Mateo 26:37 - Biblia Nueva Traducción Viviente

³⁷ Se llevó a Pedro y a los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y comenzó a afligirse y angustiarse.

Higit pang mga bersyon

Biblia Reina Valera 1960

³⁷ Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera.

Biblia Católica (Latinoamericana)

³⁷ Tomó consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo y comenzó a sentir tristeza y angustia.

La Biblia Textual 3a Edicion

³⁷ Y tomando a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y angustiarse en gran manera,

Biblia Serafín de Ausejo 1975

³⁷ Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

³⁷ Y tomando a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera.

Biblia Traducción en Lenguaje Actual

³⁷ Jesús invitó a Pedro, a Santiago y a Juan para que lo acompañaran. Luego empezó a sentir una tristeza muy profunda,

Mateo 26:37 Mga Krus na Reperensya

Mateo 17:1

Seis días después, Jesús tomó a Pedro y a los dos hermanos, Santiago y Juan, y los llevó a una montaña alta para estar a solas.

Mateo 20:20

Entonces la madre de Santiago y de Juan, hijos de Zebedeo, se acercó con sus hijos a Jesús. Se arrodilló respetuosamente para pedirle un favor.

Mateo 4:18

Cierto día, mientras Jesús caminaba por la orilla del mar de Galilea, vio a dos hermanos —a Simón, también llamado Pedro, y a Andrés— que echaban la red al agua, porque vivían de la pesca.

Mateo 4:21

Un poco más adelante por la orilla, vio a otros dos hermanos, Santiago y Juan, sentados en una barca junto a su padre, Zebedeo, reparando las redes. También los llamó para que lo siguieran.

Marcos 5:37

Jesús detuvo a la multitud y no dejó que nadie fuera con él excepto Pedro, Santiago y Juan (el hermano de Santiago).

Lucas 22:44

Oró con más fervor, y estaba en tal agonía de espíritu que su sudor caía a tierra como grandes gotas de sangre.

Juan 12:27

»Ahora mi alma está muy entristecida. ¿Acaso debería orar: “Padre, sálvame de esta hora”? ¡Pero esa es precisamente la razón por la que vine!