y saliendo David a su encuentro, les habló diciendo: Si venís a mí en paz para ayudarme, mi corazón se unirá a vosotros; pero si es para entregarme a mis enemigos, sin haber iniquidad en mis manos, ¡que el Dios de nuestros padres lo vea y os lo demande!
Más bien, amad a vuestros enemigos, y haced bien, y dad prestado no esperando nada, y vuestro galardón será grande, y seréis hijos del Altísimo, porque Él es bondadoso hacia los ingratos y malvados.
Y al día siguiente se presentó a unos que estaban peleando, y trataba de ponerlos en paz, diciendo: Varones, sois hermanos, ¿por qué os maltratáis el uno al otro?
Por lo demás, hermanos, regocijaos, procurad vuestra perfección, consolaos,° tened un mismo sentir,° vivid en paz, y el Dios de amor y de paz estará con vosotros.
soportándoos los unos a los otros, y perdonándoos° los unos a los otros,° si alguno tiene queja contra otro. Como el Señor° en verdad° os perdonó, así también vosotros.°