vino su enemigo y sembró mala hierba entre el trigo, y luego se fue.Cuando el trigo creció y dio sus granos, también creció la mala hierba.Entonces los siervos del dueño de la cosecha se acercaron a él y le dijeron: “Señor, usted plantó semillas buenas, ¿no es cierto? Entonces, ¿por qué hay hierbas malas?”Él les dijo: “Eso lo hizo un enemigo mío”. Los siervos preguntaron: “¿Quiere que salgamos y quitemos la mala hierba?”El dueño dijo: “No, porque cuando estén arrancando la mala hierba también pueden arrancar el trigo.Les dio muchas enseñanzas por medio de historias. Les dijo: «¡Escuchen! El sembrador salió a sembrar.Dejen que ambos crezcan juntos hasta el día de la cosecha. Cuando llegue ese día, les ordenaré a los que recogen la cosecha que primero recojan la mala hierba y hagan un bulto para quemarlo y que después pongan el trigo en mi granero”».
Den a los demás y ustedes también recibirán. Se les dará una cantidad mayor a la que puedan contener en su regazo, aunque se la haya agitado y apretado al máximo, siempre se rebosará. Porque con la misma medida que ustedes midan a los demás, Dios los volverá a medir a ustedes».
Qué afortunados son ustedes, los que siembran al lado de toda quebrada y dejan sueltos al ganado y a los asnos.
Sembrarás, pero no cosecharás. Tratarás de sacar aceite de tus olivos, pero no conseguirás nada. Pisarás tus uvas, pero no podrás beber su vino.
Y ustedes, hijos de Sion, alégrense y hagan fiesta al SEÑOR su Dios, porque como muestra de su generosidad él les mandará a su debido tiempo tanto las lluvias de otoño como las de primavera, así como lo hacía antes.Los lugares donde se trilla el grano estarán repletos. Habrá tanto vino fresco y prensas de olivos y lagares desbordarán de vino y aceite.
El que trabaja su tierra tendrá suficiente alimento, pero el tonto desperdicia el tiempo.
Cuando Jesús veía a todos los que lo seguían, sentía compasión por ellos, pues estaban agobiados e indefensos. Eran como ovejas que no tienen pastor.Entonces Jesús les dijo a sus seguidores: —La cosecha es mucha, pero los trabajadores son pocos.Por eso, pidan al Señor dueño de la cosecha que envíe trabajadores para recogerla.
Quienes siembran únicamente para complacerse a sí mismos solo cosecharán de ello la destrucción. Pero el que siembra para agradar al Espíritu, cosechará la vida eterna.
En la época de siembra el perezoso no siembra nada, cuando llegue la cosecha buscará alimento y no encontrará nada.
Vendrá preparado para separar el trigo de la paja. Guardará el trigo bueno en el granero y quemará lo que no es bueno en un fuego que nunca se apagará».
Ese día el SEÑOR reunirá a su pueblo, desde el río Éufrates hasta el torrente de Egipto. Él los recogerá a ustedes, israelitas, uno por uno.
Te digo la verdad: si un grano de trigo no cae en la tierra y muere, sigue siendo el mismo grano. Pero si cae en la tierra y muere, produce muchos granos.
»Cultiva tus campos y cosecha los frutos durante seis años,pero en el séptimo año dejarás descansar la tierra para que los pobres coman de ella y los animales salvajes se alimenten de lo que quede. Haz lo mismo con tus viñedos y tus olivos.
Si no hay bueyes, el establo está vacío; con la fuerza del buey hay muy buena cosecha.
Lo mismo va a pasar cuando llegue el fin del mundo. Los ángeles van a venir y van a separar a los malos de los justos.
Pues así dice la Escritura: «No le pongas bozal al buey cuando trilla». También dice: «Los que trabajan merecen recibir su sustento».
Entonces les contó esta historia: «Un hombre tenía una higuera en su viñedo y un día fue a ver si tenía higos, pero no encontró nada.Entonces le dijo al encargado del viñedo: “He venido tres años seguidos a ver si esta higuera tiene higos, pero nunca los he encontrado. Por eso, córtala. ¿Para qué desperdiciar ese pedazo de tierra?”El encargado le respondió: “Patrón, déjela aquí por un año más. Déjeme cultivarla y ponerle abono.Entonces si el próximo año tiene frutos, la dejamos allí, pero si no tiene frutos, la puede mandar cortar”».
