Lo que dice es tan suave como la mantequilla, pero por dentro él solo planea guerra; sus palabras son tan calmantes como el aceite, pero cortan como espadas afiladas.
Descubrí algo más horrible que la muerte: una tontería como la mujer que trata de atraparte, que quiere usar su mente y sus manos para capturarte y atarte. Los que siguen a Dios no serán atrapados, pero los pecadores caerán en su trampa.
Pues la palabra de Dios es viva y eficaz, y más afilada que espada de dos filos, que penetra hasta separar la vida y el aliento, así como los tendones y los tuétanos, juzgando los pensamientos y las intenciones de la mente.