Entonces Booz dijo a los ancianos y a todo el pueblo presente: “Ustedes son testigos de que hoy he comprado a Noemí todo lo que pertenecía a Elimelec, Mahlón y Quelión.
“No, mi señor”, le dijo. “Por favor, escúchame. Yo te regalaré el campo y la cueva que está allí. Te lo regalo y mi pueblo es testigo. Por favor, ve y sepulta a tu difunta”.
También he adquirido como esposa a Rut la moabita, viuda de Mahlón. Al tener hijos que puedan heredar sus bienes, su nombre se mantendrá vivo en su familia y en su ciudad natal. Ustedes son testigos de esto hoy”.