Voy a cantar ahora una canción dedicada a mi amigo, el novio. Una canción que habla de su viñedo, o sea, de su novia. Mi amigo tenía un viñedo en una ladera protegida de olivos.Tres hectáreas de viña solo producirán un barril de vino, y diez costales de semilla producirán tan solo un canasto de trigo». Qué mal les va a ir a los que se levantan en la mañana tras un trago y se quedan hasta tarde embriagándose con vino.En sus fiestas hay liras, arpas, tambores, flautas y vino. Pero no prestan atención a lo que el SEÑOR ha hecho ni a la obra de sus manos.Por tanto, mi pueblo será hecho prisionero y desterrado porque no reconoció mi autoridad. La gente importante padecerá de hambre, y los del montón padecerán de sed.Por eso el sepulcro ensancha su garganta y abre la boca en forma desmesurada para recibir en plena fiesta a todos los que se la pasan en parrandas y diversiones destructivas.Así es humillado el ser humano, se baja al hombre de su nube y se le hace cambiar su actitud arrogante.De esta manera el SEÑOR Todopoderoso recibe honor por juzgar rectamente. El Dios santo será reconocido santo porque actúa con justicia.Los corderos se alimentarán como si estuvieran en sus propios campos, y las cabritas pastarán entre las ruinas de los ricos.¡Miren ustedes! Arrastran detrás de ustedes sus pecados y culpas como una carreta.Ustedes dicen: «Que el SEÑOR se apure, que haga su obra rápido, para que veamos qué es lo que hace. Que el plan del Santo de Israel se cumpla pronto para que podamos conocerlo».Preparó el terreno, lo limpió de piedras y sembró las mejores cepas. Construyó una torre de vigilancia en medio del terreno; cavó un lugar para hacer el vino. Él esperaba que produjera uvas buenas, pero produjo uvas de mal olor.
»Detuve la lluvia tres meses antes de la cosecha, y no crecieron los cultivos. Permití que lloviera en unas ciudades y en otras no. Unos lugares tuvieron lluvias y otros se secaron.
Jesús le dijo: «¡Que nadie coma de tus frutos nunca más!» Los seguidores escucharon eso.
Sembraron trigos, pero solo recogieron espinos. Trabajaron duro, pero no han logrado nada. Sentirán vergüenza de sus resultados debido a la ira del SEÑOR».
Quédense en esa casa, coman y beban lo que ellos les ofrezcan, porque los que trabajan merecen recibir su sustento. No vayan de casa en casa.
¡Me siento muy mal! Me siento como si estuviera en un campo del que ya se ha recogido todo el fruto. Como si estuviera en un campo del que ya se han recogido todas las uvas. No quedan racimos de uvas para comer, ni esos higos frescos que tanto me gustan.
»En tiempo de cosecha me darás tu primer fruto y tu primer vino. No esperes hasta más adelante en el año. »Me darás tu primer hijo.
»Entonces el hombre que había recibido 1000 monedas se acercó a su patrón y le dijo: “Señor, yo sé que usted es un hombre duro. Cosecha donde no ha plantado y recoge donde no ha sembrado.Tuve miedo y fui y escondí el dinero en el suelo. Aquí le entrego lo que es suyo”.El patrón le contestó: “¡Eres un siervo malo y perezoso! ¿Conque sabías que cosecho donde no he plantado y recojo donde no he sembrado?
Apenas están recién sembrados, acaban de ser plantados, empiezan hasta ahora a echar raíces, cuando él sopla sobre ellos y los seca y el viento de la tormenta se los lleva como paja.
El que cosecha recibe su paga. Está reuniendo una cosecha para la vida eterna. Así que tanto el que siembra como el que cosecha sienten alegría.Se dice que uno siembra mientras otra cosecha. Es verdad.Los envío a cosechar un campo que ustedes no trabajaron. Fueron otros los que lo trabajaron, y ahora ustedes disfrutan del trabajo de ellos.
Más bien se refería a nosotros. La Escritura es para nuestro bienestar. Pues tanto el que ara la tierra como el que trilla deben hacerlo con la esperanza de recibir una parte de la cosecha.
Hay un tiempo para nacer y otro para morir; un tiempo para plantar y otro para arrancar las plantas.
Esto dice el SEÑOR Todopoderoso: «Que busquen a los que queden de Israel, como quien rebusca uvas en un viñedo. Revisa de nuevo cada rama, como hace el recolector de uvas».
«Diles a los israelitas que cuando entren a la tierra que les voy a entregar y hayan cosechado sus granos, entonces deben traer el primer manojo de su cosecha al sacerdote.
