Pero el Señor que hace justiciar aún está entre ustedes, y no hará mal. Cada mañana emite su juicio, y cada día sin falta. Pero los que actúan injustamente no tienen vergüenza.
¡No puedes hacer algo así! No puedes matar a las personas buenas junto con las malvadas, pues estarías tratando a buenos y malos del mismo modo. ¡No puedes actuar así! ¿No actuará con justicia el Juez de toda la tierra?”
Se precipitará una y otra vez, arrastrándote mañana tras mañana, día y noche, precipitándose una y otra vez. Una vez que entiendas este mensaje estarás totalmente aterrorizado.
Señor, por favor, sé benévolo con nosotros; ponemos nuestra confianza en ti. Sé la fuerza en la que confiamos cada mañana; sé nuestra salvación en tiempos de angustia.
Discutan esto juntos, y luego hablen, presenten su caso. ¿Quién predijo esto hace tiempo? ¿Quién dijo lo que pasaría en el futuro en el pasado? ¿No fui yo, el Señor? No hay otro Dios aparte de mí, no hay otro Dios que haga lo correcto y que salve. No hay otro Dios sino yo.
El Señor Dios me ha dado la capacidad de enseñar a otros, de saber animar con una palabra a los que están agotados. Él me despierta cada mañana; me ayuda a escuchar como discípulo.
Descendientes de David, esto es lo que dice el Señor: Asegúrense de juzgar con justicia cada día. Protejan a los que son tratados injustamente de esa gente corrupta, pues de lo contrario, a causa de sus malas acciones, mi ira arderá como un fuego que no se puede apagar.
Por eso no se ha enviado rocío ni han caído lluvias de primavera. Pero tú te limitas a comportarte como una prostituta; te niegas a aceptar que has hecho algo malo.
¿Se avergonzaron de las cosas repugnantes que hicieron? No, no se avergonzaron en absoluto, ni siquiera pudieron sonrojarse. Por eso caerán como los demás, cuando los castigue; caerán muertos, dice el Señor.
¿Se avergüenzan de las cosas repugnantes que hicieron? No, no se avergüenzan en absoluto, ni siquiera son capaces de sonrojarse. Por eso caerán como los demás, cuando los castigue; caerán muertos, dice el Señor.
“Aun así, ustedes dicen: ‘Lo que hace el Señor no está bien’. “Pueblo de Israel, ¡escúchenme! ¿Es lo que hago lo que no está bien? ¿No es lo que tú haces lo que no está bien?
¿Quién es sabio para entender todo esto? ¿Quién tiene el discernimiento para entender? Los caminos del Señor son rectos, pero los rebeldes se tropiezan y caen.
Sus líderes juzgan por soborno y sus sacerdotes predican según el precio pagado. Aún así se apoyan en el Señor y dicen: “¿Acaso no está el Señor aquí con nosotros? ¡Nada malo puede sucedernos!”
Soportaré el enojo del Señor porque he pecado contra él. Pero después él peleará mi caso y me hará justicia. Él me traerá a la luz, y yo veré su integridad.
¿Por qué me obligas a ver esta maldad y sufrimiento? ¿Por qué te quedas allí simplemente observando la destrucción y la violencia? ¡Hay riñas y pleitos frente ante mis propios ojos!
El pueblo de Israel que queda no actuará con maldad, ni hablará con mentira. No se engañarán unos a otros. Podrán comer en paz y dormir seguros, porque no tendrán ningún temor.
Porque el Señor se ha arrepentido de castigarte, y ha enviado lejos a tus enemigos. El Señor, el rey de Israel está contigo y nunca más tendrás que temer al desastre.
El Señor tu Dios está en medio de ustedes como un poderoso guerrero que te salvas. Se alegrará en ti. Renovará su amor por ti. Cantará fuertemente celebrando tu existencia.
Estén felices y celebren, pueblo de Sión! ¡Grita, pueblo de Jerusalén! Mira, tu rey viene hacia ti. Él hace lo recto y trae la salvación; es humilde, viene montado sobre un asno—en realidad sobre un potro, que es la cría de un asno.
Ahora por tu corazón endurecido y tu rechazo al arrepentimiento, estás empeorando tu situación para el día de la recompensa, cuando se demuestre la rectitud del juicio de Dios.
Así que no juzguen a nadie antes del tiempo correcto: cuando el Señor venga. Él traerá a la luz los secretos más oscuros que están ocultos, y revelará los motivos de las personas. Dios le dará a cada quien la alabanza que le corresponda.
El Señor tu Dios está presente contigo en tu campamento para mantenerte a salvo y para derrotar a tus enemigos. Tu campamento debe mantenerse sagrado, porque si ve algo impuro entre ustedes, los abandonaré.
Puesto que ustedes le llaman Padre, y reconocen que él juzga a todos de manera imparcial, basado en sus obras, tomen en serio su vida aquí en la tierra, guardando reverencia hacia él.