y que os portéis modestamente con los que están fuera de la Iglesia, y que no codiciéis cosa alguna de nadie.
llenando a ambos de sabiduría para ejecutar las artes de carpintero, de tapicero y de bordador; y tejer toda suerte de telas de color de jacinto, y de púrpura, y de grana dos veces teñida, y de lino fino, y para inventar de nuevo las cosas que hicieren al caso.
Expón al Señor tu situación, y confía en él; y él obrará. Y hará brillar tu justicia como la luz y el derecho de tu causa como el sol de medio día.
Toma un sitio más espacioso para tus tiendas, y extiende cuanto puedas las pieles o cubiertas de tus pabellones, alarga tus cuerdas, y afianza más tus estacas. Porque tú te extenderás a la derecha y a la izquierda; y tu prole señoreará las naciones, poblará las ciudades ahora desiertas.
el cual conocía muy bien que el Señor estaba con José, y que le favorecía y bendecía en todas sus acciones.
Ahora, pues, guardad las palabras o condiciones de esta alianza y cumplidlas, a fin de que os salga bien cuanto emprendáis.
El será como el árbol plantado junto a las corrientes de las aguas, el cual dará su fruto en el debido tiempo, y cuya hoja no caerá nunca; y cuanto él hiciere tendrá próspero efecto.
Con el fin de que ames al Señor tu Dios, y sigas sus caminos, y guardes sus mandamientos, y ceremonias y ordenanzas, para que vivas y el Señor te multiplique y bendiga en la tierra, en cuya posesión entrarás.
Abrirá el Señor su tesoro riquísimo, a saber, el cielo para dar las lluvias a tu tierra en sus tiempos, y echará la bendición sobre todas las obras de tus manos. De suerte que tú prestarás a muchas gentes, y de nadie tomarás prestado.
Bendito serás en la ciudad, y bendito en el campo. Bendito el fruto de tu vientre y benditos los frutos de tu tierra, y benditas las crías de tus jumentos, las majadas de tus vacas, y los apriscos de tus ovejas. Benditos tus graneros, y benditos los repuestos de tus frutos.
La mano desidiosa produce la mendicidad; pero la mano activa acumula riquezas. Quien se apoya en mentiras, ése tal se alimenta de viento, y corre neciamente tras las aves que vuelan.
Echará el Señor su bendición sobre tus graneros, y sobre todo aquello en que pongas tu mano; te bendecirá en la tierra que de él habrás recibido.
El Señor te pondrá siempre a la cabeza de los pueblos, y no detrás de ellos, y estarás siempre encima, y no debajo; con tal que obedez-cas los mandamientos del Señor Dios tuyo, que te prescribo yo en este día, y los guardes y cumplas,
Honra al Señor con tu hacienda, y ofrécele las primicias de todos tus frutos. Con esto tus trojes se colmarán de granos, y rebosará el vino en tus lagares.
Y resplandezca sobre nosotros la luz del Señor Dios nuestro, y endereza en nosotros las obras de nuestras manos, y da éxito a nuestras empresas.
sino para que te acuerdes del Señor Dios tuyo por haberte él mismo dado fuerzas, a fin de cumplir así su pacto que juró con tus padres, como se ve en el presente día.
Por amor de mi siervo Jacob , y de Israel mi escogido, te llamaré por tu nombre, te puse el sobrenombre de Ungido, y tú no me conociste.
Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu prudencia. En todas tus empresas tenle presente, y él sea quien dirija todos tus pasos.
Cumpla, pues, mi Dios todos vuestros deseos, según sus riquezas, con la gloria que os dé en Jesucristo.
Dichoso aquel varón que no se deja llevar de los consejos de los malos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se asienta en la cátedra pestilente de los libertinos; sino que tiene puesta toda su voluntad en la ley del Señor, y está meditando en ella día y noche. El será como el árbol plantado junto a las corrientes de las aguas, el cual dará su fruto en el debido tiempo, y cuya hoja no caerá nunca; y cuanto él hiciere tendrá próspero efecto.
Quien confía en sus riquezas, caerá por tierra; al paso que los justos florecerán como árbol de verdes ramas.
Así que buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todas las demás cosas se os darán por añadidura.
