Y el rey dijo a Amán: La plata sea para ti, y también el pueblo, para que hagas con él lo que parezca bien ante tus ojos.
Salmos 73:7 - La Biblia Textual 3a Edicion Los ojos se les saltan de gordura, Y logran con creces los antojos del corazón. Matoleo zaidiBiblia Reina Valera 1960 Los ojos se les saltan de gordura; Logran con creces los antojos del corazón. Biblia Nueva Traducción Viviente ¡Estos gordos ricachones tienen todo lo que su corazón desea! Biblia Católica (Latinoamericana) transpiran por sus poros la maldad,
su corazón desborda de planes ambiciosos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 De su grasa transpira la malicia, trasmitiendo su interna presunción. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Sus ojos se les saltan de gordura; logran con creces los antojos del corazón. Biblia Traducción en Lenguaje Actual ¡Tan gordos están que los ojos se les saltan! ¡En la cara se les ven sus malos pensamientos! |
Y el rey dijo a Amán: La plata sea para ti, y también el pueblo, para que hagas con él lo que parezca bien ante tus ojos.
Recubierto su rostro de grosura, Crecidos de grasa los pliegues de sus lomos.
Y con tu mano, oh YHVH, de los hombres mundanos, Cuya porción está en esta vida, Cuyo vientre Tú hinchas con su destino:° ¡Sean saciados, pues, sus hijos, Y dejen las migajas a los hijos de sus hijos!
He aquí, que así son los malvados, Y, sin ser turbados, incrementan su riqueza.
La expresión de su rostro atestigua contra ellos, Porque como Sodoma publican su pecado, y no lo disimulan. ¡Ay de ellos, porque a sí mismos se labran la desgracia!
Se han puesto gordos y lustrosos, Y han traspasado los límites del mal: No defienden la causa, La causa del huérfano, Para que prospere, Ni mantienen el derecho del pobre.
Mira, este fue el delito de tu hermana Sodoma: soberbia, hartura de pan, y gran ociosidad tuvieron ella y sus hijas, pero no extendió la mano al pobre y al menesteroso.
Había entonces un hombre en Maón que tenía posesiones en el Carmelo, y aquel hombre era muy pudiente, pues tenía tres mil ovejas y mil cabras. Y esquilaba sus ovejas en el Carmelo.
Y Abigail volvió a Nabal, y he aquí que celebraba un banquete en su casa, como el banquete de un rey, y el corazón de Nabal estaba alegre, y estaba muy borracho, por lo cual ella no le informó ni poco ni mucho, hasta que amaneció.