Noemí cogió al niño y lo abrazó. Lo cuidó como a su propio hijo.
Él te dará una nueva vida y te mantendrá en tu vejez, porque tu nuera, que te ama y que es mejor que siete hijos para ti, lo ha dado a luz”.
Las vecinas le pusieron el nombre de Obed diciendo: “¡Noemí tiene ahora un hijo!” Era el padre de Jesé, que fue el padre de David.