Ningún instrumento preparado contra ti te hará daño; y tú condenarás toda lengua que se presente en juicio contra ti. Esta es la herencia de los siervos del Señor, y ésta es la justicia que deben esperar de mí, dice el Señor.
Y el Señor le asistió; y era hombre a quien todo cuanto hacía le salía felizmente; y habitaba en la casa de su amo, el cual conocía muy bien que el Señor estaba con José, y que le favorecía y bendecía en todas sus acciones.
Sino que le darás lo que pide: ni usarás de superchería, ni malicia alguna al aliviar sus necesidades: para que te bendiga el Señor Dios tuyo en todo tiempo, y en todas las cosas en que pusieres la mano.
Esto dice el Señor tu redentor, el Santo de Israel: Yo el Señor Dios tuyo que te enseño lo que te importa, y te dirijo por el camino que sigues.
¿Viste algún hombre puntual y expedito en sus negocios? Ese tendrá cabida con los reyes, y no quedará entre la plebe.
Los pensamientos del hombre activo y diligente siempre traen la abundancia; pero todos los perezosos viven siempre en miseria.
y le he llenado del espíritu de Dios, de saber, y de inteligencia, y de ciencia, en toda suerte de labores, para inventar cuanto se pueda hacer artificiosamente de oro, y de plata, y de cobre, de mármol, y de piedras preciosas, y de diversas maderas.
Todo lo que hagáis, hacedlo de buena gana, como quien sirve a Dios y no a hombres, sabiendo que recibiréis del Señor la herencia del cielo por galardón o salario; pues a Cristo nuestro Señor es a quien servís en la persona de vuestros amos.
Porque cualquier hombre que come y bebe, gozando del fruto de sus fatigas, de Dios recibe este don.
Bienaventurados todos aquellos que temen al Señor, que andan por sus santos caminos. Dichoso tú, ¡oh justo!, porque comerás en paz el fruto del trabajo de tus manos; dichoso serás, y todo te irá bien.
Tuyas son las riquezas, y tuya es la gloria; tú eres el Señor de todo; en tu mano está la fuerza y el poder; en tu mano la grandeza y el imperio de todas las cosas.
No seáis flojos en cumplir vuestro deber; sed fervorosos de espíritu, acordándoos que el Señor es a quien servís.
Al Señor Dios tuyo servirás para que yo eche la bendición sobre tus panes y tus aguas, y destierre de ti las enfermedades.
Le respondió su amo: Muy bien, siervo bueno, siervo diligente y leal; ya que has sido fiel en lo poco, yo te confiaré lo mucho; ven a tomar parte en el gozo de tu señor.
Las dádivas le abren al hombre el camino para conseguir sus intentos, y le hacen lugar para presentarse a los príncipes.
Por lo demás, poderoso es Dios para colmaros de todo bien; de suerte que contentos siempre con tener en todas las cosas todo lo suficiente, estéis sobrados para ejercitar toda especie de buenas obras con vuestros prójimos,
Deseamos que cada uno de vosotros muestre el mismo fervor hasta el fin para el cumplimiento o perfección de su esperanza,
el cual conocía muy bien que el Señor estaba con José, y que le favorecía y bendecía en todas sus acciones. Así José halló gracia en los ojos de su amo, al cual servía con esmero; y puesto por él al frente de todo, gobernaba la casa confiada a su cuidado, y todos los bienes que se le habían entregado. Y el Señor derramó la bendición sobre la casa del egipcio por amor de José, y multiplicó toda su hacienda tanto en la ciudad como en la campiña;
Los ricos padecieron necesidad y hambre; pero a los que buscan al Señor no les faltará bien alguno.
El alma benéfica será colmada de bienes; y será como embriagada de ellos, la que a otros embriaga.
Quien se compadece del pobre, da prestado al Señor, y éste se lo pagará con sus ganancias.
Pasa el día ejercitando la misericordia, y dando prestado; y bendita será su descendencia.
Porque cuando yo hubiere arrojado de tu presencia aquellas naciones, y ensanchado tus términos, nadie pensará en invadir tu país, en el tiempo que tú subirás a presentarte al Señor Dios tuyo tres veces al año.
exhórtalos a obrar bien, a enriquecerse de buenas obras, a repartir liberalmente, a comunicar sus bienes,
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