Al director del coro. Salmo de los hijos de Coré Oíd esto, pueblos todos, Escuchad, habitantes del mundo,
Deuteronomio 32:1 - La Biblia Textual 3a Edicion ¡Prestad oído, cielos, y hablaré! Oye, oh tierra, los dichos de mi boca. Matoleo zaidiBiblia Reina Valera 1960 Escuchad, cielos, y hablaré; Y oiga la tierra los dichos de mi boca. Biblia Nueva Traducción Viviente «¡Escuchen, oh cielos, y hablaré! ¡Oye, oh tierra, las palabras que digo! Biblia Católica (Latinoamericana) Cielos, presten oídos, que voy a hablar, y la tierra toda escuche las palabras de mi boca. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Oíd, cielos, que voy a hablar yo; y tú, tierra, escucha las palabras de mi boca. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Escuchad, oh cielos, y hablaré; Y oiga la tierra los dichos de mi boca. Biblia Traducción en Lenguaje Actual «Cielo y tierra, ¡presten atención a mis palabras! |
Al director del coro. Salmo de los hijos de Coré Oíd esto, pueblos todos, Escuchad, habitantes del mundo,
¡Oíd, cielos, y tú, tierra, escucha, que habla YHVH! Crié hijos y los engrandecí, pero ellos se rebelaron contra mí.
¡Acercaos, naciones, para oír, y vosotros, pueblos, escuchad! ¡Oiga la tierra y los que la llenan, el mundo, y todos sus vástagos!°
¡Oye, oh tierra! He aquí traigo el mal sobre este pueblo, El fruto de sus pensamientos, Porque no escucharon mis palabras, Y desecharon mi Ley.
Hoy mismo hago testificar contra vosotros a los cielos y a la tierra, de que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge pues la vida, para que vivas tú y tu descendencia,
Ahora pues, escribid este cántico para vosotros, y tú, enséñalo a los hijos de Israel. Ponlo en su boca, para que este cántico me sea por testigo contra los hijos de Israel.
Congregadme a todos los ancianos de vuestras tribus y a vuestros oficiales, para que recite a sus oídos estas palabras, y haré que los cielos y la tierra testifiquen contra ellos.
Entonces Moisés recitó a oídos de toda la congregación de Israel, de principio a fin, las palabras de este cántico:
hoy yo hago testificar contra vosotros a los cielos y a la tierra, de que ineludiblemente pereceréis en breve de sobre la tierra adonde vais, cruzando el Jordán, para heredarla. No prolongaréis vuestros días en ella, pues seréis totalmente destruidos.