“Pues entonces no puedo hacerlo”, respondió el redentor de la familia. “Si la redimiera, eso podría poner en peligro lo que ya poseo. Redímela tú, porque yo no puedo”.
Sin embargo, si el hombre se niega a casarse con la viuda de su hermano, ella irá a los ancianos a la puerta del pueblo y les dirá: “El hermano de mi marido se niega a mantener vivo el nombre de su hermano en Israel. No quiere cumplir los requisitos de un cuñado para mí”.
la viuda de su hermano debe confrontarlo en presencia de los ancianos, sacarle la sandalia, escupirle en la cara y anunciar, “Esto es lo que le pasa al hombre que se niega a mantener vivo el nombre de la familia de su hermano”.
“¡Que el Señor lo bendiga!” exclamó Noemí a su nuera. “Sigue mostrando su bondad con los vivos y con los muertos. Ese hombre es un pariente cercano a nosotros, es un ‘redentor de la familia’”.
Quédate aquí esta noche, y por la mañana si él quiere redimirte, pues bien, que lo haga. Pero si no lo hace, te prometo, en nombre del Señor vivo, que te redimiré. Acuéstate aquí hasta la mañana”.
“¿Quién eres?” , preguntó. “Soy Rut, tu sierva”, respondió ella. “Por favor, extiende la esquina de tu manto sobre mí, porque eres el redentor de mi familia”.