Yo le tuve miedo, porque usted es un hombre duro, toma dinero que no ha ganado y cosecha lo que no ha sembrado”.»Entonces el rey le dijo: “¡Siervo malo! Usaré tus propias palabras contra ti para condenarte. ¿Conque sabías que soy un hombre duro, que tomo dinero que no he ganado y cosecho lo que no he sembrado?Siendo así, ¿por qué no pusiste mi dinero en un banco para que así cuando yo regresara hubiera ganado intereses?”
Fíjense, ustedes les robaron el sueldo a los segadores de la cosecha de sus tierras, y ahora ellos se quejan a gritos contra ustedes. Los gritos de los que cosecharon han llegado a oídos del Señor Todopoderoso.
Por eso, así dice el Señor DIOS: «Voy a descargar todo mi enojo y mi ira sobre este lugar, sobre los seres humanos y sobre los animales, sobre los árboles del campo y sobre los frutos de la tierra. Arderá mi ira y no se podrá apagar».
»”Esta será la señal que probará que este mensaje es verdadero: »”Este año comerán lo que crece por sí solo en el campo, el segundo año lo que crezca de ahí, y el tercer año sembrarán y cosecharán, plantarán viñedos y comerán de su fruto.
La verdad es que si alguien les da un vaso de agua porque ustedes son del Mesías, tendrá su recompensa.
»El reino de Dios se puede comparar con un tesoro escondido en un campo. Un día, un hombre encontró el tesoro y lo escondió allí otra vez. Estaba tan feliz que fue y vendió todo lo que tenía y compró ese terreno.
Que haya trigo en abundancia en el país, que haya mucho trigo en la cumbre de los montes y que ondee como el Líbano. Que las ciudades estén llenas de gente como la hierba del campo.
Jesús les dijo: —Pero ahora, si tienen provisiones o dinero, llévenlos con ustedes. Si no tienen espada, vendan su manto y compren una.
»El SEÑOR te bendecirá con graneros llenos y bendecirá todo lo que hagas. Te bendecirá en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da.
Siembra en la mañana y vuelve a sembrar en la tarde porque no sabes cuál de las siembras saldrá mejor, si la una o la otra, o si ambas darán buen resultado.
»El reino de Dios es como el dueño de una finca que salió bien temprano a contratar trabajadores para su viñedo.Cuando llegaron los primeros que se habían contratado, creyeron que les iban a pagar más, pero recibieron el mismo pago.Lo recibieron y empezaron a quejarse con el dueño del terreno,diciendo: “Los últimos que se contrataron solo trabajaron una hora y usted les pagó lo mismo que a nosotros que trabajamos todo el día aguantando el calor”.El dueño le contestó a uno de ellos: “Amigo, yo no soy injusto contigo. ¿No nos pusimos de acuerdo en que yo te daría el pago por un día de trabajo?Toma lo que es tuyo y vete a tu casa. Al último que contraté quiero darle lo mismo que a ti.¿No tengo derecho de hacer lo que quiera con mi dinero? ¿O es que estás celoso porque soy bueno con los demás?”»Así es que los últimos serán los primeros, y los primeros serán los últimos.
Cuando el campesino ara para sembrar, ¿lo hace todo el tiempo? ¿Se la pasa continuamente rompiendo y nivelando el terreno?Cuando ha nivelado el terreno, ¿no siembra el eneldo y esparce el comino? ¿No siembra el trigo en hileras, cebada en el lugar apropiado, y en las orillas centeno?
»Tres veces al año celebrarás fiesta en mi honor.La primera fiesta es la de los Panes sin Levadura. Puesto que en el mes de aviv salieron de Egipto, en ese mes comerán pan sin levadura durante siete días tal como yo se los ordené. Nadie se acercará a mí sin traer una ofrenda.»La segunda será la fiesta de la Cosecha. Esta fiesta la celebrarás cuando comiences a cosechar lo que hayas sembrado en tus campos. »La tercera será la fiesta de la Recolección. Se llevará a cabo en el otoño cuando termines de cosechar todo lo que creció en tus campos.
»Cuando ustedes entren al país y siembren cualquier clase de árboles frutales, deberán considerar impuros los frutos de los primeros tres años, y no comerán de ellos.En el cuarto año todos los frutos se presentarán como una ofrenda de alabanza al SEÑORy en el quinto año ya podrán comer de los frutos. De esta manera su cosecha aumentará, porque yo soy el SEÑOR su Dios.
Sembraron en sus campos, plantaron viñedos y tuvieron buenas cosechas.Dios los bendijo, crecieron en número y su ganado no disminuyó.
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