Nadie puede retener el aliento de vida; nadie puede evitar el día en que muera. No hay manera de escapar de esa batalla, ¡y los malvados no se salvarán por su maldad!
¿Quién moriría por otra persona, incluso si se tratara de alguien que hace lo recto? (Aunque quizás alguno sería suficientemente valiente para morir por alguien que es realmente bueno).